UN CORRESPONSAL ENTRE BASTIDORES

Roma.-Plaza de España.-1986.-por Richard Estes.-artnetAparecen ahora en MI SIGLO – encabezando el apartado Enlaces a mi obra – las cuatro entrevistas que Onda Cero ha tenido la amabilidad de proponerme hace pocas semanas preguntándome sobre mi trabajo periodístico y sobre mis tareas de corresponsal. La Radio ha querido titularlas respectivamente  «Azorín», «Fellini», «París»y «Roma» y condensan algunas de las experiencias que he tenido la suerte de vivir como profesional. Escribo expresamente la suerte porque no siempre se encuentra uno en países y en épocas tan vibrantes de noticias. Yo he tenido esa suerte en Italia y en Francia, y cuando la suerte no ha venido hacia mí he ido yo hacia ella buscando aquello que más me interesaba, sin dejar de realizar, naturalmente, mi quehacer cotidiano de corresponsal.

PARIS.-FElix Hilaire

Cuando se me pregunta qué entrevista o qué encuentro me dejó más impresionado siempre veo el rostro de Georges Pompidou a mi lado el 16 de junio de 1969. Un minuto antes era el candidato a la Presidencia de la República Francesa; un minuto después no era un hombre: era una nación. «Je suis la France«, pronunció en tono solemne, con el semblante cambiado. Cuando se me insiste sobre qué momento recuerdo con más intensidad viene hasta mí aquel despachito de Roma, en 1964, cuando el académico francés Jean Guitton me leyó emocionado parte del discurso que al día siguiente, a las 9 de la mañana, pronunciaría ante todo el Concilio y ante el Papa. Pero los recuerdos vuelan: me veo también sentado en un banco, a primeras horas de la noche de un día de junio de 1963, en la inmensa nave desierta de la Basílica de San Pedro, frente por frente a Juan XXlll muerto, escoltado sólo por la guardia suiza . Allí, en aquel banco, ante el cadáver del Papa, con la Basílica vacía de gentes, escribí la crónica periodística. Vuelan de nuevo los recuerdos y me veo igualmente, sentado en Roma, en 1964, ante el dramaturgo Diego Fabbri, en su despacho de Director de «La Fiera Letteraria«, hablando de Pirandello, de Ugo Betti y de cómo Fabbri escribió «Proceso de familia«.

París.-Jules Aarons.-Paris 1953.-artnet

Esa puerta del despacho de Fabbri se abre a otras muy numerosas puertas, y cuatro años después, ya en París, escucho atentamente tanto a Gabriel Marcel  como a Robert Bresson. La puerta de los Estudios de Boulogne-Billancourt donde ví a Bresson y la puerta del despacho de Marcel en la rue Tournon abren paso también a otros pasillos y  a otros butacones desde donde, ya en Madrid y años más tarde, observo la sortija en las manos de Mujica Láinez, la imponente altura de Cortázar, los ojos tras las gafas de Onetti, el acento de Luis Rosales. Muchos de estos encuentros están ya en los libros, otros en MI SIGLO, otros algún día aparecerán. Haber encontrado a tales rostros no tiene más mérito que el de la curiosidad intelectual. Uno ha ido desde niño detrás de los autores, subrayando sus obras, interesado por las labores del espíritu. Uno se ha colocado entre los bastidores de la creación – en el taller de Pablo Serrano, cruzando descampados con Juan Barjola – y allí ha notado qué bien se está entre esos bastidores, entre dos luces, contemplando de reojo el patio de butacas. Avanza ante las candilejas el pintor, el escritor, el sabio, esperando los aplausos, esperando las críticas, sin apenas darse cuenta de que está haciendo Historia.

(Imágenes.-1.-Roma.-por Richard Estes.-artnet/ 2.-París.-por Félix Hilaire Buhot.-Zygman voss Gallery.-artnet/ 3.-París.-por Jules Aarons.- flickr)

PARÍS, PARÍS …

paris-yu6-foto-por-willy-ronis-1959-afterimage-gallery-dallas-usa-artnet

«La forma de una ciudad cambia más rápidamente que el corazón de un mortal», dijo Baudelaire. Lo repitió Julien Gracq en «La forma de una ciudad» (Anábasis): «El París que viví de estudiante, que habité en mi madurez – escribió -, cabe en un cuadrilátero que se apoya al norte en el Sena, y que casi bordea en toda su longitud el bulevar Montparnasse».paris-aa-avenida-del-bois-de-boulogne-por-pierre-bonnard-1912-1914-coleccion-privada-olgas-gallery

«Completamente alrededor de ese corazón que mis deambuleos reactivan día tras día, anillos concéntricos de una animación que sólo decrece para mí, pero que cuando me alejo hacia la periferia son poco a poco ganados por la atonía, por una indiferencia casi total».paris-1911-foto-alfred-stieglitz

«Son las cámaras centrales del laberinto las que ejercen su magnetismo sobre el hombre de la ciudad, son las que revisita de manera indefinida, pues el contorno tiende a representar sólo una pantalla protectora, una capa aislante cuya función es cercar el capullo de seda habitado, prohibir toda ósmosis entre las campiñas próximas y la vida puramente urbana que se cierra con cerrojo en el reducto central».paris-1972-por-richard-estes-artnet

«No es necesario, incluso es relativamente poco importante, que en esa ciudad se haya vivido realmente. Actuará sobre nosotros con mayor fuerza, incluso quizá de manera más duradera, si en parte se ha mantenido secreta, si se ha habitado en ella, por alguna extraña condición, sin tener verdadero acceso a su intimidad cotidiana, sin que nuestros paseos por sus calles hayan participado nunca de la libertad y de la flexible facilidad que da el callejeo».paris-los-bulevares-bajo-la-lluvia-por-rik-wouters-1912-artnet1

«Habitar una ciudad es tejer en ella a través de sus idas y venidas diarias una redecilla de recorridos articulados generalmente alrededor de algunos ejes conductores».paris-vc66-foto-por-willy-ronis-1959-afterimage-gallery-dallas-usa-artnet

«No existe ninguna coincidencia entre el plano de una ciudad que consultamos y la imagen mental que surge en nosotros, al evocar su nombre, creada por el sedimento que los vagabundeos cotidianos depositaron en nuestra memoria».paris-zczc-campos-eliseos-1912-por-rik-wouters-artnet

Esto dejó dicho el gran escritor francés Julien Gracq, del que he hablado más de una vez en Mi Siglo.

(Vayan estos apuntes como recuerdo al París que yo viví y que aún vivo ahora, cuando se anuncia el gran París de Nicolas Sarkozy, muy bien explicado en Una temporada en el infierno.

Indudablemente– como dijo Baudelaire, como luego diría Gracqla forma de una ciudad cambia más rápidamente que el corazón de un mortal)

(Imágenes: 1.-París, Carrefour Sevres Babylone, 1948 .-foto Willy Ronis.- Image Gallery / 2.-Avenida del Bois de Boulogne, 1912-1914.-Pierre Bonnard.-Olga Gallery.-artnet/3.-París,1911.-foto por Alfred Stieglitz.-artnet/ 4.-París, 1972.-por Richard Estes.-artnet/ 5.-Los Bulevares bajo la lluvia, 1912.-por Rik Wouters.-artnet/ 6.-escaleras en París. Willy Ronis, 159.-Image Gallery-/7.-Campos Elíseos, 1912. por Rik Wouters.-artnet)