
«La noche es cálida y clara y sin viento.
La luna como piedra blanca aguarda encima
de los tejados y sobre el río. Las calles están en silencio
y la luz de la esquina se refleja solo en las formas encorvadas de los coches.
Duermes. Y el sueño se adensa en tu cuarto
y en este momento nada te importuna. Jules,
se ha abierto una vieja herida y vuelvo a sentir el dolor.
Mientras duermes salgo a presentarle mis últimos respetos
al cielo que parece tan amable
y al mundo que no existe y que me dice:
«No te doy ninguna esperanza. Ni siquiera esperanza».
Calle abajo se oye a un borracho
que canta una canción irreconocible
y un coche a unas manzanas de distancia.
Cosas que pasan y no dejan huella,
y llegará mañana y el día después,
y todo lo que nuestros antepasados conocían
se lo ha llevado el tiempo. Han desaparecido
y sus hijos también, y también las grandes naciones.
Han desaparecido los ejércitos que levantaron nubes de polvo
y humo por toda Europa. El mundo está en silencio y no
los oímos. Cuando era niño, y pasó el cumpleaños que tanto
había esperado, me quedé en la cama, despierto y desdichado,
y muy entrada la noche, el sonido de alguien cantando
en un callejón, muriendo lentamente en la distancia,
me hirió, igual que ahora».
Mark Strand.-«Leopardi»
(Imágenes:- 1-Neujahrsnacht.-1905.- Niels Fisher/ 2.-André Kertész.-1925)