«Haces ballesta de la carne, acaso
un instante de mármol, y encabritas
la serena impaciencia con que citas
al cielo a la amenaza de tu paso.
La fuerza libra el ímpetu. Pegaso
en síntesis de vuelo. Casi gritas
y se te rinde el horizonte. Evitas
después la sangre dócil del ocaso.
Pulso del hombre al fin, al fin su guerra
te gana; y, derrotada y vencedora,
te clavas tensa, diagonal, vibrante,
buscando los abismos de la tierra
y haciendo palpitar – ¡oh, cazadora! –
un torso de leona en su semblante».
Dionisio Ridruejo.- «Jabalina»
(Imagen.-tiro de jabalina.-wikipedia)