LAS ENTREVISTAS IMPOSIBLES

Han existido entrevistas imposibles resueltas sin embargo de modo excepcional gracias a la fantasía y a la erudición. Entrevistas imaginarias- como he comentado ya en «Diálogos con la cultura«- en las que Giovanni Papini será el que, también imaginariamente, visitará a Einstein, a Wells, a Bernard Shaw y a muchos más.

La imaginación conseguirá también páginas destacadas gracias al italiano Manganelli  en sus entrevistas imposibles con Dickens, Marco Polo, Tutankamon, De Amicis, Gaudí y otros (» A y B») (Anagrama). E igualmente me referí ya en Mi Siglo a las «Vidas imaginarias» de Marcel Schwob.

Italo Calvino hará igualmente entrevistas imposibles en forma de relato con el hombre de Neanderthal, Moctezuma y Henry Ford en «La gran bonanza de las Antillas» (Tusquets), y ascendiendo ya por las ramas de más erudición y más fantasía, alcanzaremos la excelente prosa de Walter Pater en sus célebres «Retratos imaginarios«.

Los periodistas conseguirán también, si no entrevistas imposibles, sí al menos realmente difíciles. Corpus Barga visitando a Mussolini escuchará : «Usted es un periodista y no puede usted creer en la interviú«, pero logrará sin embargo describir magistralmente a su interlocutor. También Emil Ludwig, por los años treinta, traspasadas las puertas cerradas del Kremlin, escuchará a Stalin, pero antes, en México, las primeras entrevistas célebres habían sido las de James Creelman, en 1908, viendo a Porfirio Díaz, y la que Regino Hernández Llergo logra, en 1923, penetrando en el hermético refugio de Pancho Villa para hablar con él, sin olvidar la realizada por Blasco Ibáñez a Venustiano Carranza.

Son entrevistas difíciles, sí, pero no imposibles. Como entrevistas difíciles pero magistralmente conseguidas serán también en muchos casos las famosas de «The Paris Review«, una revista excepcional que quedará en los anales del periodismo.

(Imágenes:- 1 y 4.- portadas de la revista «The Paris Review»/ 2.-Bernard Shaw- Yousuf Karsh/ 3.- Charles Dickens.-por Frith.-1859/ 4.- Corpus Barga.- elmundo.es)

LA RUEDA DEL TIEMPO

 

Ahora que acaba un año, ¿qué recordamos de él?  Determinados montículos en el horizonte de las noticias, ciertos sucesos que nos conmovieron. ¿Y el resto? El resto desaparece en las largas planicies del ovido, y ello es lógico, pues la memoria no nos vuelve a recordar ni siquiera lo que comimos anteayer. 

Estratón, en el siglo lll antes de Jesucristo, llegó a decir:

«Día y noche, un mes y un año, no son tiempo ni partes del tiempo, sino luz y oscuridad y las revoluciones de la luna y el sol. El tiempo, sin embargo, es una cantidad en donde está contenido todo eso».

 Walter Pater, en el siglo XlX señaló: «¿Te fatiga la identidad, la repetición de los espectáculos públicos? Lo mismo hace esa identidad de acontecimientos en el espectáculo del mundo. Y así será contigo hasta el fin. Porque la rueda del mundo siempre tiene el mismo movimiento, arriba y abajo, de generación en generación. ¿Cuándo, cuándo cederá el sitio el tiempo a la eternidad?». («Mario el Epicúreo«)

Y Eliot, en el XX, al que ya me referí  alguna vez en Mi Siglo:  

“El tiempo presente y el tiempo pasado

Están tal vez ambos presentes en el tiempo futuro,

Y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado. 

Si todo tiempo es eternamente presente

Todo tiempo es irredimible». 

«El tiempo apremia. Vivo«, hay que decirse tal vez en días como hoy.

«El tiempo apremia. Escribo«, nos dice a su vez Wislawa Szymborska en su último libro, «Aquí» (Bartleby).

(Imágenes;.-1.-Ed Ruscha .-Murayama Fine Art-artnet/ 2.-Grand Central.-Steven Katz.-2007.-Katharina Rich Perlow Gallery– New York.-artnet)