DUELO A GARROTAZOS

 

 

La pintura  “Duelo a garrotazos de Francisco de Goya estaba situada en la sala del piso superior deLa Quinta del Sordo”, la casa adquirida por el pintor en febrero de 1819 en las proximidades del río Manzanares, vivienda ubicada cerca del actual paseo madrileño de Extremadura, entre las calles de Doña Mencía y Juan Tornero, posiblemente demolida en torno a 1913. Esta pintura, hoy en El Prado, ha sido motivo permanente de importantes interpretaciones. Valeriano Bozal resume que “ningún autor moderno ha comprendido esta escena como la representación de una anécdota singular, como una pintura costumbrista”. Unos autores aluden a  la fatalidad de la muerte, otros mencionan la discordia humana que sólo se soluciona con la muerte. La brutalidad de la acción se funda en la naturaleza irrevocable del duelo: hundidos en la tierra, ninguno de los contendientes  puede distraerse o intentar escaparse, están condenados a matarse.”Creo que “Duelo a garrotazos” – sigue diciendo Bozal – es una reflexión sobre el enfrentamiento trágico más que una representación de éste o aquel enfrentamiento concreto de gañanes.

 

 

Goya ha respetado la verosimilitud indumentaria, mucho más detallada y reconocible que en otras obras; ha aumentado la escala de los protagonistas, trayéndolos a primer término, y ha contrastado la brutalidad de la acción con la belleza del paisaje. Uno de los más hermosos paisajes del artista aragonés es marco para una acción brutal  de desenlace fatalmente conocido. Las dos figuras destacan sobre el horizonte, cada vez más claro. Nunca se había presentado con tanta dureza el espíritu de discordia. Sin embargo, ningún rasgo específico, ninguna anécdota invita de forma precisa a interpretar la pintura como símbolo de la discordia o enfrentamiento político en abstracto. El enfrentamiento político cabe bajo esta discordia más general que es,  por ello mismo, más fatal y enconada”.

Desde el punto de vista estético se ha destacado por otros autores que “las dos figuras que pelean están trabajadas a través de una gama de grises y blancos dejando traslucir los colores que aplica Goya en el fondo compuesto a través de azul celeste, blanco de plomo, azul grisáceos y verdes mezclados con ocres. Y destaca el detalle de la pequeña montaña trabajada en ocres verdes y sobresaliendo una tierra  rojiza”.

Uno sale de esta escena sumido en una larga meditación.

 

 

(Imágenes.-1- Duelo a garrotazos – Museo del Prado/ 2- Francisco de Goya- wikipedia/ 3- Goya- autorretrato)

VIAJES POR ESPAÑA ( 8) : GITANOS DEL ALBAICÍN

 

 

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«Es el caso – cuenta Ciro Bayo en «El lazarillo español» – que al segundo día de mi estancia en Granada hube de perderme por los alrededores de mi hospedaje. Pasé el Zacatín y la Alcaicería, entré en la Catedral y salí al Mercado. Con ojos como puños miré los volátiles desplumados y los cuartos de reses que colgaban en pollerías y carnicerías; pero apartándome de las pecaminosas tentaciones, sorteé entre los puestos de las verduras, con intención de comprar un puñado de patatas para refuerzo del guiso hospederil, que hallaba muy deficiente.

Parado estaba ante uno de aquellos, esperando mi vez, en tanto que la vendedora despachaba a otros parroquianos, cuando, de pronto, oí que me decía:

– ¡Tome, hermano!

Tendí instintivamente la diestra y la buena mujer me alargó tres patatas y una monedita de dos céntimos.

– Muchas gracias, señora – contesté -, y aun creo que añadí -: ¡Dios se lo pague!

¿Si será costumbre en Granada tratar así a los peregrinos -pensé -? Veámoslo.

 

Albaicin-bgr- mezquita mayor del Albaicin- wikipedia

 

Pasé al puesto inmediato, me quedé plantado, en actitud expectante y lo mismo; una patatita o dos céntimos. Y así sucesivamente. La que no daba patatas daba un ajo o una cebolla y, en último caso, la monedita de dos céntimos. En menos de media hora, haciéndome el santito, llené el pañuelo de tubérculos y el bolsillo de céntimos.

¡Oh, santas mujeres de Granada! Vosotras reforzasteis mi ágape en este día y me disteis para pagar el alojamiento ¡Yo os bendigo!

Aquella tarde la dediqué a visitar el Albaicín, famoso barrio de la gitanería en otra de las colinas que divide el Darro. Tampoco es el Albaicín para ser conocido en un día; es un diorama de tipo charro y notas de color que hay que ver despacio, como lo vio Fortuny cuando lo reprodujo en sus acuarelas.

 

Albaicín- nym- gitanos del Albaicín- pbase com

 

Los señorones que allí van lo hacen pensando entrar en una guarida de ladrones y no hay tal cosa. Los gitanos en sus casas son tan finos y caballeros como cualquier otro ciudadano en las suyas. Más exóticos y más chocantes les parecerá a los gitanos esas parejas sueltas y caravanas de extranjeros que se quedan boquiabiertos y embobados mirando, aunque más no sea, el esquileo de un burro».

 

Albaicín-unnk-gitanos del Albaicín- todocoleccion net

 

(Imágenes.- 1 y 2.- wikipedia/ 3.-gitanos del Albaicín.-pbase com/ 4.- gitanos del Albaicín- todocoleccion,net)

 

VIEJO MADRID (36) : EL «DOS DE MAYO» VISTO POR UN NIÑO

Goya.- 4455t.- el tres de mayo de 1808.- los fusilamientos en la montaña del Principe Pio

«Las diez poco más o menos, serían de ella, cuando se dejó sentir en la modesta calle del Olivo la agitación popular y el paso de los grupos de paisanos armados, que con voces atronadoras decían: «¡ Vecinos, armarse! ¡Viva Fernando Vll !» Toda la gente de casa corrió presurosa a los balcones, y yo con tan mala suerte, que al querer franquear el dintel con mis piernecillas, fuí a estrellarme la frente en los hierros de la barandilla, causándome una terrible herida, que me privó de sentido y me inundó en sangre toda la cara. Mis padres y hermanitos, acudieron presurosos al peligro más inmediato, me arrancaron del balcón, me rociaron, supongo con agua y vinagre (árnica de aquellos tiempos), me cubrieron con yesca y una pieza de dos cuartos la herida y me colocaron en un canapé, a donde volví entre ayes y quejidos lastimeros.»

Sorolla.- ttyyh.- defensa del Parque de Monteleón.- Joaquín Sorolla

Quien cuenta todo esto es el gran escritor costumbrista español Ramón de Mesonero Romanos en sus «Memorias de un setentón«. Tenía Mesonero entonces – el Dos de Mayo de 1808 – cinco años. «Tal vez ningún cronista de ninguna época-  escribí yo al prologar hace años esas «Memorias»– se hubiera atrevido a trasladar una fecha tan señalada de la Historia de España haciendo uso casi únicamente de impresiones subjetivas – hasta para algunos limitadísimas – como son los coloquios familiares escuchados por un pequeño niño. Y, sin embargo, Mesonero escoge precisamente esa fórmula de expresión para dar fe del dramático alzamiento. Los diálogos y las acaloradas disputas de sobremesa que en casa de Mesonero se sucedían, aparecen tan jugosa y naturalmente vertidos, que ellos mismos nos ofrecen una nítida imagen del apasionante suceso. Como digo, tenía entonces el escritor cinco años, y como infante que era, no podía lógicamente interpretar ni comprender el alcance del acontecimiento. Pero su memoria nos ha dejado intactos muy diversos rasgos ambientales que nos ayudan en forma sorprendente a conocer el interior del hecho: gritos, coplas, tumultuosos debates y carreras y confusión por doquier nos retratan vigorosamente, como en una película trepidante, la vibración de ese día; la Historia está observada desde un rincón minimizado, a través de una minúscula pupila, y sin embargo captando en cada instante lo más preciso y lo más pintoresco. Mesonero, acabando el capítulo, se verá obligado a exclamar: «¡ Qué noche, Santo Dios! Setenta años se cumplen cuando escribo estas líneas y siglos enteros no bastarían a borrarla de mi memoria!»

Goya.- rrtth.- el Dos de Mayo e 1908.- la carga de los mamelucos.- Francisco de Goya.-1814.-Museo del Prado

Y poco después, al describir el inquieto rostro del nuevo día, su pluma, frente a la mañana del 3 de mayo de 1808, cobra otra vez un ardiente fulgor: tomando el hilo de la atropellada narración que en aquellas horas daba a conocer a toda la familia el amanuense de su padre,  («decía haber visto a las mujeres por bajo de los caballos para hundir en sus vientres las navajas, y encaramarse a los hombres a la grupa de los mismos para hacer a los jinetes el propio agasajo») ,  llegan los recuerdos de Mesonero a Palacio, bajan a la Puerta del Sol, entran hasta el Parque de Monteleón, donde se precipitan las horribles venganzas, y en fin, dejan para siempre plasmado un Madrid desconcertante y atroz: ese Madrid inmortalizado por la paleta de Goya, que asomará entre las páginas de estas «Memorias» como un gran cuadro literario, de crudo colorido, en el que permanece abierta la herida de una revolución.»

Goya.- 4gguui.- versión de El tres de mayo de 1808 en Madrid- en grafiti en Madrid.- wikipedia

(Imágenes:- 1.- Francisco de Goya.- tres de mayo de 1808.-los fusilamientos en la Montaña del Príncipe Pío.- Museo del Prado/ 2.- Joaquín Sorolla.- Defensa  del Parque de Monteleón.- obtuvo en 1884  una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes/ 3.- Goya.- el dos de  mayo de 1808.- la carga de los mamelucos.- Museo del Prado / 4.- el 3 de mayo de 1808 en Madrid.- grafiti en Madrid.- wikipedia)