GLORIAS Y OLVIDOS

“No curemos de saber

lo de aquel siglo pasado,

qué fue de ello:

vengamos a lo de ayer,

que también es olvidado

como aquello.

¿Qué se hizo el rey Don Juan?

Los infantes de Aragón,

¿qué se hicieron?

¿Qué fue de tanto galán?

¿Qué fue de tanta invención

como trujeron?

Las justas y los torneos

paramentos, bordaduras

y cimeras,

¿fueron sino devaneos?

¿Qué fueron, sino verdura

de las eras?

.¿Qué se hicieron las damas,

sus tocados, sus vestidos,

sus olores?

¿Qué se hicieron las llamas

de los fuegos encendidos

de amadores?

¿Qué se hizo aquel trovar

las músicas acordadas

que tañían?

¿Qué se hizo aquel danzar,

aquellas ropas chapadas

que traían?”

Jorge Manrique– coplas por la muerte de su padre

(Imágenes- 1-Akihito Takuma– 2015/ 2-Howard Hodgking)

COGER CEREZAS

 

 

«Las manzanas no se pueden coger a la manera bárbara, con prisas. La más bonita se nos escurrirá de las manos, se nos caerá y se nos dañará. Y las cerezas más aún. – recuerda el escritor húngaro Béla Hamvas en «La melancolía de las obras tardías» (Subsuelo) –  Y tampoco vale hacer lo contrario de lo que uno hace cuando trabaja. No. Coger cerezas pertenece a otro orden de la vida. Allí donde no existen ni prisas, ni agobios, ni sobreesfuerzo, ni rige la norma de realizar lo máximo en el menor tiempo posible. Allí donde no hay atosigamiento. Coger cerezas no es un descanso. No guarda relación alguna con la barbarie del trabajo. Para poder coger cerezas, el hombre ha de ser sencillo, es decir, normal. De lo contrario no hará más que precipitarse y le convendría ir al partido de fútbol. Coger cerezas es una actividad ajena por completo a cualquier excitación. Una vez bien instalados en lo alto del árbol, con el cesto colgado en sitio adecuado al alcance de la mano, con el gancho para acercar las ramas más lejanas bien colocado en el ramaje, queda tiempo para todo. Para deleitarnos con el paisaje, con el huerto de abajo que, visto desde arriba, parece completamente distinto, rodeado por los árboles vecinos. Para encendernos un cigarrillo, escuchar entretanto el canto del ruiseñor o del mirlo, contemplar el resplandor del sol que al oeste asoma sobre una nube vaporosa y arremolinada. Mientras, cogemos el cabillo de la cereza con cautela, lo giramos en la dirección contraria a su crecimiento para que ceda con facilidad y se desprenda sin fuerza. Ponemos los frutos en el cesto, de a dos, de a tres, como podamos. No conviene poner más de tres a la vez, porque el fruto se resiente.

 

 

En lo alto del árbol, mientras cogía las cerezas, viví una experiencia que no he vivido ni tocando el piano, ni escribiendo, ni pensando, ni viajando. La experiencia de la libertad. Porque en ninguna otra actividad la tuve, y para vivirla hube de partir de la base de que no soy artista, ni escritor, ni aventurero, ni pensador. (…) Ahora sé que ser libre es tanto como ser plenamente consciente de lo que es y dónde está y saber cómo moverse entre las cosas. El cesto cuelga de la rama, el gancho se encuentra a su lado, si quiero coger ese  racimo de cerezas, he de dar un paso hacia allí para poder agarrarlas sin riesgo y depositarlas en el cesto. Este, por cierto, está casi lleno, de manera que habré de bajar y vaciarlo en el cesto grande al pie del árbol, porque de lo contrario los frutos se rompen y se pudren más rápido».

 

 

(Imágenes – 1-Karen O Neils- pinterest/ 2.- Masao Saito- 1983/ 3.-Fede Galizia – 1602)

EL NUEVO POP ART

 

pop art 5- Martha Rosler- Martha Rosler photo- Tate Gallery

 

Cierto día, a mediados de 1960cuenta Peter Watson en su «Historia intelectual del siglo XX» -, Leonard Kessler,  ilustrador de libros infantiles, se tropezó con Andy Warhol – antiguo compañero de clase – cuando salía de un almacén neoyorquino de material de bellas artes, cargado de brochas, tubos de pintura y lienzos. Kessler lo miró de hito en hito.

-¡ Andy! ¿Qué estás haciendo?

– Voy a hacer pop art – repuso Warhol.

En ese momento, a Kessler no se le ocurrió otra cosa que preguntar:

-¿Por qué?

-Porque odio el expresionismo abstracto- ¡Lo odio!

 

pop art 3- vnu-Alberto Grifi- cortesía del archivo fotográfico del Centro Experimental de Cinematografía- Tate Gallery

 

Ahora la Tate Modern presenta una exposición sobre los iconos del nuevo pop y se proponen de nuevo imaginaciones, combinaciones, experiencias y mezclas de los últimos lenguajes plásticos. Arthur C. Danto, el filósofo norteamericano, opinaba

pop art- 9- bbvvu- Isabel Oliver- mil novecientos setenta y uno

 

que el arte entendido como narrativa de la modernidad, cuyo último paradigma había sido el arte abstracto, había desaparecido desde que en 1964 Andy Warhol había presentado como arte una simple caja de una marca de jabón detergente, y que arte era ya, sencillamente, lo que querían los artistas. En 1979, y comentando los retratos que hiciera Warhol, el historiador de arte Robert Rosenblum, en su catálogo para aquella exposición, escribía: «Si bien se ve al instante

 

pop art 2- bhu-Tate Gallery

 

que Warhol ha revivido el encanto, el brillo y el chic de la vieja tradición del retrato de sociedad, tal vez es menos obvio que, a pesar de su legendaria indiferencia por los hechos humanos, también ha capturado una increíble variedad de atisbos psicológicos entre sus retratados». El artista Jedd Garet quiso reseñar aspectos de del pop art diciendo que «cualquier tipo de declaración visual que uno quiera hacer debe pasar primero por el diseño de moda y el diseño de muebles hasta que se comienza a producir al por mayor. Al fin y al cabo, un surtidor de gasolina puede parecer diferente gracias a un cuadro que uno ha hecho; pero eso no es algo por lo que deba preocuparse un artista».

 

pop art- 7- Tate Modern

 

(Imágenes.- 1-Martha Rosler photo- Tate Modern/ 2.-Alberto Grifi– cortesía del archivo fotográfico del centro experimental- Tate modern/ 3.-Isabel Oliver- 1971- Tate modern/4.-Tate modern/ 5.-Ushiro Shinohara– 1966- Tate modern)

LA CREACIÓN Y EL SUEÑO

sueños.-98nn.-el hombre dormido.-por Berhnal Greeen.-Victoria Park Gardens

«Todos nosotros somos creadores durante el sueño, y en el fondo, lo mismo que el misterio del sueño, la creación es muchísimas veces vaticinadora, es decir, anticipatoria, reveladora – me decía Rof Carballo en Madrid, en 1977 -. La creación, para mí, es realmente algo que no lo agota el psicoanálisis, ni mucho menos ese mundo vasto e inmenso que es el sueño. La creación es una de las fuerzas curativas más importantes del hombre: es decir, que no se consigue la salud tan sólo por el equilibrio del interior, sino por el despliegue en amplio horizonte de lo superior y la labor creadora ( bien sea en el sueño, o sea en la real actividad de creación). Para mí, el libro creador se ve inmediatamente, puesto que le agarra a uno gracias a la sorpresa; cuando uno encuentra un estilo que le sorprende, unas ideas o una manera de pensar que le asombran, entonces uno se halla ante un creador: uno se siente tan renovado como después de una ducha, o de un baño durante el verano en el océano.»

J.J. Perlado («Diálogos con la cultura».-págs 119-120)

sueños.-3dee.-Yoshitaka Amano

«Recuerdo un pasaje de Allisondecía Borges – en el cual él dice que cuando soñamos, somos, a la vez, el teatro, los actores, la pieza y el autor; somos todos a un tiempo. (…) Ahora, si el hecho de soñar fuera una suerte de creación dramática, resultaría que el sueño es el más antiguo de los géneros literarios; y aun anterior a la humanidad porque – como recuerda un poeta latino – los animales sueñan también. Y vendría a ser un hecho de índole dramática; como una pieza en la cual uno es autor, es actor, es el edificio también – es el teatro -. Es decir que, de noche, todos somos dramaturgos de algún modo.»

(Imágenes:- 1.-El hombre dormido.-Berhnal green.-victoria park garden/ 2.- Yoshitaka Amano)