VIEJO MADRID (74) : EL VIADUCTO

 

 

“Cuando mi madre acabe de recoger la ropa, nos iremos a casa por la Cuesta de la Vega. Me gusta el camino, pues pasamos bajo el Viaducto, un puente de hierro muy grande que cruza por encima de la calle de Segovia (…) El Viaducto está hecho todo de hierro, igual que la torre Eiffel de París, pero claro que no es tan alto. La torre Eiffel es una torre de hierro muy grande, que hizo un ingeniero francés en París, para una exposición que hubo allí cuando yo nací. De esto estoy muy bien enterado, porque mi tío tiene “La Ilustración” y allí está  la torre y el retrato del ingeniero, un señor con una barba muy grande como todos los franceses. Luego, parece que cuando se acabó la exposición no pudieron destornillar la torre, y la han dejado allí hasta que se hunda. El día que se hunda, se caerá sobre el Sena, el río que pasa por París, y hundirá muchas casas. Parece que las gentes de París tienen mucho miedo y algunos se han mudado para que no les aplaste.

El Viaducto, el mejor día le pasa lo mismo y se hunde, porque cuando pasan los soldados a caballo por él, les hacen ir al paso y aún así se mueve el piso del puente. Se pone uno en medio y sube y baja como si hubiera un terremoto. Mi tío dice que si no se cimbreara así, se hundiría; pero es claro que si se cimbrea demasiado se romperá, y esto es lo que va a pasar cualquier día. No me gustaría que me pillara debajo, porque al que pille le mata, pero sería bonito verlo hundirse. El año pasado el Día de Inocentes, el ABC, que trae unas fotos muy buenas, trajo una con el Viaducto hundido. Era una broma de Inocentes, pero mucha gente fue a verlo. Se enfadaron mucho con el periódico, pero creo que les pasó lo que a mí, que se enfadaron porque no era verdad”.

Arturo Barea. – “La forja

(ImagenEduardo Vicente – corrala madrileña)

NINGÚN DESORDEN

ciudades.-3rtt.- París.- Raoul Dufy

«Yo descendía por la calle Soufflot. ¿Qué edad tenía? Veintidós años.

Sobre los árboles del Luxemburgo, la torre Eiffel, el sol poniente,

parecía hecha de vidrio amarillo y polvoriento.

ciudades.-t700o.-París.-Maximilien Luce.-1901

Yo no buscaba ningún recuerdo: creía volver a ver brillar unos ojos

y se me aparecía la profunda escena que volvía a abrirse de nuevo.

El sol de la tarde me guiaba desde la Contrescarpe al Louvre,

los cafés se encendían, pero yo cerraba el libro

sintiendo la delicia y el suplicio de vivir.

ciudades.- 4ftt.- París.- Albert Marquet.- le pont neuf

Por todas partes las luces tejían los mágicos espacios

y el amor desconocido se mostraba en esta roja música,

y el silencio, el desierto de la habitación donde yo tarde regresaba,

la lámpara, que era siempre faro de todas las separaciones,

nada zozobraba, todo crecía en el espejo de diciembre,

sobre el futuro donde se abría siempre la antigua habitación.»

Henri Thomas.- «Ningún desorden»

interiores.-399h.-Helena Rubinstein.-apartamento de París

(Imágenes.- 1.-Raoul Dufy.-1934-wikipanting/ 2.-Maximilien Luce– La Sainte Chapelle- 1901/ 3.- Albert Marquet- le pont Neuf- 1935-39/ 4.-Helena Rubinstein- apartamento de París)

PARÍS CUBISTA

La luz, el amarillo, el rojo, el azul, las ruedas, los cuadrados, las casas, el naranja, el púrpura, el verde, todo eso mostraban las series de la Torre Eiffel que Robert Delaunay ofrecía, ahora hace un siglo, de la ciudad de París.

Sombras, nubes, un tono de ceniza, volutas plateadas de atmósfera envolvente… La Torre Eiffel continuaba enseñando en el pincel de Delaunay secretos y sorpresas. El arte de descomponer y recomponer la realidad: bidimensionalismo, compenetración de planos, simultaneismo de visión, color local, decía Germain BazinParís siempre sedujo con sus fotografías,  de las que hablé ya en Mi Siglo.  Comenté también en otra ocasión y de otra forma la ciudad y  su paso en el tiempo. Ahora, aquella Torre parisina trazada sobre lienzos entre 1910 y 1912, vuelve a mirar con ojo cubista la gran capital intentando ofrecer la modernidad y vitalidad de un momento, la tensión, la rapidez, la complejidad de una época, tal como deseaba el pintor.

Son volúmenes aplanados, pequeños cubos salpicando la parte superior del lienzo, la ciudad adivinada, el Sena a la izquierda, fugitivo.

Cuando en 1913 Sonia Delaunay se inspira en un motivo de baile para mostrar remolinos de arcos amarillos, naranjas, azules y verdes en diversas abstracciones geométricas, también ofrece de algún modo París al fondo de los contrastes simultáneos, de cuantos movimientos refleja la pintura.

Años antes, en 1902, podía darse uno un paseo por el azul. Era el atardecer de Notre- Dame, siguiendo el pincel de Matisse, acompañando a  personas solitarias.

Pero pronto nos sorprenderían de nuevo los cubos y los planos de la Torre Eiffel en sus distintas versiones. Es siempre la misma Torre pero observada desde infinidad de ventanas, ventanas como ojos, ventanas creadoras, ventanas plásticas.

(Imágenes:-1.-Robert Delaunay.-Torre Eiffel/2.- Delaunay.- Torre Eiffel.-1910/3.-Delaunay.-La ciudad de París.-1912.-flickr/4.-Sonia Delaunay.-Le Bal Bullier.-1913/5.-Matisse.-Notre -Dame en el atardecer.-1902/6.-Delaunay-Torre Eiffel)