SUEÑOS DEL SURREALISMO

manos- 44rrf.- Man Ray.- manos de Gala y Dalí

«Quisiera dormir – decía André Breton – para entregarme a los durmientes, del mismo modo que me entrego a quienes me leen, con los ojos abiertos, para dejar de imponer, en esta materia, el ritmo consciente de mi pensamiento. Acaso mi sueño de la última noche sea continuación del sueño de la precedente, y prosiga, la noche siguiente, con un rigor harto plausible. (…) Es preciso tener en cuenta el espesor del sueño. En general, tan sólo recuerdo lo que hasta mí llega desde las más superficiales capas del sueño. Lo que más me gusta considerar de los sueños es aquello que queda vagamente presente al despertar, aquello que no es el resultado del empleo que haya dado a la jornada precedente. (…) ¿No cabe acaso

sueños.- tgyyh.- René Magritte.- Nocturno.- 1925.- The Menil Collection- Houston. Estados Unidos.- René Magritte.- VEGAP 2013

emplear también el sueño para resolver los problemas fundamentales de la vida? ¿Estas cuestiones son las mismas tanto en un estado como en el otro, y en el sueño, tienen ya el carácter de tales cuestiones? ¿Conlleva el sueño menos sanciones que cuanto no sea sueño? Envejezco, y quizá sea el sueño, antes que esta realidad a la que creo ser fiel, y quizás sea la indiferencia con que contemplo el sueño, lo que me hace envejecer?». Una epidemia de sueños cayó a finales de 1922 sobre los surrealistas... «Son siete u ocho – decía uno de los escritores que contemplaba aquel fenómeno – que no viven más que para esos instantes de olvido, en los cuales, las luces apagadas, hablan inconscientemente, como ahogados en plena tierra (…) ; en el café, en medio del ruido de las voces, a plena

sueños.- rtbbg.- Yves Tanguy.- el geómetra de los sueños.- 1935.- colección particular.- Estados Unidos.- Yves Tanguy VEGAP.- Madrid 2013 luz, recibiendo empujones, Robert Desnos no tiene más que cerrar los ojos y hablar, y, entre los platillos, todo un océano cae con sus estruendos proféticos y sus vapores adornados de largas oriflamas. En cuanto interrogan a este estupendo durmiente, apenas lo incitan, ya que surge la predicción, el tono de magia, de revelación.» «¡Nadie sabe bordar sus sueños como Desnos – recuerda también Matthew Josephson en «Mi vida entre los surrealistas» -. Desnos caía en éxtasis, sus ojos saltones adquirían una luz extraña, mientras fluía de sus labios el relato de sus maravillosas quimeras. La noche en que llegué a Berlín, los 

sueños.- tyynn- Claude Cahun y Marcel Moore.- confesiones sin valor.- 1929-1930.- colección partiular.- Museo Thyssen

surrealistas, arrobados, estaban explicando sus sueños. Pregunté si tratarían como «literatura» sus sueños registrados. Bretón explicó que su objeto era explorar la función de los sueños del hombre, el mundo de la mente subconsciente incontrolada, con «espíritu científico», para saber así algo de aquella surrealité que los hombres de procedimientos prosaicos y racionales eran incapaces de alcanzar ni de gozar»

surrealismo-- 2nnh.- Yves Tanguy.- a las cuatro del verano.- 1929.- colección particular

Cuando ahora en Madrid se unen dos exposiciones en torno al surrealismo, vienen a la memoria las palabras de René Passeron: «el calco del sueño, es una práctica donde la espontaneidad de la imagen onírica está favorecida por la vecindad del sueño y la búsqueda paciente de un estado de disponibilidad. Evidentemente la dificultad está en que el trabajo del pintor es largo y técnicamente complejo ( sobre todo para Dalí); la memoria o el efecto deformador de la imaginación, a medida que el tiempo pasa, tiene el riesgo de falsificar la imagen primera, la que ha desencadenado la decisión de ponerse a pintar.»

(Imágenes.- 1.- Man Ray.– manos de Gala y Dalí/ 2.- René Magritte.– nocturno.- 1925.-the menil collection.- Houston,- Estados Unidos.-Rene Magritte.- VEGAP 2013/ 3.- Yves Tanguy.- el geometra de los sueños.-1935.- colección particular.- Estados Unidos.- Tanguy.- VEGAP 2013/ 4.- Claude Cahun y Marcel Moore.-1929-1930.- Museo Thyssen/ 5.- Yves Tanguy.- a las cuatro del verano.-1929.- colección particular)

SERENOS DE PARÍS, CON ATGET Al FONDO

«Yo soy el sereno de la calle de Flandre,

yo vigilo mientras duerme París.

Hacia el norte un incendio lejano enrojece la noche.

Oigo pasar los aviones por encima de la ciudad.

Yo soy el sereno del Point du Jour.

El Sena se desliza en la sombra, tras el viaducto de Auteuil,

bajo veintitrés puentes, a través de París.

Hacia el oeste oigo explosiones.

Yo soy el sereno de la Poterne des Peupliers.

El  viento del sur me trae un humo amargo,

unos rumores inciertos y unos estertores

que se disuelven en alguna parte, en Plaisance o Vaugirard.

Yo soy el sereno del Pont-au-Change

vigilando esta noche no solamente en París,

esta noche de tempestad solamente sobre París en su fiebre y su cansancio,

sino sobre el mundo entero que nos rodea y acucia.

En el frío aire todos los ruidos de la guerra

caminan hasta el lugar donde desde hace tanto tiempo viven los hombres.

Yo soy el sereno del Pont-au-Change,

y, en el umbral del día prometido, yo os saludo

a vosotros, todos los camaradas de la calle de Flandre, de la Poterne des Peupliers,

del Point du Jour a la Porte Dorée.

En la Porte Dorée, en el Point du Jour,

en la calle de Flandre y en la Poterne des Peupliers,

a través de toda Francia, en las ciudades y en los campos,

mis camaradas acechan los pasos en la noche

y mecen su soledad con los ruidos y los rumores de la tierra.

En el umbral de la próxima mañana os damos los buenos días,

a los que estáis cerca y también

a los que recibiréis nuestra felicitación matinal

en el momento en que el crepúsculo dorado entra en vuestra casa.

¡Y buenos días, a pesar de todo, buenos días para mañana!

¡Buenos dias con todo nuestro corazón y con toda nuestra esperanza!

Buenos días, buenos días, el sol va a salir sobre París,

incluso si las nubes lo esconden, saldrá,

¡buenos días, buenos días, de todo corazón, buenos días!».

Robert Desnos: «El sereno del Pont-au-change»

De Eugène Atget he hablado en alguna ocasión en Mi Siglo. Del paso del tiempo por sus fotografías. El paso del tiempo resonaba hace ya muchos años en  las botas invasoras que marcaban el paso por la calles de París. Robert Desnos las cantaba y las contaba desde los poemas y desde las esquinas. Los ojos de Atget contaban y cantaban a su vez la calma, ese paso del tiempo en botas silenciosas sobre la piel de la ciudad. Ahora en Madrid una exposición de Atget nos acerca una vez más al permanente milagro de la imagen. El tiempo al pasar nos deja la fotografía.

(Imágenes:-1.-rue de Nonmains con la rue de L`Hotel de Ville.-1889.-elpais.com/ 2.-rue des Fosses Saint Jacques.-wikimedia/ 3.-rue du Seine.-wikimedia/ 4.-rue Moffeta.-wikimedia/ 5.-rue des Pretes Saint Sèverin.-wikimedia/ 6.-place de Saint Sulpice.-wikipedia/ 7.-rue Amelot.-wikimedia/ 9.-Eùgene Atget en 1927.-elpais. com)