«¡Cuánto me gusta dibujar palabras bonitas- dijo James Ensor -, como si fueran trompetas de luz…! Os adoro, palabras que sois sensibles a nuestros sufrimientos, palabras rojas y amarillo limón, palabras de color acero de algunos insectos, palabras cargadas de perfume de las sedas crujientes, palabras sutiles de las rocas embalsamadas y las algas, palabras picantes de las avispas en el cielo azul, palabras fuertes en la garganta, palabras de herminia

inmaculada, palabras esculpidas por las arenas del mar, palabras más verdes que el toisón de Cirene, palabras discretas cuchicheadas por los peces en la orejas rosas de las conchas, palabras amargas, palabras de flor de lis y de amapolas flamencas, palabras dulces de timbre pictórico, palabras plañideras de caballos apaleados, palabras malas, palabras festivas, palabras unidas a los tornados y las tormentas, palabras buenas, palabras sabias de los niños, palabras de lluvia y de lágrimas, palabras sin rima ni razón, ¡ os amo, os adoro!».

Los pintores toman a veces las palabras como pinceles, se enamoran de las palabras y las palabras adquieren color deslizándose sobre el lienzo.
(Imágenes:- 1.-James Ensor.-1876/2.-James Ensor.-La intriga.-1890/ 3.-James Ensor.-White and Red Clowns Evolving of painting image.-stevearthallery.com/ 4.-James Ensor.-La señorita triste)





