LA MODA Y LA MUJER

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«Apenas una moda  ha destruido otra moda, ya es abolida por otra más nueva, que a su vez deja paso a la siguiente que no será la última: así es nuestra ligereza – escribe La Bruyère en sus «Caracteres» – . Ahora una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid sobre Louise Dahl Wolfe nos lleva hasta el mundo de la moda y esa visión de  la moda nos vuelve a llevar a la lectura de La Bruyère. » A través de estas revoluciones – prosigue el escritor francés – ha transcurrido un siglo que ha colocado todos estos adornos en la categoría de las cosas pasadas y que ya no existen; entonces la moda más curiosa y que más gusta ver es la antigua.

 

moda.-5fwq.-Balenciaga por el Sena.-1953.-por Louise Dahl-Wolfe.-all-art-org

 

(…) Se condena una moda que toma la cabeza de las mujeres como base de un edificio de varios pisos, cuya disposición y estructura cambian según sus caprichos; que separa los cabellos de la cara, a pesar de que crecen para acompañarla, que los levanta y los eriza al modo de las bacantes, como si quisiera cambiar la fisonomía dulce y modesta de las mujeres por otra altiva y audaz; se protesta, en fin, contra tal o cual moda, que, sin embargo, por muy extraña que sea, adorna y embellece mientras dura y de la que se saca todo el partido que se puede esperar de ella: el de agradar».

 

moda.-5gbcvv.-Balenciaga.-1953.-por Louise Dahl-Wolfe.-all-art.org

 

(…) En algunas mujeres – sigue diciendo La Bruyère – hay una nobleza artificial que radica en el movimiento de los ojos, en el gesto de la cabeza, en la manera de andar y que no va más lejos: un ingenio deslumbrador que impresiona y que no se estima porque no es profundo. En otras hay una nobleza sencilla, natural, independiente del gesto y del modo de andar que tiene su origen en el corazón y que es como una consecuencia de su elevada estirpe; un mérito tranquilo, pero firme, unido a mil virtudes, que toda la modestia no consigue ocultar, que se escapan y se muestran a los que tienen ojos».

 

moda.-6ghb.-1949.-por Louise Dahl-Wolfe.-all-art.org

 

(Imágenes.- 1- Louise Dalh Wolfe- 1940/ 2.-Louise Dalh Wolfe-all- art- org- 1953/ 3.-Louise Dalh Wolfe-all-art- org- 1953/ 4.-Louise Dalh Wolfe- all- art- org)

ELEGANCIA, BELLEZA, BALENCIAGA

«Todas las mañanas – recomendaba Marcelle Auclair a las mujeres en 1937 -, incluso antes de ocuparse de la belleza, mírense al espejo, mírense bien al rostro y ordenen a sus ojos que brillen, que se animen, que se iluminen con la llama que ustedes indudablemente llevan dentro de sí. Es un pequeño ejercicio de auto- gestión infalible«. Por su parte Balenciaga aconsejaba mientras se inclinaba al lado de la modelo, como verdadero costurero – así lo llamaba Coco Chanel -. atento a los tejidos, a cortarlos e incluso a coserlos con sus propias manos : «Sea usted natural. Que las cosas vengan realmente de usted...».

Antes de introducirse en los vestidos, las recomendaciones que en los años treinta recibían las mujeres desde la revista Vogue para fortalecer su voluntad en los ejercicios personales, aportaban confesiones sorprendentes. En 1934, la condesa de Polignac, hija de madame Lanvin, refería sus más inesperados movimientos  (invisibles para los demás)  con los que procuraba mantenerse en forma: «Durante la jornada, en el coche, a lo largo de una conversación- decía – hago ejercicios sin que nadie lo advierta. Giro las muñecas, las levanto lentamente, como si cargaran un peso insoportable. Gracias a este método he adquirido unos músculos de hierro». Cuatro años después, la revista Votre bonheur animaba a la «gimnasia invisible«: «mientras se espera el autobús o el suburbano, sin que los demás lo noten, pero con una extrema concentración mental, para fortalecer los músculos de la rodilla, contraiga y afloje cada uno durante algunos minutos y podrá usted realizar toda una serie de movimientos perfectamente invisibles«. La revista Charm, por su parte, en su número de enero de 1950, aconsejaba siempre a las mujeres la sonrisa: «la gente que vive a la vista del público no ha desestimado nunca el valor de la sonrisa; es extraño que vosotras – les reprochaba a las lectoras – lo hayáis ignorado con tanta frecuencia… Aunque sonreir es grato como cosa espontánea, debéis probar, nada más que a título de experimento, a empezar a sonreir como cosa consciente. Sonreid a vuestra familia… a vuestro marido…a vuestro jefe… a vuestro novio… Sonreir deliberadamente en medio de una discusión… en una pausa de la conversación… Sonreid mientras os miráis al espejo».

Todas estas recomendaciones – sonreir, concentrar el pensamiento, concentrar la respiración, prestar atención a los músculos – parecían ser algunos de los ejercicios antes de acercarse a determinados umbrales de la moda.»Era todo un espectáculo ver a Balenciaga preparar su colección… Con una impecable chaqueta blanca y la boca llena de alfileres, cortaba aquí, allá y a veces transformaba totalmente la idea original...», decia la marquesa de Llanzol, una de las grandes clientas del modisto español. «Esa mano que teje, que corta, que prueba -escribía por su lado en un ensayo de 1950 la norteamericana Mary McCarthy– tiene que verse en el producto acabado en mil pequeños detalles, y el conocimiento de la moda consiste, profesionalmente, en el reconocimiento y la apreciación del trabajo que ha supuesto un traje. En sesgaduras y costuras, la firma del trabajo cuidadoso debe ser evidente al experto, o si no la mujer no va vestida elegantemente«.

(Pequeño apunte con motivo de la inauguraciòn del museo Balenciaga en Getaria)


(Imágenes:- 1.-modelo Balenciaga 1952/ 2.modelos Balenciaga.-openshaspa.org/3.-foto de Balenciaga.-Fundación Balenciaga/4.-modelo Balenciaga 1953.- por Louis Dahl- Wolfe.-all-art-org)