RETRATOS PICTÓRICOS Y LITERARIOS

 

 

 

 

“Hay dos clases de retratos – decía Pla-: los pictóricos y los literarios. Sobre los primeros, una vez realizados, hay una cosa que los aguanta: es el parecido. El parecido lo cubre todo. Ahora, cuando con los años el modelo ha desaparecido, y el pintor y los testigos quizá también, el retrato es un objeto puramente legendario, una fantasmagoría más o menos real. Si el retrato de Pascal que hay en el museo del  Louvre, que si no recuerdo mal es de Frans Hals, debería tener la nariz más corta o más larga, da igual. A unos les parece poco larga y a otros demasiado corta. Es indiferente. ¿Quién sabe hoy cómo tenía la nariz Pascal?  En el museo del Prado se  encuentra el retrato de la familia de Carlos lV. Los republicanos afirmaron que es magnífico porque los personajes que contiene, la familia real, son considerablemente  grotescos. Los monárquicos lo encuentran exagerado y displicente, como es natural.  Los símbolos fascinan a la gente. ¿Qué se puede hacer? La señora Monna Lisa, que Leonardo da Vinci pintó y a la que le puso el nombre de La Gioconda, no parece que fuera tan bella como el artista la retrató. La sonrisa  tan fabulosa que Leonardo le  pintó en la cara — y que yo encuentro familiar — no la vieron nunca en aquella sociedad (…)

 

 

El retrato literario es muy diferente. No tiene ningún sostén. En literatura, el parecido no existe jamás, porque es un aspecto sistemáticamente opinable, como se ha demostrado, por ejemplo, ante la obra de Goethe, tan sobrecargada de academicismo. ¿Qué es lo que mantiene la verosimilitud del retrato literario? Sólo hay uno, que es el interesado, que a veces tiende a la objetividad y a la verdad. Quizá por estas razones el retrato literario es tan difícil (…) Si no sabemos qué aspecto tuvieron nuestros abuelos, qué cara tenían, cómo fueron, ¿ qué idea podemos tener del pasado del país?”

 

 

(Imágenes-1- la reina Isabel – National portrait gallery/ 2- Modigliani – retrató de Leopoldo Stolowski- Fundación Mapfre/ 3- Picasso _ retrato de Gertrude Stein)

LA BATUTA Y LA MÚSICA

 

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«¿Qué es más importante: la audición o la dirección orquestal? Si la dirección no es más que un empujón a la música que fluye por sí misma, ¿para qué sirve entonces si la orquesta es buena, si está idealmente conjuntada? La orquesta sin director, acariciada como un sueño, forma parte de esa misma categoría de «ideales» de la simpleza europea de la que forma parte el esperanto, lengua universal que simboliza la conjunción lingüística de toda la humanidad- va diciendo  Ósip Mandelstam en su «Coloquio sobre Dante».

Si analizamos cómo surgió la batuta –continúa– veremos que no llegó ni tarde ni temprano, sino en el momento justo, y que llegó como un tipo de actividad nuevo, original, creando en el aire su nuevo territorio. Escuchémos cómo nació la batuta contemporánea o, mejor dicho, cómo rompió el cascarón de la orquesta: 1732 : el compás (el tempo o el pulso) antes se marcaba con el pie; actualmente, por lo regular, con la mano. El director es el conductor. 1753:  el barón Grimm llama leñador al director de la Ópera de París, debido a la costumbre que tiene de marcar el compás de manera que todos lo puedan oír, costumbre que reinaba en la ópera francesa. 1810: en el festival musical de Frankenhaussen, Spohr dirigió, con una batuta hecha de papel enrollado, » sin el menor ruido y sin la menor mueca».

 

mahler-778-estreno-de-la-octava-sinfonia-de-mahler-en-estados-unidos-orquesta-dirigida-por-leopold-stolowski-wikipedia

 

La batuta tardó mucho tiempo en nacer: se le anticipó la orquesta químicamente reactiva. La utilización de la batuta está muy lejos de agotar su utilización. La naturaleza química de las sonoridades orquestales encuentra su expresión en la danza del director, situado de espaldas al público. Y la batuta no es, en absoluto, ni un apéndice administrativo, exterior, ni una singular policía sinfónica que podía ser eliminada en el Estado ideal. No, la batuta no es otra cosa que una fórmula química danzante que integra las reacciones que el oído distingue. Esta batuta invulnerable contiene cualitativamente en sí misma todos los elementos de la orquesta».

(Imágenes.- 1-Max Oppenheimer- 1935/ 2.-orquesta dirigida por Leopold Stolowski)