EN TORNO AL VALS

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«Africano de sangre caliente, rebosante de vitalidad – describía Heinrich Lambe a Johann Strauss padre en 1833 -, inquieto, tosco, apasionado (…) nos exorciza los espíritus malditos que tenemos metidos en el cuerpo (…) Típicamente africana es también su manera de dirigir las piezas de baile que compone; brazos y piernas se le descoyuntan cuando desata la tormenta de sus valses (…) Es un hombre que podría ser un verdadero peligro si se propusiera manipular las ideas de  Rousseau».

 

Strauss-unnn- Johann Strauss hijo-wikipedia

 

Johann Strauss hijocomo así lo recuerda William M. Johnston al analizar «El genio austrohúngaro» (KRK) – tuvo una vida que fue fiel reflejo de su Viena adorada y hacía alarde de sus propias excentricidades. Temía más que nada en este mundo olvidarse de una melodía antes de pasarla al papel – en una ocasión, un tema que había escrito en una sábana acabó en la lavandería, perdido para siempre-. Tenía miedo también de viajar en tren, y solía trabajar por la noche hasta muy tarde, descansando solamente para escribir de vez en cuando unas palabras tiernas a su mujer.

 

Johann Strauss (son) Statue in Stadtpark, Vienna, Austria

 

«El vals – glosa Johnston – arrulló a los vieneses cuando los músicos de Strauss jugueteaban con sus melodías (…) Había algo de embriagador en eso de dar vueltas como un remolino durante varios minutos, a menudo entre los brazos de alguien desconocido (…) Paradójicamente, con sus rápidos pasos, esta danza parecía detener el tiempo; con su vivacidad, suspendía el ánimo».

 

música.-44v.-Johann Strauss ll y Johannes Brahms.-awesomepeoplehangingouttogether

 

Cada año, el día uno de Enero, el mundo se asoma a los valses de Viena. ¿De dónde vienen estos valses? Roland de Candé en su Diccionario de la Música comenta que el origen de la palabra vals es muy poco clara. Se supone que viene de Alemania, y que su denominación puede provenir del equivalente alemán del latín «volvere«, es decir, volver sobre sí mismo. Su aparición, parece ser que fue en Baviera entre 1765 y 177o.

Mozart, Beethoven, Shubert, y más tarde, Brahms escribieron pequeñas piezas encantadoras – y así lo recuerda Candé – en un estilo «naif», tierno y alegre. Pero es poco a poco en Viena de manera especial cuando esta danza se hace más suave y más brillante, con un primer tiempo bien marcado y de esta forma va adquiriendo una característica altura gracias a las obras maestras de los Strauss, padre e hijo.

Célebres valses han irrumpido en la literatura. Igualmente en el cine. Visconti escogió un vals inédito de Verdi para «El Gatopardo» y Lampedusa, narrando la danza del príncipe Salina con Angelica, escribe que «a cada vuelta que daba le caía un año de los hombros: pronto se encontró como si tuviese veinte, cuando en aquella misma sala bailaba con Stella, cuando ignoraba todavía lo que eran las desilusiones, el tedio y todo lo demás. Por un instante aquella noche la muerte fue de nuevo, a sus ojos, «cosa de los demás».

(Imágenes.-1.-Johann Strauss padre- wikipedia/ 2.- Johann Strauss hijo – wikipedia/ 3.-el rey del vals- Viena- wikipedia/ 4.-Johann Strauss hijo y Brahms- wikipedia) 

MELANCOLÍA Y CREATIVIDAD

«¿Por qué todo ser excepcional es melancólico?», se pregunta más o menos con estas mismas palabras Aristóteles. Se nos recuerda que Empédocles, Sócrates y Platón eran melancólicos. Se nos añade que Heracles conoció la locura y las ulceraciones, que Lisandro las úlceras, que Áyax la locura, que Belerofonte recorrió los desiertos. Se nos dice igualmente que el melancólico es un ser agitado, que el silencioso es muy a menudo extático. El color de la melancolía tiene un invisible tono violáceo, dormido en valles de largos horizontes, acostado en sinuosos matices. ¿Qué se ve desde la cumbre de la melancolía? ¿El paso de los años? ¿Aquel sueño que no logramos conquistar? ¿El anhelo de un paraíso perdido? La melancolía se nos escapa a la vuelta del camino de los días, al girar la cabeza hacia un pasado que no vemos, una risa que se esfumó, una mirada disuelta. Erguidos sobre la melancolía aquellos arboles que vemos al fondo se alejan cada vez más y sus ramas acaban en un punto.Pero la melancolía, al parecer, está también aliada con la creatividad, como así lo comenta Jackie Pigeaud en «»El hombre de genio y la melancolía» (Acantilado).

A la melancolía me he referido de una otra forma varias veces en Mi Siglo. Música y melancolía, entre otros motivos Ahora, en este pequeño libro, se repasa la lista de algunos melancólicos: Caton, Tasso, Pascal, Rousseau, Alfieri entre ellos. Otros andan olvidados en pasillos y no se atreven a aparecer, salen por la puerta del recuerdo y caminan algo por su jardín. Asomados a la blanca hoja de la escritura o ante la desnudez del lienzo viene la melancolía a dictarles y a la vez les lleva de la mano suavemente con el pincel. Como decía Rufo de Efeso, médico griego contemporáneo de Trajano, «los melancólicos se entretienen en los lugares solitarios y huyen de los hombres sin razón; lo mismo les ocurre a los hombres con buena salud cuando quieren dedicarse a investigar algo, que toman precauciones respecto a cosas que valen la pena».

Luego la melancolía se va. Deja siempre el perfume de que va a volver.

(Imágenes.-1.-Gary Oldmand, Hollywood.-1992.-Herb Ritt.-artnet/ 2.-Gerhard Richter)