PERIODISMO, EXPERIENCIA Y VIDA

«Objetan que lo que un periodista que ha nacido como tal tiene que hacer sólo puede relizarlo en la redacción, en el «tajo»  –comenta Joseph Pulitzer en «Sobre el periodismo» (Gallo Nero). ¿Cómo se procede en realidad en la redacción? No se trata de una educación intencionada, sino sólo casual. No es un aprendizaje: es un trabajo durante el cual todos tienen que saber lo que están haciendo. No hay nadie en la redacción con tiempo ni ganas para enseñarle a un reportero novel todo lo que debería saber antes de llevar a cabo la más humilde de las tareas de un periodista.(,,,) La idea del «tajo» predominaba antes en el Derecho y la Medicina. En la universidad, un abogado no aprende más que la teoría del derecho, los principios fundamentales y algunos precedentes. Cuando recibe su título no está nada preparado para ejercer. Y tampoco el médico aprende a practicar en la facultad de Medicina – seguía diciendo Pulitzer en 1904, en la North American Review, cuando por su iniciativa nacía la Escuela de Periodismo de la Columbia University de Nueva York -Sólo aprende principios fundamentales, teorías, normas y la experiencia de los demás: los fundamentos de su profesión. Una vez deja la facultad, debe trabajar en los hospitales para aprender el arte de poner en práctica esos conocimientos.

En el caso del periodismo, las redacciones son los hospitales. Sin embargo, los estudiantes llegan a ellas sin saber nada de principios o teorías. El hospital- periódico es muy complaciente. Proporciona pacientes para que los jóvenes practiquen con ellos, pone bisturís en manos de principiantes que no sabrían diferenciar una arteria de un apéndice vermiforme, y les paga por los errores con los que van aprendiendo gradualmente la profesión». Los tiempos han cambiado para muchas cosas y no han cambiado demasiado para otras. Un siglo después, los jóvenes periodistas recien incorporados a una redacción selen estar muy mal pagados y a veces explotados, la multiplicidad de medios y de soportes abre intrumentos a velocidades increíbles y a la vez la formación profunda del periodista y su esfuerzo personal son sustituidos en ciertas ocasiones por la perezosa comodidad del simple «cortar» y «pegar». Ante un acontecimiento cotidiano puede apreciarse enseguida al corresponsal que ha descendido hasta las entrañas mismas del conflicto y aquel otro que únicamente ha descendido las escaleras de su despacho para llegar hasta la calle y, sin implicarse demasiado, recitar con habilidad su crónica. Pulitzer, en este pequeño e interesante libro – de ya hace cien años-, dice muchas verdades. Al hablar, por ejemplo, de la especialización, se lamenta que «el redactor de un periódico de Nueva York dedicado a la sección editorial se sorprenda tanto como el público cuando lee las noticias de la mañana. El redactor de noticias no sabe qué editoriales habrá. El crítico musical no es capaz de escribir sobre eventos deportivos. El tipo de inestimable sentido del humor no sabe registrar ni interpretar los movimientos bursátiles«.

Reflexiones importantes de uno de los grandes maestros del periodismo.»El periodista – añade Pulitzertiene un puesto que sólo le pertenece a él. Sólo él tiene el privilegio de moldear las opiniones, llegar a los corazones y apelar a la razón de cientos de miles de personas diariamente. Esta es la profesión más fascinante de todas«.  Profesión que en tantos países se encuentra hoy en la encrucijada.

.(Imágenes.-1.-Fred Tomaselli.-2009.-cortesía de la galería James Cohan.-Nueva York/2.- agregador de noticias. 1.o.-Giuliano Abate/3.-Bette Davis y el periódico.-rantingsofamodernndayglamourgirl)

EL NUEVO PERIODISMO

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«Esta profesión tiende a la autodefensa – ha dicho Arcadi Espada -, a no asumir que muchos problemas son el fruto del trabajo mal hecho. Eso sí, siempre estaremos dispuestos a denunciar el trabajo mal hecho por los otros (…)  Siempre hacemos grandes teorías para justificar los errores que cometemos los periodistas y que no tienen otra explicación que la pereza y la incompetencia (…) La literatura ha sido nefasta para el periodismo. Y que conste que yo también me hice periodista  porque me gustaba escribir (…) Hay un error ontológico: la ficción, las novelas dan un orden acabado del mundo, una ilusión de sentido que no existe en la vida. La vida está hecha de cabos sueltos. Por ejemplo, hay un error lamentable que es la necesidad de sentido. Pongamos que un señor tritura a su madre. Al día siguiente irán todos los periodistas y descubrirán que el señor creció en una chabola y que fue un niño solitario, y, claro, eso lo explicará todo… Vaya, como si lo normal fuera triturar a la madre cuando uno crece entre chabolas. Eso es retórica, una falta de rigor asombrosa. Siempre es más fácil hacer un relato literario que investigar en el gen del asesino. En resúmen, tenemos un modo de contar la realidad basado en la metáfora y no en el dato. Y eso es anacrónico». mundo-actual-foto-peter-beard-michael-hoppen-gallery

«Hablamos tanto de la crisis de los diarios, de la información en papel, de las posibilidades de los medios digitales…Y resulta que lo que está en crisis es el periodismo, más que los periódicos (…) Soy muy crítico con el periodismo, pero hay un hecho indiscutible que tenemos que reconocer: los medios de comunicación son el instrumento que ha permitido que las personas se sientan solidarias. Aunque sea una solidaridad liviana, unos segundos en el sofá mientras se ve en el telediario unas imágenes de los bombardeos en Gaza…Es una solidaridad valiosa».

Estamos lejos de «El nuevo periodismo» de Tom Wolfe, de 1976 ( Anagrama). Es algo muy distinto. Varias veces he hablado en Mi Siglo de periodismo. Ahora creo que es muy útil leer el último libro de Arcadi Espada «Periodismo práctico» (Espasa). Allí se lee la preparación de Chéjov para descubrir. Para observar. «Chéjov antes de Google: » Sin moverme de casa leo cuánto costaba una tonelada de carbón de Sajalín en 1863 y cuánto cuesta el de Shanghái, me informo de esas grandes extensiones, de los vientos del noroeste, sudoeste y nordeste que soplarán sobre mí cuando esté meditando sobre mi mareo, cerca de las costas de Sajalín. Leo noticias del suelo, el subsuelo, de la arcilla arenosa y de la arena arcillosa». Ah, ah,  -comenta Espada -, esas maniobras iniciáticas, ese ojeo del orden. Se me hace la boca agua».

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 Observar. Descubrir el dato, transmitir el dato, no la metáfora.  Estamos en otro nuevo periodismo, en la necesidad de un nuevo periodismo. «Qué hacer – se pregunta por ejemplo Arcadi Espada –  cuando nos advierten que las noticias deben contrastarse tres veces? Comprobar si entre estas tres fuentes figura la invisible y principal: el propio periodista contrastando con su inteligencia, su cultura y su coraje, en el tiempo, a veces muy corto, que separa al descubrimiento de la escritura, si aquello que  ha visto o ha oído puede pasar la prueba de la razón. Averiguar también, si en los masters se enseña a tratar con la fuente invisible, a cuidarla, a alimentarla o, por el contrario, y como máximo, se enseña a sobornarla».

«¿Qué hacer – se sigue preguntando Espada – con la escritura digital? En general, se está imponiendo un modo de escribir en la web que más se atiene a la laxitud de una sucesión continua de borradores privados que a las obligaciones de la publicación. Este concepto de publicación es clave, pero no parece haber entrado en las cabezas de algunos redactores jóvenes. Una web no es una emisora de radio (por el momento no domina el lenguaje oral), ni un blog, ni escribir en un periódico puede ser un mero backup de lo que va llegando. Es posible que los digitales deban escribirse de otra forma».

(Imágenes:- fotos Peter Beard.-Michael Hoppen Gallery)