EL REY Y EL LAVATORIO DE LOS PIES

 

 

“ En la tarde del Jueves Santo – escribe Gutiérrez Solana en “Madrid, escenas y costumbres”  – se hace en Palacio la ceremonia del lavatorio de pies a los pobres. Con capas, bastón y sombrero de copa entran en Palacio. Los pobres se sientan en sillas bajas, se quitan las botas y se arremangan los calzoncillos. El Rey se sirve de una jarra y una jofaina, en la que meten los miembros, ya lavados de antemano con estropajo, y después se los seca con una toalla. A los mendigos favorecidos con este acto de humildad se les regala el traje, que acaban de estrenar para presentarse en Palacio, y se les obsequia con un cesto de comida y una bota de vino a cada uno.

(…) El Viernes Santo el Rey suele conceder el indulto a varios condenados a garrote o a la horca (…) En la mañana del viernes, muy temprano, bajan largas filas de romeros por la Plaza de Oriente, camino de la Princesa, a la Cara De Dios, al final de la plaza de los Afligidos, y entran en la capilla del Príncipe Pío en la que se venera la Santa Faz.

En la plaza, puestos de vino y de rosquillas; las mujeres, con mantones de Manila; las buñolerías y el vocear de los vendedores con mostradores de tijera con aleluyas y cromos de la Cara De Dios; los monigotes de cartón, las banderas y los globos, el tránsito y la aglomeración de gente dura hasta el mediodía, en que empieza a sentirse el cansancio”.

 

 

(Imágenes – 1-Palacio Real- skyscrapecit/ 2- Palacio Real – 1887 – donado por Santiago Saavedra – archivo)

VIEJO MADRID (26) : VOCES DE LA PLAZA DE ORIENTE

Me detengo ante esta puerta del Palacio Real y oigo la voz de los historiadores: “Nacimientos, bautizos, bodas y muertes de Reyes y Príncipes, levantamiento contra los franceses; visita de Napoleón a su hermano el Rey José; restauración fernandina; baile de las Constituciones; camarillas, ecos de revueltas populares; una dinastía – la de Saboya – que dura dos años; Alfonso Xll, la Regencia; “turno pacífico” de partidos; guerras coloniales; crisis y componendas; Marruecos; guerra mundial; Dictadura…España entera ha vivido doscientos años pendiente de lo que en este Palacio hubo de decidirse». Es la voz pausada de Sánchez Cantón que marcha conmigo, que pasea conmigo, voz que va pisando luces y sombras, que contempla cerrados vemtanales.

«En la Nochebuena de 1734 – me sigue recordando la voz – se inició un incendio que destruyó el Alcazar de los Austrias. El 6 de abril de 1738 se puso la primera piedra del Palacio Nuevo. El 1 de diciembre de 1764 durmió en él por primera vez un Rey – Carlos lll -.El 14 de abril de 1931, al caer la tarde, salió de aquí, camino del destierro, Alfonso Xlll

Luego la voz da una vuelta conmigo por la esquina del tiempo y el tiempo me trae carruajes de memoria, explanadas antiguas, piedras venerables. Hay una palidez amarilla en el cielo de Madrid porque estamos ya en un febrero perpetuo, uno de esos febreros de fina lámina cubriendo tejados y columnas, ocultando casi la ciudad.


Camino luego siguiendo a esta otra voz que viene, y cuando ella se detiene ante las estatuas reconozco la voz de RAMÓN desde el fondo de  la greguería, inventando la historia de los Reyes: «Era un día de fiesta interior y los Reyes de la Plaza de Orienteme dice Gómez de la Serna – se habían puesto sobre su capa de piedra un manto de armiño que los borraba bajo la borrada tierra, todos reyes armiñados, todos nada, todos sólo lo que de inmortal tiene el corazón recóndito de España». Y sigue Ramón hablándome desde su novela «Las tres gracias«: «A la de Santiago sí bajaban varios días, porque era la de su barrio y los reyes de piedra se ponían alegres y a veces se prestaban a que les pasasen un alambre por el cuello para sostener las grandes bombillas de la fiesta» .

Verbenas, fiestas, silencios, el viento cubriendo febrero y la Plaza que nos abandona…

(Imágenes: 1 y 3.-Palacio Real y Plaza de Oriente.-febrero 2011.-fotos JJP/2.-Palacio Real en 1887.-.Archivo fotográfico de la Comunidad de Madrid.–donado por Santiago Saavedra)

UN DÍA EN MADRID Y EN EL TIEMPO

«Al rayar el día – escribe Mesonero Romanos en 1833 – empieza lentamente el movimiento de este pueblo numeroso. Se abren sus puertas para dar entrada a infinidad de aldeanos (…); en estas primeras horas los tahoneros, montados en sus caballos con enormes serones, reparten el pan por las tiendas; los ligeros valencianos cruzan las calles en todas direccciones pregonando sus refrescos; las tiendas se llenan de mozos y criados que concurren a beber; los carros de los ordinarios que salen, se cruzan con la rechinante carreta de bueyes que viene cargada de carbón».

«las plazas y mercados van progresivamente llenándose de gentes que se ocupan de las compras en menudo, las iglesias de ancianos piadosos y madrugadores, que concurren a las primeras misas de la mañana (…) Suenan las ocho, y el tambor de las guardias que se relevan se hace oir en todos los cuarteles de la capital. Las jóvenes elegantes que habían salido a misa o a paseo en un gracioso negligé vuelven lentamente a sus casas, acompañadas, por supuesto, casualmente (…) Los cafés retirados, las tiendas de vinos y las hosterías presencian a tales horas estos obsequios misteriosos».

«Pero a las nueve el cuadro ha variado de aspecto; los coches de los magnates, de los funcionarios públicos, seguidos a carrera por la turba de pretendientes, que los espera a su descenso, corren a los Consejos y a las oficinas públicas; el empleado subalterno, saboreando aun su chocolate, marcha también a colocarse en su respectiva mesa; los estudios de los abogados quedan abiertos a la multitud de litigantes; el ruido de la moneda resuena en el contador del comerciante (…) La Puerta del Sol empieza a ser el centro del movimiento del público y del quietismo de una parte de él, que se la reparten como su propiedad. Los corredores subalternos de préstamos y demás, hacen allí sus negocios sin correr; los músicos, esperan avisos de bodas, llegadas de forasteros y festividades para correr a felicitar a los dichosos (…) ; los ciegos pregonan sus curiosos romances; los aguadores riñen por haberse quitado la vez para llenar sus cubas, y las vendedoras de naranjas hacen conocer sus excelentes pulmones».

«Los Consejos, la Sala, los Juzgados de la Villa, la Caja de Amortización y otros muchos objetos llaman a la multitud hacia la calle Mayor; los litigantes cargados de papeles; los procuradores de sus procesos; los escribanos y alguaciles con sus respectivas vestimentas».

«El artesano, entre tanto, que al punto de las doce dejó sus trabajos, prepara su comida sencilla, mientras el pretendiente va a ocupar su lugar en la antesala de la secretaria».

«En el Prado luce la sociedad elegante, los brillantes trenes y la esmerada compostura; la multitud esparciéndose fuera de las puertas, busca los paseos adecuados a sus gustos. Todos permanecen en ellos hasta que la noche se acerca. (…) La multitud va disminuyendo en las calles; los barrios apartados permanecen solitarios, y solo los del centro ofrecen todavía vida hasta después de cerrados los teatros. La mayor parte vuelve a sus casas a disfrutar del reposo; pero otra parte prolonga la vida que hurtaron al día, ostentando en tertulias elegantes sus estudiados adornos, o arruinándose en juegos reprobados; sus coches hacen retemblar las pacíficas calles y va disminuyendo su número hasta que ya a las dos de la mañana se oye solo la voz del vigilante sereno, que da la hora y avisa al desvelado las que aun le faltan que penar. Los cantos de las aves precursoras del día suceden a aquel silencio, y el cuadro anterior vuelve a comenzar».

Ramón Mesonero Romanos: «Un día en Madrid» («Manual de Madrid») 1833.

(Imágenes.-Se ha inaugurado estos días en Madrid, ( del 26 de noviembre al 31 de enero de 2010) la  exposición «Marileños. Un Álbum Colectivo» del Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid, con fotografías provenientes de particulares.-Algunas de las imágenes aquí representadas pertenecen a dicho Archivo) ( Fotos:- 1.-Palacio Real en 1887 .-donado por Santiago Saavedra/2.-Omnibus del barrio de Salamanca en 1890.-donado por Mario  Fernández Albarés./ 3.-Puerta del Sol en 1900.-klumpcol.com/4.-calles y transeuntes en 1900.-donado por Mario  Fernández  Albarés/5.-operarios en 1900.-donado por Mario  Fernández Albarés/ 6.-La Cibeles en 1890.-donado por Mario Fernández  Albarés/7.-calle de Alcalá en 1892.-donado por Jaime Murillo Rubiera)