VIAJES POR EL MUNDO ( 31 ) : PLAZA DE ESPAÑA, ROMA

 

 

“La plaza de España, con sus escaleras, empurpuradas de azaleas y coronadas por el campanario doble de la Trinidad de los Montes —escribe Julien Gracq —, representa para un parisino un esbozo reducido tanto de las escaleras de Montmartre como de los callejeros de la plaza del Tertre ( las pinturas de la Vía Margutta no están lejos); pero un boceto que a la vez vendría a salpicarse a la vez un poco de la escarcha matinal, olorosa,  del Mercado de las Flores.(…) Como los enramados abandonados del Capitolio, como la superpoblada plaza Navona, es uno de los lugares de la ciudad por los que gusta pasar, donde gusta quedarse. Pero tampoco en ningún otro lugar se capta mejor que la seducción de esta gran ciudad guarda un carácter de modestia y timidez provincial casi patético: el de una ciudad enclenque que fue sobreviviendo como pudo durante mil quinientos años entre los escombros y los recuerdos de una megalópolis más grande que ella y donde en ningún lugar se percibe ese brote orgulloso en el florecimiento y la afirmación de sí misma que es el propio de una ciudad como Nueva York, por completo hija de sus obras. La plaza de España, que sobre sus escalones expone como en un espaldar a los “hippies” de todos los países de Europa, es un lugar de descanso para la fatiga soleada de vivir, un decorado para la florista, para una gentil aventura sentimental sobre el que la Trinidad de los Montes hará llover desde lo alto la religiosidad tranquilizadora, el toque de queda  de sus ángeles avejentados. Aquí más que en otros lugares, me ha parecido respirar más de una vez una humildad inesperada y sonriente que es como la nota original de Roma.”

 

 

 

(Imágenes—1 y 2- plaza de España)-

VIAJES POR EL MUNDO (5) : ROMA

 

Roma-ybyuu- plaza Navona. digilander libero it

 

«El primer día de mis paseos a través de Roma, una tormenta y un aguacero diluviano me tuvieron bloqueado durante dos horas; bastante lejos por detrás del palacio de Venecia, cerca de los muelles del Tíber, bajo el porche de un antiguo palacio dividido en apartamentos. Veía a las amas de casa, con su pan bajo el brazo, su tartera en la mano, cerrar sus paraguas bajo la inmensa bóveda y después sacudir sus chanclos antes de desaparecer en la penumbra de las escaleras de mármol que se elevaban solemnes y pinas como si hubieran conducido al Hércules Farnesio o  al Laooconte. E imaginaba el frescor tenaz del verano, pero también la incomodidad sepulcral del invierno bajo los techos con frescos y en las escaleras a la Piranesi barridas por corrientes de aire. La ciudad moderna no es la única que se las apaña mal que bien en un lugar tiránicamente dispuesto para otra, también sus habitantes parecen flotar en las parcelaciones de los palazzi, como damnificados a los que se reubica en un castillo sin heredero o una abadía en desuso».

 

Roma- nhyu- Antonio Joli- Dorotheum Vienni

 

¿Cómo imaginar que Roma, hace solo siglo y medio, conoció el tipo de silencio que sigue siendo el de los barrios de las afueras de Venecia en temporada baja? Los grabados y las pinturas románticas nos muestran la cúpula de San Pedro, aunque encuadrada desde bien cerca, medio escondida aún por grupos de árboles del campo…en el lindero de la ciudad, como podía estarlo, en París, el Arco de Triunfo durante su construcción. Las ruinas desbordaban por todas partes la escasa densidad urbana, unían el Foro, el Coliseo y las Termas con el campo de los puentes en escarpe, de las tumbas y de los acueductos. A poca distancia de su embajada, en sus escapadas nocturnas, Chateaubriand escuchaba cantar al ruiseñor «en un estrecho valle balaustrado de cañas».  El estupor del campo repleto de ruinas penetraba por todas partes en una aldea letárgica, desconectada desde hacía tiempo de cualquier uso del tiempo laborable y que ya no escuchaba tocar las horas sino en los relojes de los conventos y los siglos».

Julien Gracq – «Roma» (Confluencias)

 

ciudades.-yt789.-Roma.-Constante Moyaux.-vista desde la Villa Médicis en 1863

 

(Imágenes.- 1.-plaza Navona- Carlo Bossoli –digilander libero it/ 2.- Antonio Joli- Dorotheum -Viena/ 3.-Constant Moyaux– vista desde Villla Medici- 1863)