«Pinté muy temprano en las afueras de la ciudad, una luz ligeramente difusa, suave y clara. No había niebla. – escribe Paul Klee en su Diario el 16 de abril de 1914, en Túnez -(…) Por la noche, a vagar por las calles. Llegamos a un café en la acera. Era un anochecer de colorido tenue a la vez que bien definido. Virtuosos de juegos de mesa. Una hora feliz. (…) Dejo ahora el trabajo. Me siento tan profunda y suavemente compenetrado con el ambiente, lo siento y me siento seguro, sin esfuerzo. El color me tiene dominado. No necesito buscarlo fuera. Me tiene para siempre, lo sé bien. Y éste es el sentido de la hora feliz: yo y el color somos uno. Soy pintor«.
Estas palabras, calificadas por muchos especialistas como jubilosa epifanía, marcan un rumbo y un destino en el artista. De los apasionantes «Diarios» de Klee ya hablé en Mi Siglo al referirme a las relaciones entre pintura y música. Al día siguiente de ese «descubrimiento» – el viernes 17 de abril – Klee escribe: «Por la mañana volví a pintar en las afueras de la ciudad, cerca de la muralla, sobre un montículo de arena. Luego caminé solo, porque me sentía demasiado pleno; salí por un portal, hacia unos árboles. Rarezas y rareza. Ya cerca descubrí que se trataba de un pequeño parque. Un estanque lleno de plantas acuáticas, ranas y tortugas. Regresé a través de los jardines llenos de polvo de la ciudad, y pinté de pie una última acuarela».
Paul Klee pinta y a la vez- a lo largo de su vida- imparte lecciones. En 1924, en Jena, dirá: «El artista penetra las cosas que la naturaleza le coloca, ya formadas, ante su vista. Cuanto más en profundidad mira, tanto más fácilmente relaciona los puntos de vista de hoy con los de ayer, y tanto más se graba en él, en lugar de la imagen definida de la naturaleza, la imagen esencial de la creación como génesis. Él se permite también pensar que la creación no puede estar hoy enteramente terminada, y extiende, así, esta acción creativa del mundo del pasado al futuro.»
Ahora la Fundación Juan March, en Madrid, ofrece el legado pedagógico del artista suizo que fue maestro de la Bauhaus durante diez años, presentando sus «aportaciones para una teoría de la forma pictórica» (Notas de clase)
Pinturas y lecciones a la vez en uno de los artistas más sugerentes.
(Imágenes:–Paul Klee.: 1-1923.-colección privada.-Kurnst Artistes Sociedad de Derechos ARS,.Nueva York/ 2.-recuerdo de un jardín.-1914/3.- viento sur en el jardín.-1915/4- máscara del actor.- 1924.-colección MONA/ 5 -esta flor que quiere desaparecer.-1939)




