«Señor, me hiciste Maestro-de-lengua
Yo el hijo del comerciante que nací gris y tan endeble
Y mi madre me llamó el Atrevido, tanto ofendía la belleza del día.
Me otorgaste el poder de la palabra en tu justicia desigual
Señor, escucha bien mi voz ¡LLUEVE! llueve
Y abriste con tu brazo de rayo las cataratas del perdón.
Llueve sobre Nueva York, sobre Ndyongolor, sobre Ndyalakhar
Llueve sobre Moscú y sobre Pompidou, sobre París y sus afueras, sobre Melbourne sobre Mesina sobre Morzine
Llueve sobre la India y sobre China – cuatrocientos mil chinos se ahogaron, doce millones de chinos se salvaron, los buenos y los malos
Llueve sobre el Sahara y sobre el Midle West, sobre el desierto, sobre las tierras de pan, sobre los arrozales
Sobre las cabezas de bálago, sobre las cabezas de lana.
Y renace la vida color de presencia».
Leopold Sédar Senghor.- «Elegía de las aguas»
(Imágenes.- 1.-magic spelldust/ 2.- Aubrey Bodine)








