pintores noruegos del siglo XlX
RETENER LOS PAISAJES
“A mí me han interesado siempre los paisajes. Cuando era niño, en un vagón, yo no me imaginaba mas que en la ventanilla nirando aquello que pasaba. Retenía bien los paisajes, advertía las diferencias sutiles y las guardaba en mi memoria – asi lo confesaba el gran escritor francés Julien Gracq -. Creo que mi formación geográfica me ha ayudado mucho a retener los paisajes pues ella me ha permitido atrapar su estructura y por tanto reconstituir los elementos que se hubieran podido olvidar. Retengo también los paisajes según el mayor o menor placer que he tenido al descubrirlos. Nunca los miro con ojo indiferente. Para mí los paisajes influyen sobre el humor y sobre el comportamiento. Existen paisajes sombríos, paisajes aburridos. Hay, por el contrario, paisajes que uno ama conservar.
Creo que cuando yo viajo mi formación geográfica la llevo en la punta de la nariz. Es imposible, cuando se dedica uno a la geografía física, que no se pueda evitar mirar un paisaje con ojos de geógrafo, como para un médico lo es el contemplar una escultura sin olvidar su anatomia y las sesiones de disección. Instintivamente, cada uno tiene una forma de ver. Muchas veces me pregunto cómo ven el mundo las gentes que no tienen formación geográfica. El viaje debe de ser para ellos una especie de fantasmagoría desunida, una yuxtaposición de formas extrañas o muy poco encadenadas. Por otro lado, el conocimiento libresco e incluso el fotográfico del país no reemplaza en absoluto a la experiencia directa y no sustituye el efecto de la sorpresa. La fotografía aplana el paisaje; esto se comprueba especialmente en los paisajes de montaña, y reduce el espacio que hay alrededor de las cosas. El relieve, la amplitud de los desniveles, uno se los imagina mal. Se retienen así de una forma muy distinta los paisajes”.
(Imágenes-1-Felix Valloton- 1924/ 2-Per Ekstrom/ 3- Andrew Wyeth- 1931)
SOBRE LA MELANCOLÍA ( y 2)
Sentados ante el mar de San Sebastián, en el Coloquio “Psiquiatría y sociedad”, me seguía diciendo el profesor y psiquiatra alemán Hubertus Tellenbach hablando de la melancolía: ” Existe una investigación en varios países en donde se descubre que no aparecen tantos melancólicos, porque la vida es más amable y gozosa. En Santiago de Chile, y en la ciudad de Concepción, por ejemplo, es muy difícil encontrar gente que tienda a la melancolía, puesto que la vida está más acomodada por las fiestas, etc, es decir, por la alegría y el gozo. No tienen necesidad de trabajar demasiado, y aquí la melancolía es muy rara. En la ciudad de Concepción existen virtudes sobre todo muy seductoras. En nosotros suele haber una psicosis de alcoholismo, pero en Chile hay sobre todo psicosis de alucinación. Aquí se encuentra a las mujeres como el centro de la familia, y entonces en cuanto un hijo o un marido bebe, esta persona se siente enfrentada con la conciencia representada por la mujer. En nuestra sociedad el hombre se siente presionado por el trabajo casi mecánicamente, y no posee las fiestas primitivas de antes, tanto las fiestas en la Iglesia como las de la contemplación de la naturaleza y de la cultura.
Tanto psiquiatras americanos como japoneses han llegado a decir que no es posible para cada hombre acabar por sí sólo en la melancolía. Ellos no presuponen una cierta estructura, que a veces arranca de la familia y de cuestiones genéticas, por las cuales se puede llegar a la melancolía. Esto es un error de muchos psiquiatras. No es posible que un hombre en particular llegue a ser melancólico. Es una cierta estructura la que puede llegar a ser melancólica. El número de melancólicos está determinado por las estructuras. Es la industrialización y una situación patológica que, junto a la estructura, crea los melancólicos. Es mi respuesta: ya que el número de melancólicos ha de ser siempre limitado. Los melancólicos son una consecuencia de la sociedad enferma. Si destruimos la industrialización, los hombres tendrían un mal de fondo, pero es muy importante decir que la estructura està dañada.
Si se trata la melancolía con medios antidepresivos, es posible que ésta desaparezca en la primera etapa. Si uno está satisfecho con esta etapa, en esta persona los síntomas pueden volver en un año o dos; si han desaparecido los síntomas por completo es perjudicial movilizar las posibilidades de la personalidad respecto a la estructura melancólica. Hace falta decirle al paciente que permanezca tranquilo, que no se preocupe excesivamente por las responsabilidades, que no hace falta que todo esté excesivamente arreglado.
Dios no es una computadora. Que permita que su hija siga su vida y no fuerce una simbiosis cuando su hija se case, que deje que su hija realice su vida, puesto que el tipo melancólico es el que marca la situación de la melancolía. Si la hija se casa, la simbiosis entre la madre y la hija se rompe en parte y la melancolía de la madre comienza.
Hay otra cosa aún: si se encuentra en la estructura normal la responsabilidad por la culpa, y se tiene la obsesión de estar enfermo; si es una mujer de su casa y se obsesiona con que todo esté bien y perfecto, puede tender a la melancolía y caer en la hipocondría fundamental. Si alguien tiene esa personalidad temerosa, puede llegar a transformarse en una realidad melancólica”.
(Imágenes.- 1.- Peder Severin Kroyer/ 2.- Jamie Wyeth/ 3.- Max Ernst)
ZHIVAGO, OMAR SHARIF
“Sobre toda la tierra la tormenta
hasta el confín postrero.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.
Como en verano, enjambres de mosquitos
sobre la llama vuelan,
tal los copos de nieve en el cuadrado
cristal de la ventana.
La tormenta imprimía sobre el vidrio
círculos y saetas.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.
Sobre el techo, que estaba iluminado,
se acostaban las sombras.
Cruzados brazos y cruzadas piernas
y cruzados destinos.
Caía dando un golpe sobre el suelo
un par de zapatillas
y lágrimas de cera de la vela
caían sobre el traje.
Y todo se perdía en una niebla
de nieve cana y blanca.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.
Desde un rincón, sobre la vela, un soplo,
y al momento una fiebre
de tentación alzaba en cruz las alas
como si fuera un ángel.
La tormenta duró todo febrero
y, continuadamente,
una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela”.
Boris Pasternak.-“Noche de invierno“- “Poesías de Yuri Jivago”
(En la muerte de Omar Sharif)
(Imágenes.- 1.- Pasternak- kayaliteratura/ 2.- Andrei Milnikov- 1970- pinterest/ 3.- Irina Novikova– galery russia/ 4.-Ansel Adams– 1933- camaraobscura/ 5.- Theodor Severin Kittelsen/6.- Viktor Astaltsev art katalog com/ 7.-Alexei Kundvatevich Savrasov– 1875/ 8.-Omar Sharif-Juan Gyenes– 1965/ 9.- Pasternak)
VERANO 2014 (1) : JOAN MARAGALL
l
“Parecéis flores del mar,
velas que salís ahora,
al tiempo en que el sol se pone,
y el mar es color de rosa.
ll
Veintiocho colores tiene el mar,
y todo está revuelto: el cielo, el agua;
el cielo brilla azul; furioso el viento,
a las nubes persigue y deshilacha.
Hace volar banderas y blancuras,
y retuerce a los árboles con saña;
todos son brillos, gritos y barullo,
con un anhelo y un hervor que espanta.
lll
Todo conmueve al mar y lo renueva;
lo ensombrece una nube, el sol lo alegra;
por algo que lo mire cerca o lejos,
muda el color cual virgen vergonzosa.
lV
Mar de acero al crepúsculo
delicia de la mirada;
bien me acabas la jornada – bella y plena -.
¡ Dios del mar,
gracias mil por la jornada
tan serena!
V
Mar azul, adiós,
Montañas amansadas
sobre las que corre el viento suave;
campanas de aldehuelas apartadas,
que tantas horas me trajisteis paz;
adiós, con Dios quedad.”
Joan Maragall .- “Vistas al mar”
(Imágenes-1-James Abbott McNeill Whistler– 1886/ 2- Ivan Aivazosky– 1898/ 3- Paul Gauguin– 1898 / 4.- Montague Dawson/ 5.-Lowell Birge Harrison.-1913/ 6-Peder Severin Kroyer.-1882)
UN SIGLO JUNTO AL PERRO
“Tengo a los perros por viejos conocidos – escribe Wislawa Szymborska -.Pero cuando me pongo a pensar en ellos como una gran familia del orden de los carnívoros, la impotencia me embarga. Porque si admito que un dóberman es un perro, entonces un pequinés no puede ser un perro, o que si un pequinés es un perro, entonces el dóberman tiene que ser necesariamente otra cosa.”
La gran poeta polaca comenta estas cosas al glosar el libro “Un siglo junto al perro“, de Hans Bauer, y hacerlo con la penetración y soltura que refleja siempre en “Más lecturas no obligatorias” (Alfabia). De perros célebres y de voces de perros en la literatura he hablado aquí hace tiempo: “Cecil” y “Flush“ entre otros. Pero Szymborska añade reflexiones interesantes: “Sin los perros – dice- nuestras vidas serían más tristes, peores y más mezquinas. No hay respuesta
para la pregunta de cómo se las arreglaron los esquimales para trasladarse de un lugar a otro sin la ayuda de perros; de cómo, en épocas anteriores al helicóptero, rescataban a los caminantes atrapados por una avalancha; cuánto más solitaria sería la vida sin perros de las personas que están solas; cuánto más sombría la de personas ciegas… El libro de Bauer habla, sobre todo, de la utilidad material de la
existencia del perro. De sus ventajas psíquicas habla más bien de pasada. Pero me imagino cómo sería una obra así: doce tomos provistos de prólogos, epílogos y notas a pie de página, y un índice alfabético de perros especialmente beneméritos a la hora de liberar nuestros mejores sentimientos.”
(Imágenes.- 1-foto Kris van der Veken- pinterest.com/ 2.-Rembrandt- 1640/ 3-Pieter Christoffel Wonder– 1828- pinterest.com/ 4.-Gerhard Munthe.-underpaintings)