INFLUENCIA DE LOS LIBROS

 

Greene-nnhhy-Graham Greene con Alec Guiness-

 

«La influencia de los primeros libros es profunda – confesaba Graham Greene -. Una parte del futuro descansa en los estantes: las primeras lecturas tienen más influencia sobre la conducta que cualquier enseñanza religiosa. Estoy seguro de que nunca habría dado el paso en falso que me hizo ingresar, a los veintiún años, a la Compañía de Tabaco Británico- Americana, que me había prometido un cargo en China, si no hubiera leído La columna perdida, del capitán Gilson; y, sin conocer a Rider Haggard, ¿me habría sentido más adelante atraído por Liberia? Y esto derivó finalmente en un empleo de guerra en Sierra Leona. Y sin duda debe haber sido La hija de Moctezuma y el relato de la desastrosa retirada en la noche triste de Cortés lo que iba a llevarme a México veinte años después. Por otra parte, Los antropófagos de Tsavo dejaron en mi mente una imagen tediosa de África oriental, que ni siquiera Hemingway pudo cambiar más tarde».

 

Naipaul- indiatvnews com

 

En «El ojo y la palabra» quise recordar las lecturas que el novelista Naipaul, siendo niño, escuchaba de labios de su padre. «Varios parlamentos de Julio Césardecía -, páginas sueltas de los primeros capítulos de Oliver Twist y David Copperfield, unas cuantas páginas de El molino junto al Floss; algo de los Cuentos de Shakespeare, de Lamb; relatos de O´Henry y Maupassant, y unas cuantas páginas de Somerset Maugham«. Esa era la voz de la lectura, las voces de las madres y de los padres que, con intención y ternura, trenzan diversas influencias, abren el surco de la literatura.

 

Manguel- vfr- tinkuylibros com ar

 

El río de las influencias sortea las edades y esas mismas edades purifican el agua de las influencias mismas. Al cabo de los años uno podría irse encuadernando su propia antología personal, salpicada no sólo de títulos sino también de frases, pequeños hallazgos en versos, principios y finales, diálogos que nunca se olvidan, párrafos que nos hicieron pensar. Manguel, que tanto ha leído, ha recogido parte de su antología individual: «un pasaje en una novela policial de Dorothy Sayers, un poema de Dylan Thomas, están Rey Lear, la Divina Comedia, Alicia en el país de las maravillas, está El hombre que fue jueves, de Chesterton, ciertos pasajes de Chateaubriand, está Kim, de Kipling, está la primera frase de La bestia debe morir, de Nicholas Blake (…) Y, por supuesto, hay numerosos textos breves, frases de Borges, y muchas cosas más».

Las influencias dejan su sello en nuestra infancia; luego, en nuestra madurez, nos acompañan.

 

libros-nju- Paul Signac

 

(Imágenes.-1.- Graham Greene con Alex Guinness/ 2.-Naipaul- indiatvnews/ 3.-Alberto Manguel- tinkuylibros com ar/4.- Paul Signac)

GARABATOS

escribir.-392j.-Conelis Gijsbrechts.-Mueso de Bellas Artes de Gante

«¿Qué sabemos de nuestras obras? – se pregunta Joyce en «Sobre la escritura» (Alba) – ¿alguno de nosotros es consciente de lo que está creando? ¿Acaso sabía Shakespeare lo que estaba haciendo al escribir Hamlet? ¿Lo sabía Leonardo al pintar La última cena? A fin de cuentas, el genio originario de un artista está en sus garabatos: su talento esencial hay que buscarlo en sus acciones triviales. Más tarde puede desarrollar ese talento hasta crear Hamlet o La última cena, pero, si los ínfimos garabatos que configuran la gran obra carecen de valor, no le habrá servido de nada crearla, por ambiciosa que sea. ¿Quién de nosotros puede controlar sus garabatos? Éstos son los signos con los que escribimos nuestra personalidad, como la voz o la forma de andar.»

escribir.-6hhhjj.-Paul Signac.-estudio de Asnieres

Vieja cuestión esta la de no consciencia del artista a la hora de crear. Serán muchas veces los intérpretes quienes le expliquen al autor qué ha querido hacer o decir. Aquí, hace ya algún tiempo, comenté  las «revelaciones» que Claudio Magris le hacía al escritor judío Isaac B. Singer sobre uno de sus cuentos o las interpretaciones que Felice Bauer le comentaba a Kafka sobre su relato «La condena«. Joyce – entre muchas otras cosas, dice, por ejemplo: «creo que un libro no se debe proyectar de antemano: a medida que uno escribe irá tomando forma, sometido a los impulsos emocionales de uno» – y da mucha importancia a lo que él llama garabatos – y que a mí me gusta calificar de «esbozos de esbozos» . Es en esos esbozos de esbozos, en esos garabatos en cuadernos – que llegan fulgurantes de la mente, o de los creadores paseos – donde anida el germen de una idea o el brillo en perfil de un personaje. Esos garabatos que al principio parece que no se tienen en pie son – si poseen auténtico valor – los que edificarán toda la obra aún desconocida.

(Imágenes:- 1-Cornelis Gijsbechts.- Museo de Bellas Artes de Gante/2.- Paul Signac.-estudio de Asnieres)