TACHADURAS

 


“Cuando estoy en plena crisis de escritura — decía el francés Pierre Michon —, en mi mesa, escribo diez horas al día, entre dos y cinco páginas, primero a lápiz. Son páginas en las que algunas palabras faltan de entrada, pero en que la rítmica — es decir, la puntuación — tiene ya desde el principio la forma definitiva. Le doy muchas vueltas y tacho mucho. Pero  lo hago hasta que esas páginas me parezcan perfectas. Entonces no puede ya revisarse nada. Las tecleo de forma tal que, al día siguiente, no tenga libertad para corregirlas, sino obligación de seguir adelante.
Soy de los que vuelven a escribir diez veces la primera página, por ejemplo, pero que tachan muy poco cada vez que la vuelven a escribir. La décima versión puede ser diferente por completo de la primera; pero en el medio, tacho muy poco. La sobrecarga de tachaduras me parece que estorba para que surja algo largo…, en fin, cuando digo largo, quiero decir tres páginas. La tachadura bloquea las salidas. Cuando pongo muchas tachaduras es que estoy enfadado con mi texto, y a mí no me gusta enfadarme con lo que escribo porque resulta ruinoso para el vigor de lo que venga después. No hay que bloquearse contra el propio texto. Torturarlo así me daría pena, ya no podría seguir. Yo tengo muchos arrepentimientos, no paro de hacerme preguntas en todas las encrucijadas. Pese a todo, me obligo a seguir adelante. Hago una página en una mañana, la hago diez veces. Como digo, la décima vez la paso al ordenador. Entonces es intangible. Puedo aún corregir un adjetivo o dos en el ordenador, pero al día siguiente me pongo a redactar “ lo de después” de esa página. No vuelvo a tocar ya la página anterior, es decir, que lo ya escrito es como si estuviera petrificado. Es mármol.”

 

 

(Imágenes—1- manuscrito de Watt , de Beckett/ 2-Jonathan Edwards)

ESCRIBIR Y ATARSE LOS ZAPATOS

 

 

“Si un investigador paciente del alma humana —confesaba el italiano Giorgio Manganelli — me hiciese una pregunta como : ¿Por qué escribe usted?, y si insistiese, puedo encontrar algunos recuerdos, algunos indicios que podrían ayudar a responder a esta pregunta. Si busco en mi adolescencia, hallo este recuerdo: no sabía atarme los cordones de los zapatos; ahora bien, las lazadas que hacía me parecían aceptables; sólo que se deshacían a los diez minutos y mis pies tropezaban con los cordones. Era humillante.

Es absolutamente  razonable que fue en ese momento cuando nació  lo que podría llamar, por puro entretenimiento, mi vocación de escritor. Las cosas que no sabía hacer, que no sé hacer, son innumerables: constituyen la vida misma. Debía, pues, hacer algo que compensase mis ineptitudes manifiestas. ¿ No sé atarme los cordones de los zapatos? Muy bien, entonces escribiré libros.

Entonces haré algo que no necesite de ninguna habilidad manual ( nunca he sido capaz de abrir una lata de conservas, ni siquiera con un abrelatas; pero sé quitar la chapa a una botella). Sé escribir, en el sentido literal, conozco el alfabeto y sé mover la pluma para trazar palabras. Llegado a ese estadio, basta simplemente con insistir : con el tiempo, una persona “que escribe” se convierte en “escritor”.  El escritor encuentra a gente para imprimir los textos que escribe, y a otros que le dan dinero, no demasiado, pero puesto que jamás aprendió  a atarse los cordones de los zapatos, no se puede quejar. Quien aprende a atarse los zapatos puede razonablemente esperar “realizarse”, como dicen los psicólogos, tendrá familia, quizá una carrera brillante: los generales, los ministros, los sociólogos, los ingenieros de caminos y puentes se reclutan entre quienes resolvieron este problema de manera satisfactoria. ¿Y los otros? Los otros son, justamente, los escritores, los astrólogos, los alquimistas, o los que realizan otros trabajos tan pérfidos y deshonestos que se escapan a cualquier evaluación.”

(Imagen – Vicent Van Gogh)

CLASES DE ESCRITURA EN EL SIGLO lll

flores.-556.-China.-Lin Shunxiong

«Así es el comienzo -(dice el poeta chino Lu Ji, del siglo lll, cuando va contando su proceso de escritura) -: se interioriza la visión, se adentran los sonidos. Se demora el pensamiento y todo se interroga.

El alma galopa hacia los ocho confines del espacio. El espíritu vaga errante por alturas infinitas.

Al acercarse, la emoción poco a poco se convierte en luz. Las cosas se reflejan e intercambian su claridad.

Y es que al beber la esencia de las palabras dichas y escritas, paladearás el muy dulce sabor de los Clásicos.

flores.-886n.-China.-Lin Shunxiong

A la deriva, entre cielos y abismos, te dejarás llevar por la gran corriente, bañándote en las aguas del manantial, internándote en su profunda hondura.

Y esas frases sumergidas que se esconden y se agitan, serán como peces inquietos que, mordiendo el anzuelo, emergerán desde el fondo más insondable.

Y las otras delicadas bellezas, vagando ingrávidas y errantes, serán como pájaros de alto vuelo que, cazados con flecha y cuerda, caerán en picado desde las nubes más altas.

pintura.-4556.-pintura china.-artinlive

Haz acopio de palabras y de frases no usadas por más de cien generaciones. Escoge rimas perdidas y olvidadas desde hace miles de años.

Desdeña las flores marchitas, ya abiertas, del amanecer, y quédate con los brotes tiernos, aún cerrados, de la noche.

Así, verás pasado y presente en un único instante, y abarcarás los inmensos mares en tan sólo un abrir y cerrar de ojos.»

Lu Ji.Prosopoema del arte de la escritura«(siglo lll)

china-rrttb-Fan Kuan- viajeros entre montañas y corrientes- Museo nacional del Palacio- Taipei

(Imágenes.-1 y 2.-Lin Shunxiong/ 3.-pintura china- artinlive/ 4.-Fan Kuan- viajeros entre montañas y corrientes- Museo del Palacio – Taipei)