
“ — Ahora van a cambiar las cosas — anotó el escritor alemán C G Lichtenberg en el siglo XVlll __ exclamó el viejo, y empezó a llamar a la cama retrato.
— Tengo sueño, me voy al retrato —dijo. Y por las mañanas se quedaba a veces largo tiempo en el retrato, pensando cómo llamar a la silla, y la llamó despertador.
Se levantó, se vistió, se sentó en el despertador y apoyó los brazos en la mesa. Pero la mesa ya no se llamaba mesa, ahora se llamaba alfombra. Así pues, por la mañana el viejo abandonó el retrato, se vistió, se sentó en el despertador, frente a la alfombra y empezó a pensar en los nuevos nombres de las cosas.
A la cama la llamó retrato. A la mesa la llamó alfombra. A la silla la llamó despertador. Al periódico lo llamó cama. Al espejo lo llamó silla. Al despertador lo llamó álbum de fotografías. Al armario lo llamó periódico. Al retrato lo llamó mesa y al álbum de fotografías lo llamó espejo. Así pues, por la mañana el viejo se quedó echado durante largo tiempo en el retrato, a las nueve sonó el álbum de fotografías, el viejo se levantó y se puso encima del armario para que no se le helaran los pies, luego sacó la ropa del periódico, se vistió, se miró en la silla de la pared, se sentó luego en el despertador frente a la alfombra y hojeó el espejo hasta encontrar la mesa de su madre.”

((Imágenes—1– Tommy Hilding/ 2-Robert Henderson)