EL COLOR DEL DINERO

 


“Diseñar un billete de banco es un complicado truco de magia. En parte intenta evocar la identidad nacional. También depende de otros indicadores de valor, como la precisión y la calidad de la producción para prevenir falsificaciones. Pero hay otros mensajes — así lo explica el británico Deyan Sudjic en “El lenguaje de las cosas”—: la modernidad, por ejemplo, suele expresarse mediante la ruptura con las convenciones del diseño de billetes, y esto puede servir como indicador de los valores culturales de los bancos centrales que los firman. El banco suizo los diseña ahora en formato vertical. Poco antes de la adopción del euro, Holanda se empeñó en hacer billetes que rompiesen  los recursos habituales del  diseño de moneda, y culminó el proceso con un flamígero girasol amarillo que ocupaba una cara entera del billete de cincuenta florines.

Pero el grabado en metal aún denota con más convicción el valor de un pedazo de papel que, por ejemplo, un dibujo en acuarela.

 

El dólar estadounidense  juega con la ventaja  de una iconografía imponente —  el ojo que todo lo ve, y esa famosa pirámide —, de modo que, pese a los ajustes que últimamente han debilitado el sentimiento de superioridad de la divisa, aún conserva una cierta aura. Parece valioso porque resulta complicado, gracias a todas esas volutas tipográficas arremolinadas, tan precisas y tan difíciles de dibujar. Parece valioso porque transmite la impresión de ser una revelación casi  divina. Y, por encima de todo, está el color. El verde es ahora, por supuesto, el color del dinero.

Siguiendo los pasos de Estados Unidos, los demás países conjuran a sus héroes nacionales, cuyas imágenes, grabadas con esmero, se utilizan para convencernos de que podemos confiarles los ahorros de las viudas y los huérfanos.

 

La elección del héroe adecuado está sujeta a múltiples consideraciones. Los británicos creen que estas figuras deben pertenecer casi obligatoriamente al siglo XlX, ser varones y estar equipados con un abundante vello facial. Tanto los británicos como los franceses solían inclinarse por el siglo XVlll, pero esta predisposición los obligaba a mostrar a sus próceres, poetas y filósofos adornados con pelucas.

Sea como sea, Gran Bretaña exhibe hoy en sus billetes de veinte libras, sin peluca y con el rostro afeitado, al escocés Adam Smith. La otra cara del billete, con un retrato de la reina, se concentra en una evocación del espíritu británico. El nombre del Banco de Inglaterra está inscrito en una caligrafía gótica de precedentes  dieciochescos, pero también recuerda el aspecto de los billetes  en la década de 1950, cuando los diseñadores empezaron a recuperar motivos gráficos del pasado.

 

 

(Imágenes—1–John Jeong- arario gallery- Corea/ 2-Jonnho Jeon – 2006/ 3– free Imagen/ 4- Marinus van Reymerswaele- 1539- museo del Prado)

PRESENCIA DEL VERDE

 

 

En estos días de verano el ojo descansa sobre la perspectiva de los verdes horizontales, duerme en la naturaleza de los valles; en estos días de verano el ojo también se alarga a orillas del mar hasta tocar la línea verde y azul del agua. El ojo y el verde han provocado estudios de gran interés, como el firmado por el especialista en colores, el francés Michel Pastoureau que en su ensayo «Verde» » Historia de un color» (du Seuil)  recuerda que » en los jardines públicos todo es verde, no solamente los árboles y los arbustos, las plantaciones, sino también las sillas y el mobiliario, las verjas y los kioscos, las pancartas, los basureros e incluso el uniforme de los guardas. Verde tierno o crudo para lo vegetal, verde gris para los objetos: la gama de los verdes aparece extremadamente larga. El santo de los santos es el «teatro de verduras», lugar protegido donde el público puede venir a sentarse en un océano de plantas de todas las esencias y de todas las mezclas, y allí asistir a espectáculos. Cualquiera que sea el lado hacia el cual se gire la mirada, cualquiera que sea el objeto sobre el cual la mirada se pose, el color verde está presente.

 

 

Hacia 1900, en el corazón de las ciudades, este verde vegetal e higiénico se une con el verde de los médicos, nacido hacia el fin de la Edad Media y que ha atravesado discretamente toda la época moderna. La medicina y la farmacia tienen desde hace largo tiempo como color emblemático el verde, probablemente porque durante siglos la mayor parte de los remedios estaban hechos a base de plantas. En muchas universidades de Europa, es el color de la toga que distingue a los médicos de los farmacéuticos en los rituales académicos y, en el campo de batalla, encontramos las insignias que llevan los diferentes cuerpos de la armada. Las cruces que en las ciudades señalan las farmacias también aparecen en verde y han contribuido a unir este color con las profesiones de la salud.

Verde igualmente suelen ser los vestidos de los cirujanos  e incluso el verde existe en los pasillos y en las habitaciones de los pacientes. Hay indudablemente excepciones ( en Italia, por ejemplo, las cruces de las farmacias son rojas) y recientemente la paleta de colores de los hospitales se diversifica (el azul y el blanco toman gran distancia), pero el verde es aún – y por largo tiempo – un color médico, sanitario, tranquilizador».

El verde recorre la Historia  y Pastoreau lo encuentra en la Biblia, en el Islam, en las primaveras de las épocas, en la juventud y en la esperanza, en el estandarte de muchos héroes, en los colores de los pintores y en los poetas, en la moda y en todos esos valles y montes donde nuestra vista descansa y el ojo se alarga al final de la tarde sobre esa línea azul del mar que el verde confunde.

 

 

(Imágenes- 1-Eduard Boos- 1904/2.-Dora Carrington/ 3.- Felix de Boeck)

VERANO 2009 (12) : DÁMASO ALONSO

azul.-verde.-1.-por Nagesh Sharma.-India 2008.-Aicon Gallery.-New York.-Palo Alto.-London.-artnet

VERDE

«Consérvame los verdes

con que el agua se expresa en tanto amor (follaje)

sobre la tierra (pradizales, choperillas,

en giro, desde el tren). Consérvales sus verdes,

su antiguo halago a este planeta en que yo vivo,

tan calcinado y triste».

azul.-798O.-por Patricija Brekte.-Antonija .-Riga.-Latria,.Russistler. Kunstleler.-artnet

AZUL

«Azules que te velen, en el mar, en el cielo,

tu inocencia, extendida entre el aire y las aguas,

la siesta de ese sueño con que soñaste el mundo.

Prolónganos el lento azul de tu soñar»

Dámaso Alonso: «Oración por los colores» («Gozos de la vista«) (1981)

(Imágenes.-1.-Nagesh Sharma.-2008.-India.-Aicon Gallery.-New York.-Palo Alto.-Londres.-artnet/ 2.-Patricija Brekte.- Galerie Antonija.-Riga.-artnet)