LA ARENA DEL TIEMPO

«EL reloj de arena – recordaba el gran escritor alemán Ernst Jünger cuando cumplió los cien años– simboliza el tiempo y la fugacidad de la existencia terrenal. Yo voy en busca de relojes de arena en las tiendas de anticuarios, pero se han vuelto ya muy raros, casi inhallables. El tiempo marca el ritmo de la vida humana. La morada de los dioses, en cambio, está fuera del tiempo. La experiencia del tiempo, por lo tanto, es específica del hombre. En mi obra “El libro del reloj de arena” he abordado el problema del tiempo en la historia de la civilización estudiando su medición por medio del reloj, así como su representación en la literatura y en el arte. Consulté un rarísimo libro barroco italiano sobre este tema, “Nueva ciencia del reloj de arena”.

Y así iba poco a poco Jünger, desgranando fina y lentamente,  las menudas arenas del tiempo que se colaban de un recipiente a otro de sus recuerdos, deslizándose por el cristal. 

Se han escrito interesantes Memorias de los relojes de arena, como el de Jacques Attali por ejemplo, pero el rumor casi inaudible de estos suavísimos granos resbalando por el interior de los aparatos nos lleva a aquellos relojes de arena que existían en ciertas iglesias del siglo XVll para medir la duración de los sermones, pequeños relojes que aún hoy siguen fijos – como recuerdos – a algunos púlpitos, como puede verse en la iglesia parroquial de Buckinghamshire, en Inglaterra.

Las palabras descendían velozmente desde la voz del predicador hasta la base del alma para posarse allí como montículo y ese recorrido en el aire iba medido por un tiempo determinado que el reloj recogía. Así también algunas vidas peculiares. Vuelve a contar J.B: Priestley en «El hombre y el tiempo» lo que en varias ocasiones ya había relatado: la anécdota de una adusta viuda de Lancashire, la cual, cuando le preguntaron qué pensaba hacer con las cenizas de su difunto marido, contestó que las haría meter en uno de esos relojitos de arena.» El muy vago no quiso trabajar nunca – añadió .-Ahora que está muerto, bien puede hacer algo».

«El eterno reloj de arena de la existencia – señaló un célebre filósofo – siempre es invertido de nuevo, y tú con él – granito de polvo que del polvo vienes».

El suavísimo descender de los granos del día siempre nos acompaña en silencio.

(Imágenes:-1.- seis relojes de arena de los ocho que tenía el conjunto-1776.- forum horlogerie suisse/ 2.- lbro de Jacques Attali.- forum horlogerie suisse/ 3.-reloj de arena.-historique marine/ 4.- reloj de arena.-wikipedia)