CONOCIMIENTO DE LA POESÍA

 

“Tenemos muchos más poetas que jueces y críticos de poesía— decía Montaigne- . Es más fácil hacerla que conocerla. En un nivel bajo, puede juzgársela a partir de los preceptos y de la habilidad. Pero la buena, la suprema, la divina, está por encima de las reglas y de la razón. Quien contemple su belleza con mirada firme y serena no la ve, como no se ve el resplandor de un rayo. No intenta seducir nuestro juicio; lo rapta y destroza. La pasión que aguijonea a quien sabe penetrarla hiere incluso a un tercero al oírsela evocar o recitar;  como el imán atrae no sólo una aguja, sino que infunde también en ella la facultad de atraer a las otras… Desde mi primera infancia, la poesía ha actuado así, traspasándome y transportándome.”

(Imagen —-Robert Mapplethorpe – 1988)

DE LO BELLO Y LO BUENO

 

“¿Cómo puede ser bello lo que es diferente de lo bello? – se lee en losMemorables” de Jenofonte – “Un hombre bello en la lucha es diferente de uno bello en la carrera y un escudo bello en la defensa es muy diferente de un dardo bello para un lanzamiento potente y veloz (…) ¿Y tú crees –replicó Sócrates a Aristipo – que una cosa es ser bueno y otra cosa es ser bello? ¿ No sabes que, respecto a las mismas cosas, todas las cosas son bellas y buenas? (…) ¿La caja de la basura también es bella? “Sin duda, y un escudo de oro es feo, si la caja está hecha de modo adecuado a su fin y el escudo de forma inconveniente”. “Entonces, según tú, ¿las mismas cosas son bellas y feas?”. “Ciertamente, y buenas y malas a la vez: a menudo, lo que es bueno para el hambre es malo para la fiebre y lo que es bueno para la fiebre es malo para el hambre : a menudo, lo que es bello para la carrera es feo para la lucha, lo que es bello para la lucha es feo para la carrera. Así pues, si una cosa se adecua bien a un fin, respecto a ese fin es bella y buena; fea y mala en caso contrario”.

 

 

Los filósofos de todos los tiempos han dado lógicamente continuas vueltas en torno a la Belleza. Algunos, como Kant, han recordado que el gusto por lo bello es desinteresado. “ Gusto – dice –  es la facultad de juzgar un objeto o una representación mediante una satisfacción o un descontento, sin interés alguno. El objeto de semejante satisfacción llámase bello”.

 

 

(Imágenes-1-Olle Hjortzberg/ 2-Robert Reid/ 3-Robert Mapplethorpe)

CANTOS A ROSA

 

flores-rec-rosas-robert-mapplethorpe-mil-novecientos-ochenta-y-tres

 

» Le dije: Ven aquí. Te quiero, Rosa.

Mira los tilos, mira las gayombas

volcándose en el aire. Tú no sabes

lo que se siente cuando se derrama

un tilo en las espaldas. Quien no tenga

una mano al alcance cuando cae

dulce y lenta la lluvia de los tilos,

perecerá. Entonces ella dijo:

¿qué sabes tú de la muerte, ni dulzura?».

Josè Antonio Muñoz Rojas Cantos a Rosa» XVll (1954)

(Imagen.-Robert Mapplethorpe)