Empujando la puerta estrecha y vacilante,
he entrado por las sendas del olvidado huerto
que el buen sol matinal alumbra dulcemente
salipicando las flores de un húmedo destello
Nada ha cambiado: he vuelto a ver el emparrado
humilde de la viña, los bancos de madera…
El surtidor prosigue su murmullo argentino,
y viejo tiembla y dice su queja sempiterna.
Las rosas como antes palpitan, como antes
los lises orgullosos se columpian al viento.
Cada alondra que viene y va me es conocida.
Hasta he hallado en pie a la antigua Velléda
que se desconcha, frágil, al fin de la avenida
envuelta en el olor soso de la reseda”.
Paul Verlaine. -“Después de tres años” (traducción de Luis Guarner)
(Imágenes.-1.-Philipp Röth.-1909.- pinterest/ 2.-Edward Munch)