SALIR DEL NOCTURAMA

 

”Esta mañana en mi cuarto de trabajo, en casa, me han rodeado como siempre que escribo murciélagos y jerbos de Egipto, erizos, búhos y lechuzas nativos, zarigüeyas australianas, martas, lirones y lémures que saltaban de rama en rama, corrían velozmente de un lado para otro entre mi cuaderno y mis libros, y también por el suelo de arena amarillo grisáceo o desaparecían de pronto en el bambú. Me había sentado un rato con Sebald para leer juntos “Austerlitz” y la verdad que de toda la mañana solo persiste en mi recuerdo el mapache, al que observé largo rato mientras  él estaba con rostro serio caminando junto a mi ordenador, lavando una y otra vez el mismo trozo de manzana, como si confiase en poder escapar mediante esos lavados, que iban mucho más allá de toda meticulosidad razonable, aquel mundo falso al que, en cierto modo sin comerlo ni beberlo, había ido a parar.

Por lo demás, de los animales que albergaba el Nocturama de Amberes en donde yo estaba escribiendo, sólo recuerdo que varios de ellos tenían unos ojos sorprendentemente grandes y esa mirada fijamente penetrante que se encuentra en algunos pintores y filósofos que, por medio de la contemplación o del pensamiento puros, tratan de penetrar la oscuridad que nos rodea. Además, creo que me rondaba también por la cabeza la pregunta de si, al caer la verdadera noche, cuando el zoo se cerraba al público, encendían para los habitantes del Nocturama la luz eléctrica, a fin  de que, al hacerse de día sobre su universo en miniatura invertido, pudieran dormir con cierta tranquilidad…

Por entonces – era el fin de la mañana – me llamaron a comer. Tardé mucho en poder salir del Nocturama. Me rodeaban todos los animales puesto que cuando uno escribe arrastra durante mucho tiempo lo vivido. Por eso, ya en el comedor y ante mi plato, sin  duda provocado por la visita al zoo con mi lectura y con mi pluma, seguí viendo las jaulas para leones y leopardos empotrados en los nichos de mármol y acuarios para tiburones, pulpos y cocodrilos. Estuve largo tiempo esperando a que se fueran del comedor pero no se fueron. Es la pasión por la escritura.”

José Julio Perlado

 

 

(Imagénes- 1-Stanley Spencer/ 2- tapiz de mitad del siglo XlX)

TIBURONES

mar.-tyunn.-tiburones.-ataque del tiburón.-superpunch2 tumblr

«Y bien, el último día aparecieron los tiburones.

Aparecen aletas negras, inocentes

como una advertencia. El mar se torna

siniestro, ¿están por todas partes?

Créelo, dejan en el agua una brecha de seis pies.

¿No es éste el mismo mar, y ya no

jugaremos más con él?

Me gustaba diáfano, y no

demasiado calmo, con bastantes olas

para lanzarme a él. Por primera vez

había osado nadar en lo hondo.

Llegaron al atardecer, en el instante

en que un resplandor cobrizo aquieta el mar,

no lo suficientemente oscuro aún

para ser iluminado por la luna, aún

lo bastante claro para verlos fácilmente. Negro

el aguzado borde de las aletas».

Denise Levertov.«Los tiburones»

mar.-600n.-Armin Hansen.-1886-1957

(Imágenes:.-1.-ataque del tiburón.-superpunch2  tumblr/2.-.-Armin Hansen.- gandalfs gallery)