PIERRE BOULEZ : MÚSICA Y POESÍA

 

Boulez-unnhu- Pierre Boulez- music newcity com

 

«Susurros, palabra hablada, palabra hablada con entonación, canto hablado, canto propiamente dicho.., numerosas combinaciones de posibilidades«. Así comenta el teórico de la música Herbert Eimert el Visage Nuptial, (1951-52), obra de Pierre Boulez, sobre un ciclo de poesías del escritor surrealista René Char.

Como en otros compositores, aquí la música quiere apoyarse en la literatura. La selección de poetas que hace Boulez -además de René Char, Mallarmé y Henri Michaux – deja paso a sus confesiones: «René Chardijo el compositor – representa una concentración del lenguaje, una calidad, una firmeza que en la poesía contemporánea son modelos. Me gusta por encima de todo la violencia marcada por la palabra, su paradoja ejemplar, su pureza…».

 

Boulez-ntr- Pierre Boulez- lik essuccess com

 

Por su parte el poeta quiso a su vez intervenir en esta unión. «La música– dijo Charaún recientemente no se unía a la poesía, o a la inversa, porque una de las dos, desde el primer compás, quedaba completamente vencida o sometida a la otra. Era como su doble, su montura, y estos dos grandes misterios distintos, poesía y música, no consentían aparecer unidos más que para hacer sonreír con conmiseración a aquellos que habían venido a saborear…»

Sobre un verso de Henri Michaux compone también Boulez su Poésie por pouvoir, donde lo instrumental y lo vocal se mezclan a lo electrónico.

La poesía y la música se entrelazan. Cuando acaba de morir este gran compositor, cuya intensa biografía – cruzada muchas veces de audacias, rabia, amistades y enemistades, encuentros y desencuentros con Messiaen, Stravinsky, LeibowitzCage, tal como relata su biógrafo Joan Peyser y resume Alex Ross en «El ruido eterno» -, la música del siglo XX recordará la personalidad y calidad de este gran autor.

Descanse en paz.

 

Boulez-noi- Pierre Boulez- theguardian com

 

(Imágenes.- 1.-music newacity.com/ 2.-lik. essucess. com/ 3.- theguardian. com)

JOHN LENNON

Lennon.-4drr.-Robert Whitaker.-vi.sualize.us

«No, yo no soy los Beatles, Yo soy yo. –le contestaba Lennon a Jann S. Venner en 1971  para «Rolling Stone» – Los Beatles son los Beatles. Por separado son otra cosa. George era un cantante que tenía su propio grupo antes de unirse a nosotros. Nadie es los Beatles. ¿Cómo podría serlo? En el grupo cada uno de nosotros teníamos nuestro papel.»

NPG P1348; The Beatles (Ringo Starr, John Lennon, George Harrison, Sir Paul McCartney) by Robert Whitaker

Ahora que se reúnen «Las cartas de John Lennon» (Libros Cúpula), las palabras de aquel diálogo recogidas por Christopher Silvester en «Las grandes entrevistas de la Historia» (El País/ Aguilar) nos acercan de nuevo a muchas facetas de su vida. Cuando Venner le pregunta a Lennon, «¿Te consideras un genio?», éste responde:» Sí. Si existen los genios, yo soy uno de ellos. (…) La gente como yo es consciente de que posee eso que se llama genio a los diez, los ocho, los nueve años…Yo siempre pensaba: «¿Por qué no me ha descubierto nadie?». ¿No se daban cuenta en el colegio de que yo era más listo que los demás? (…) Me sentí muy perdido cuando pasé a la enseñanza superior. Solía decirle a mi tía: «Si tiras mis poemas, lo lamentarás cuando sea famoso». Y ella seguía tirando toda aquella morralla. (…) Para mí era algo evidente. ¿Por qué no me mandaban a estudiar arte? ¿ Por qué no me facilitaban las cosas? ¿ Por qué querían obligarme a que me convirtiera en un patán como el resto de ellos? Yo era diferente; siempre fui diferente. ¿Por qué nadie se fijaba en mí?.»

lennon.-Robert Whitaker.-telegraph. co-uk

Tres años antes, en 1968, Jonathan Cott charlaba con Lennon en un sótano londinense cuyas paredes – como recuerda el entrevistador – estaban cubiertas de fotos de John y de Yoko, un emblema gigante de la banda del Sargento Pepper, el collage de Richard Chamberlain a base de recortes de prensa alusivos a la detención de los Stones y la portada que Time Magazine dedicó a los Beatles.

«¿Te sientes suficientemente libre – le preguntó entonces Cott – como para poner cualquier cosa en una canción?», y Lennon respondió: «Sí. En los primeros tiempos yo – bueno, todos nosotros – prescindíamos de muchas cosas por el hecho de ser éstas banales, clichés, había incluso acordes que no utilizábamos porque pensábamos que eran clichés. Precisamente, este mismo año nos ha supuesto a todos nosotros una liberación por la decidida vuelta a los acordes básicos que hemos emprendido, como, por ejemplo, en «Revolution» en la que yo toco la guitarra y no he mejorado nada desde las últimas veces en que había estado tocando. Pero me gustó. Suena de la forma en que yo quería que sonase. (…) Yo solía escribir un libro o una serie de historias, mientras que por otra, componía canciones. Y yo solía escribir el libro o incluso las cosas que escribía en trocitos de papel con absoluta libertad formal. (…) Nosotros escribimos letras, y yo escribo letras, de cuyo significado no me doy cuenta hasta después. En particular en algunas de las mejores canciones o de las más valoradas como»Walrus«. Todo el primer verso fue escrito sin ningún conocimiento. Y en «Tomorrow Never Knows«, pues no sabía lo que estaba diciendo y ocurre que lo descubres más tarde. (…) Me encanta que la gente se da cuenta de que tengo una especie de extraño tinglado en cuanto al ritmo, porque nunca he sido capaz de seguir el ritmo en escena. Por lo general yo siempre me perdía».

Confidencias y confesiones que ahora, con sus Cartas, nos revelarán más aún su personalidad.

http://youtu.be/O4_ghOG9JQM

(Imágenes.- 1.-John Lennon.-Robert Whitaker.-vi- sualize. us/ 2.-The Beatles.-por Robert Whitaker.-1964.-National Portait Gallery.-Londres/ 3.-The Beatles.-por Robert Whitaker.-telegraph. co. uk)

MONÓLOGO DEL SENA

«Soy el camino que transcurre a través de Parísdice el Sena -.Me he apropiado de muchas imágenes desde tu infancia y he reflejado incontables nubes… Soy voluble como los hombres; tengo mis momentos de felicidad, el alba en junio, y mis horas siniestras, ciertos atardeceres de diciembre. Y, por encima de todo, soy curioso. A eso vosotros lo llamáis inundaciones. Vosotros, eternos transeúntes, y yo, agua fugitiva, tenemos en común el no retroceder jamás. Vuestro tiempo es mi espacio. ¡Cuántos resplandores han reflejado mis aguas! Mi memoria es un vasto caleidoscopio en el que podrás encontrar todo lo que ha forjado la historia de tu siglo: la plaza de la Concorde en febrero de 1934, cuando las mujeres vendían en bandejas bolas de metal para tirar bajo, las herraduras de la caballería; los paseos de los enamorados o de los asesinos, como los que aparecen en tus libros; un papa en la Plaza de Notre- Dame para borrar el recuerdo del que no había venido libremente; y todos los fuegos artificiales cuyos haces refleja mi oscuridad líquida por partida doble antes de engullir sus apagados sortilegios; y todas las manifestaciones de mayo, por ejemplo, las del 68, que creían en lo que las revoluciones del siglo pasado sólo habían esperado.

Pero todo empieza de nuevo y se recupera sin cesar en vosotros, pueblo de palabras; los primeros coches, altos y cuadrados como cajas negras, a lo largo de la Cours-la- Reine; los muebles del arzobispo, que lanzaron a mis aguas; los fuegos de vivac de cosacos y prusianos; monsieur Guillotin con su guillotina, como era lógico; los sacos todavía vivos que hacían balancear desde las ventanas de la torre de Nesles; los pequeños reyes de metal que me arrojaban desde lo alto del puente de Change contra el mal de ojo; las riñas de estudiantes, las revueltas, los asedios y la blanca ciudad que se llamaba Lutecia cuando Atila acampaba en los lugares que la rodean. Porque, como ves, el tiempo transcurre con la misma rapidez hacia atrás que hacia delante.

Todo lo que has visto de tu ciudad desde tu juventud es cierto, pero los jóvenes no la reconocerán. Sin embargo, pronto les llegará el turno de describir una ciudad que los ojos de sus hijos no verán de la misma forma en sus propios recuerdos. Y apuesto a que, dentro de cien años, algunos leerán, maravillados, que en el siglo XX aún había en París monstruos de cuatro ruedas en las calles, escaleras en las casas, torres, museos, una especie de batiburrillo donde se amontonaban imágenes pintadas y todo tipo de cosas.

A menos que París se haya convertido, como en la imaginación de Julio Verne, en un lugar en un mapa marimo, en el que los tiburones y las tortugas gigantes nadan entre piedras glaucas, y yo mismo, en una señal un poco más oscura en el limo de esta nueva Atlántida.

Ocurra lo que ocurra, seguiré estando en mi lugar invisible. Piensa que atravieso demasiado París imaginarios, el de Maldoror, el de los Miserables, el de los Despojos

De todos los cuerpos que vuestras novelas han ahogado en mi lecho, oigo todavía los gritos reales que mis olas han tragado, tengo todas las pruebas que han escondido en mi seno desde la Edad Media, guardo los secretos de los suicidas y, si quieres saber, como los demás, lo que realmente pienso de París, te aconsejo que mires con todo tu corazón la misteriosa sonrisa de la desconocida del Sena...»-

Julien Green.-«París»

«Le Flâneur».-music by The XX.-por Luke Shepard)

(Imágenes:- 1.-Henri Cartier-Bresson.-1952/2.-Kess van Dongen/ 3.-Frank Myers Boggs/ 4.-Henri Cartier-Bresson/ 5. quai du Seine.-Théo Blanc y Antoine Demilly/ 6.-Albert Monier.-1950/ 7.-«Le Flâneur».-music by The XX.-por Luke Shepard)