LECTURA RÁPIDA, LECTURA LENTA

 

 

“Los anuncios de los periódicos tientan a algunas personas a hacer toda clase de cursos de lectura rápida – recordaba Amos Oz -: por una módica suma, nos prometen que nos enseñarán a ahorrar un valioso tiempo, a leer cinco páginas por minuto, a recorrer la página en horizontal, a saltarnos los detalles y a llegar rápidamente a la última línea. Las sugerencias que he ofrecido en este volumen ( Oz se refería a su interesante libroLa historia comienza” ) , diez breves ojeadas a los contratos iniciales de diez novelas o relatos, pueden servir de introducción a un curso de lectura lenta: los placeres de la lectura, como otros goces, deben consumirse a pequeños sorbos.”

Uno de los escritores israelíes más universales como es Amos Oz publica estos días “Queridos fanáticos”, una obra en la que trata de “diagnosticar los orígenes del fanatismo y la agresividad” y vuelvo a tomar sus ensayos sobre literatura, ese  útil estudio de los principios narrativos en Gógol, Kafka, García Márquez, Chejov o Carver entre otros, en su análisis del amor por los detalles, y en la satisfacción que nos produce la lectura lenta.

 

 

’El juego de leer – dice Oz – exige al lector que tome parte activa, que aporte su propia experiencia vital y su propia inocencia, así como prudencia y astucia. Los contratos iniciales son unas veces como el juego del escondite y otras se parecen más a una partida de ajedrez. O de póquer. O a un crucigrama. O a una travesura. O a una invitación a entrar en un laberinto. O a una invitación a bailar. O a un galanteo de mentira que promete pero no entrega, o entrega lo que no debía, o entrega lo que no había prometido, o entrega sólo una promesa”.

Los contratos iniciales, es decir, los comienzos de muchos libros célebres o no, nos inducen siempre a una lectura gozosa y lenta.

 

 

(Imágenes -1- Oscar Bluhm -1892/ 2- Julia Margaret Cameron – 1867/ 3- George Clausen – 1909)

LEER CON VIRGINIA WOOLF

 

 

“Me gustaba leer aquí. Una acercaba  la mecedora maltrecha a la ventana, para que la luz cayera sobre la pågina – escribe Virginia Woolf  en uno de sus Ensayos – A veces, la ensombrecía la silueta del jardinero que cruzaba el prado (…) Había damas altas que entraban y salían de la casa (…) Pero nada me distraía del libro (…)  De una u otra manera el libro se sostenía como si se apoyara en los setos, y el azul lejano; me parecía, en lugar de un libro, algo que no estaba impreso, ni encuadernado, ni cosido sino que era producto de los árboles, de las colinas, del caliente día de verano, como el aire que flota, en las mañanas claras, alrededor de las cosas (…) Los grandes escritores son crueles, como la naturaleza lo es. En cuanto a que Cervantes supiese qué estaba haciendo, quizá los grandes escritores nunca lo saben. Quizá por eso los que vienen después encuentran allí lo que buscan.”

“¿Te dije que estoy volviendo a leer toda la literatura inglesa? – le  escribe a Ethel Smyth en febrero de 1941 – Para cuando llegue a Shakespeare estarán cayendo bombas. De modo que he arreglado una última escena perfecta: leyendo a Shakespeare y habiendo olvidado mi máscara de gas (..) Ayer abatieron a un bombardero del otro lado de Lewes. Yo iba en bicicleta a conseguir nuestra mantequilla, pero sólo escuché un zumbido en las nubes. Como tú dirías, ¡ gracias a Dios que nuestros padres nos legaron el gusto por la lectura! En lugar de pensar: para mayo estaremos…como sea, pienso: !sólo tres meses  para leer a Ben Jonson, Milton, Donne y el resto (…) Ya no puedo controlar mi cerebro. Leo y leo como un asno describiendo círculos en torno a un pozo.”

 

 

(Imágenes -1- Virginia Wool – foto Gisele Freund/2-James C Christensen)

LAS PREGUNTAS DE UN CLÁSICO

 

 

“Un “clásico” de la literatura, de la música, de las artes, de la filosofía es para mí – dice Steiner enErrata”, su especial autobiografía, (el examen de una vida) (Siruela) – una forma significante que nos “lee”. Es ella quien nos lee, más de lo que nosotros la leemos, escuchamos o percibimos. No existe nada de paradójico, y mucho menos de místico, en esta definición. El clásico nos interroga cada vez que lo abordamos. Desafía nuestros recursos de conciencia e intelecto, de mente y de cuerpo. El clásico nos preguntará : ¿ has comprendido?, ¿ has re- imaginado con seriedad?, ¿ estás preparado para abordar las cuestiones, las potencialidades del ser transformado y enriquecido que he planteado?.

(…)  El texto, la obra de arte, la composición musical, no sólo exige comprensión: exige “re-acción”. Debemos actuar “de nuevo”, traducir a conducta la respuesta y la interpretación. Leer a Platón, a Pascal o a Tolstoi “a la manera clásica”, es intentar una vida nueva y diferente. Es, como postula Dante de un modo explícito, entrar en una “vida nueva”.

(Imagen -biblioteque tumblr)

LA LITERATURA NO ES UN PASATIEMPO

 

«No puede decirse que la simple lectura de un libro vaya a cambiar las cosas –  recordaba Alberto Manguel, reciente Premio Formentor -. No es por determinado libro que el pueblo va a cambiar de opinión. Pero un libro puede afectar la manera  de pensar de un pequeño grupo de personas y puede dar lugar a un cambio en el imaginario colectivo que se transmita por otras vías que van más allá de la lectura. Basta con que una idea se incorpore en el imaginario de unas pocas personas para que empiece a crecer, se extienda y termine por alcanzar la mayoría. Creo que cometemos un error si pensamos que escribimos para esa entidad imaginaria que es » el pueblo». Si con un texto logramos expresar una idea que interese a un pequeño grupo de personas, de lectores inteligentes, es suficiente. Las ideas, después, hacen su propio camino. Lo que me interesa cada vez más no es la literatura en sí, sino la literatura como forma de interrogar al mundo. Las historias que terminan cuando se lee la última página pueden dejarme satisfecho media hora, pero necesito que se abran, poder transformarlas, para que me resulten totalmente prácticas. Una de las grandes mentiras que se nos cuentan desde siempre es que la literatura es un pasatiempo, un lujo casi superfluo. En realidad, la literatura es un lugar tan concreto como la pieza en la que estamos en este instante y no es un pasatiempo, sino que ella misma está hecha de tiempo. Habita, cuando es verdadera, el pasado, el presente y el futuro. Pienso que la enseñanza de la literatura pasa por darse cuenta  de eso. Los maestros lo saben bien. Sólo cuando el alumno advierte que es su historia la que se cuenta, su lugar el que se define, su tiempo el que se está reflejando en el libro, el alumno  se vuelve lector. Sin eso, no hay ninguna razón para pensar que los libros sean más importantes que los videojuegos. Si un libro termina en la última página, no es más importante que un videojuego. La literatura que cuenta es la que amplía nuestra vida…»

 

( Imágenes – 1- Iman Maleki/ 2 – Allison Glasgow- ThePoetTress)

ESTE LIBRO

 

«Me vienen estas cosas del fondo de la vida:

acumulado estaba, yo me vuelvo reflejo…

Agua continuamente cambiada y removida;

así como las cosas, es mudable el espejo.

Momentos de la vida aprisionó mi pluma,

momentos de la vida que se fugaron luego,

momentos que tuvieron la violencia del fuego

o fueron más livianos que los copos de espuma.

En todos los momentos donde mi ser estuvo,

en todo esto que cambia, en todo esto que muda,

en toda la sustancia que el espejo retuvo,

sin ropajes, el alma está limpia y desnuda.

Yo no estoy y estoy siempre en mis versos, viajero,

pero puedes hallarme si por el libro avanzas

dejando en los umbrales tus fieles y balanzas:

requieren mis jardines piedad de jardinero».

Alfonsina Storni – «Irremediablemente» – 1919

(Imágenes.-1.- Picasso- pinterest/ 2.- Alfonsina Storni- Wikipedia)

RICARDO PIGLIA

 

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«Escribo – decía Ricardo Piglia, el escritor argentino que acaba de fallecer – porque el mundo de la ficción me intriga: la circulación de las historias, los disfraces de las lenguas y el poder de crear. La literatura es el laboratorio de lo posible: un lugar en el que se puede experimentar; hacer lo viejo con lo nuevo. Escribo porque la literatura es la forma privada de la utopía».

¿Qué es un lector?, se había querido preguntar Piglia en más de una ocasión. «Al fijar las escenas de lectura – respondía -, la literatura individualiza y designa al que lee, lo hace ver en un contexto preciso, lo nombra. Y el nombre propio es un acontecimiento porque el lector tiende a ser anónimo e invisible. Por de pronto, el nombre asociado a la lectura remite a la cita, a la traducción, a la copia, a los distintos modos de escribir una lectura, de hacer visible que se ha leído (…) Para poder definir al lector primero hay que saber nombrarlo, individualizarlo, contar su historia. La literatura hace eso: le da, al lector, un nombre y una historia, lo sustrae de la práctica múltiple y anónima, lo hace visible en un contexto preciso, lo integra en una narración particular. La pregunta «qué es un lector» es, en definitiva, la pregunta de la literatura. Esa pregunta la constituye, no es externa a sí misma, es su condición de existencia. Y su respuesta – para beneficio de todos nosotros, lectores imperfectos pero reales – es un relato: inquietante, singular y siempre distinto».

Descanse en paz.

 

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(Imágenes. -1-Ricardo Piglia- change org/ 2.-Piglia- culturamas)

LECTURA VELOZ Y LECTURA PAUSADA

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«»Hay gentes que van sobre el libro en volandas – decía Alfonso Reyes– y, sin embargo, no puede negarse que lo lean a fondo. Así Napoleón en Santa Elena. De Macaulay se dijo que absorbía los libros por la piel. La leyenda llegó a creer que Menéndez y Pelayo se quedaba con el contenido de una página en un solo vistazo y hasta pasándole los dedos por encima. Sterne se indigna contra estos tragones. Charles Lamb aun quiere una oración de gracias y una gradual preparación de ánimo antes de cada lectura. El Dr. Johnson decía que todo lo había leído apresuradanente en su juventud. Boswell piensa que todo lo rumió después lentamente a lo largo de los años. Y hay otros que, por obligación o por gusto, abren a la vez una novela, un periódico, un tratado de química, un ensayo filosófico, una revista de modas, al tiempo que califican varios ejercicios escolares.

(…) Al libro hay que llegar sin ser sentido. Ejercicio, casi, de faquir. Hay que acallar previamente en nuestro espíritu todos los ruidos parásitos que traemos desde la calle, los negocios y afanes, y hasta el ansia excesiva de información. Entonces, en el silencio, comienza a escucharse la voz del libro, medrosa acaso, pronta a desaparecer si se la solicita con cualquier apremio sospechoso. Por eso Sir Walter Raleigh pensaba que, en cada época, sólo hay dos o tres lectores verdaderos».

 

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(Imágenes- 1- Picasso/ 2-André Derain)

SOBRE LA CRÍTICA Y LOS CRÍTICOS

 

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«Puede suceder – recuerda el intelectual italiano Alfonso Berardinelli en«Leer es un riesgo» (Círculo de tiza) – que el crítico deba reconocer que los mejores poetas, novelistas o ensayistas contemporáneos no son aquellos que escriben como él prefiere, o como él se esperaba. El crítico debe saber aceptar que los hechos le sorprendan y le contradigan. Debe saber amar algo que no esperaba poder apreciar.

Es necesario ser capaz de admiración. El crítico necesita tener autores preferidos, a los que se admire, que le inspiren, que exciten su inteligencia. Sin embargo, también necesita autores que enardezcan su hostilidad y su agresividad. En ocasiones puede resultar algo inútil e incluso aburrido hablar de autores y de libros que nos gustan: nos basta con leerlos y no sabemos qué decir, qué más añadir a lo que hemos leído. Personalmente, a mí me estimula mucho más intentar hacer comprender por qué es malo un libro que todos consideran bueno, o por qué es bueno un libro que se ha pasado por alto. Para un crítico es importante ser iconoclasta. Derribar los falsos ídolos libera la mente y la prepara para apreciar lo mejor».

El novelista alemán Robert Musil quiso también recordar : «La crítica es algo que no está por encima de la escritura literaria, sino entretejido con ella. Es una interpretación de la literatura que se traspone en interpretación de la vida, y una celosa custodia del nivel alcanzado».

(Imagen.-Sol Lewitt)

VERANO 2016 (4) : LECTURA

 

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«Penetro en otras vidas.

Llevo días leyendo, pero ahora

alzo los ojos porque me doy cuenta

de que apenas sé nada de quien escribió el libro.

Me avergüenza no conocer

más que su lucidez. Toda supervivencia

es esta especie de conversación

silenciosa y sin tiempo. Es algo aterrador

y ocurre en el abismo de la mente,

un frío cielo azul en el que el amor es

la única forma de posteridad».

Joan Margarit – «No estaba lejos, no era difícil» (2010)

(Imagen.-Marie Laurencin -1913)

INFLUENCIA DE LOS LIBROS

 

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«La influencia de los primeros libros es profunda – confesaba Graham Greene -. Una parte del futuro descansa en los estantes: las primeras lecturas tienen más influencia sobre la conducta que cualquier enseñanza religiosa. Estoy seguro de que nunca habría dado el paso en falso que me hizo ingresar, a los veintiún años, a la Compañía de Tabaco Británico- Americana, que me había prometido un cargo en China, si no hubiera leído La columna perdida, del capitán Gilson; y, sin conocer a Rider Haggard, ¿me habría sentido más adelante atraído por Liberia? Y esto derivó finalmente en un empleo de guerra en Sierra Leona. Y sin duda debe haber sido La hija de Moctezuma y el relato de la desastrosa retirada en la noche triste de Cortés lo que iba a llevarme a México veinte años después. Por otra parte, Los antropófagos de Tsavo dejaron en mi mente una imagen tediosa de África oriental, que ni siquiera Hemingway pudo cambiar más tarde».

 

Naipaul- indiatvnews com

 

En «El ojo y la palabra» quise recordar las lecturas que el novelista Naipaul, siendo niño, escuchaba de labios de su padre. «Varios parlamentos de Julio Césardecía -, páginas sueltas de los primeros capítulos de Oliver Twist y David Copperfield, unas cuantas páginas de El molino junto al Floss; algo de los Cuentos de Shakespeare, de Lamb; relatos de O´Henry y Maupassant, y unas cuantas páginas de Somerset Maugham«. Esa era la voz de la lectura, las voces de las madres y de los padres que, con intención y ternura, trenzan diversas influencias, abren el surco de la literatura.

 

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El río de las influencias sortea las edades y esas mismas edades purifican el agua de las influencias mismas. Al cabo de los años uno podría irse encuadernando su propia antología personal, salpicada no sólo de títulos sino también de frases, pequeños hallazgos en versos, principios y finales, diálogos que nunca se olvidan, párrafos que nos hicieron pensar. Manguel, que tanto ha leído, ha recogido parte de su antología individual: «un pasaje en una novela policial de Dorothy Sayers, un poema de Dylan Thomas, están Rey Lear, la Divina Comedia, Alicia en el país de las maravillas, está El hombre que fue jueves, de Chesterton, ciertos pasajes de Chateaubriand, está Kim, de Kipling, está la primera frase de La bestia debe morir, de Nicholas Blake (…) Y, por supuesto, hay numerosos textos breves, frases de Borges, y muchas cosas más».

Las influencias dejan su sello en nuestra infancia; luego, en nuestra madurez, nos acompañan.

 

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(Imágenes.-1.- Graham Greene con Alex Guinness/ 2.-Naipaul- indiatvnews/ 3.-Alberto Manguel- tinkuylibros com ar/4.- Paul Signac)

LEER , PENSAR, OBSERVAR

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» Cuando leemos – escribe Ernst Jünger en su «Diario» del 28 de enero de 1942 en París ( «Radiaciones» –Tusquets) -, el texto nos guía, pero también coopera al efecto nuestro propio modo de sentir y pensar, como una aureola que otorga brillo a la luz ajena.

Con ocasión de ciertas frases e imágenes se presenta en mi consciencia una gran muchedumbre de pensamientos. Me ocupo entonces del primero y hago que los demás aguarden en la antecámara, pero de vez en cuando abro la puerta para ver si siguen allí fuera. Al mismo tiempo, sin embargo, continúo también leyendo.

Cuando leo experimento siempre el sentimiento de que son cosas mías, más aun, cosas esencialmente mías las que allí están tratándose. También ese sentimiento debe provocarlo el autor. Este escribe como ser humano que mueve la pluma por el ser humano. En ese sentido se obsequia primero a sí mismo y luego a los demás.»

 

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Los pensamientos y lecturas de Jünger cruzan continuamente sobre estos apasionantes «Diarios de la Segunda Guerra Mundial» , como más adelante – en el tomo titulado «Después de los setenta» («Radiaciones Vl -(1986-1990) (Tusquets) – los ojos del gran escritor alemán se detendrán minuciosa y certeramente en las montañas, en los insectos, en la Biblia, en los sueños y en tantas cosas más. Es la observación que camina con él durante largos años (vivió más de cien), curiosidad atenta y permanente de lecturas que le suscitan continuas reflexiones. El 21 de enero de 1942, en París, escribe: «Decir: » Encuentro una persona» es lo mismo que decir : «Descubro el Ganges, Arabia, el Himalaya, el Amazonas«. Deambulo por sus secretos y por sus vastas extensiones y regreso de allí cargado de tesoros; de ese modo me transformo y me instruyo. En este sentido, sobre todo en él, estamos modelados también por nuestros prójimos, por nuestros hermanos, amigos, mujeres. Queda en nosotros el aire de otros climas – y es tan fuerte que en ciertos encuentros experimento este sentimiento: «Ese tiene que haber conocido a fulano y a mengano». De igual modo que el orfebre graba su sello en las joyas, así también el contacto con un ser humano imprime en nosotros una señal».

Observaciones precisas, lecciones de sabiduría.

(Imágenes. – 1 – Ernst Jünger-scoop.it/ Jünger.-deutschlandfunk.de)

 

 

LAS VOCES DEL LIBRO

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«No sé – ¡oh, tú, que me estás leyendo! – si tienes derecho al título que te doy en el de este Prólogo – escribe Tirso de Molina en la presentación de los «Cigarrales de Toledo» en 1621 – (…) Anda, léeme, no se te dé nada (…) Ya  me has abierto (…) Ya juzgarás, por lo dicho, que me vendo, soberbio ( así sigue hablando el  libro) . Pero  ni te engañas en todo, ni en todo aciertas. Mira: toda arrogante presunción es locura, y todo abatimiento de sí mismo, que no se ejercita por Dios, es pusilanimidad (…)  Desta suerte salí del vientre de mi madre – si puedo dar este nombre a la imaginativa que me concibió y a la pluma que me sacó a luz -. De los defectos que en mí hallares, parte tiene la culpa mi progenitor, y parte el ama que me enseñó a hacer pinitos (….) ¡ Ocho meses ha que estoy en las mantillas de una imprenta, donde, como niño dado a criar en la aldea, me enseñaron los malos resabios que en mí descubrieres : mentiras de un ignorante compositor que tal vez añadía palabras, tal sisaba letras!  (…)

El día que salí de la tienda ( continúa hablando el libro) entré a servir a quien me compró; y desde entonces ya no corre por cuenta de quien me dio el ser mi defensa, sino del señor a quien reconozco».

 

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Así  le habla el libro al lector en el siglo XVll y tres siglos después, a través de la pluma de Italo Calvino, será un tono distinto, no la voz del libro sino una voz situada entre el lector y el libro, una voz que se introduce en la habitación y se acerca al que lee para disponerlo a la grata lectura: » Relájate – le invita en » Si una noche de invierno un viajero» – . Recójete. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida. Dilo en seguida, a los demás: «¡No, no quiero ver la televisión! » Alza la voz si no te oyen :» ¡ Estoy leyendo! ¡No quiero que me molesten!».

Entonces la voz del libro empieza a articular poco a poco palabras, como ocurría en Tirso de Molina y como ocurre siempre. Es una voz de voces, voz quizá de omnisciencia, voz de personaje-narrador, voces simultáneas, voz de monólogo interior, voz de flujo de conciencia. En la habitación empieza por ejemplo a hablarnos Balzac,  al que pronto Conrad le quita la palabra, al que Faulkner interrumpirá, la voz tal vez pasará a Proust y éste cederá la palabra a Camus y éste a su vez acaso a Durrell. Todas las voces parece que no pudieran contenerse en un solo libro pero cada libro nos viene hablando con su propia voz. Escuchamos desde nuestra edad y abierto siempre nuestro ánimo.

 

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(Imágenes.- 1-Van Gogh- 1887/ 2.-marilenaferrari. it/ 3.-Abelardo Morell- 1993)

 

SITIOS DONDE LEER

lectura.-3deed.-Norman Rockwell.-1921.-Doug Jarret s Rockwell Collection

 

«Se lee mucho antes de dormir – recordaba Georges Perec -, y a menudo para dormirse, mas aun cuando no se concilia el sueño. Hay un gran placer en descubrir, en una casa donde nos invitaron a pasar el fin de semana, libros que no leímos pero que sentimos deseos de leer, o libros familiares que no leíamos desde hacía mucho tiempo. Nos llevamos una docena al dormitorio, los leemos, los releemos, casi hasta la mañana.

 

 

lectura.-5yhn.-Nina Leen.-1945.-LIFE

 

Las amas de casa leen en las plazas mientras miran jugar a los hijos.

Rara vez se lee durante el trabajo, a menos que el trabajo consista precisamente en leer.

Los curiosos vagabundean en las librerías de lance, o van a leer las noticias expuestas en las puertas de los diarios.

Los consumidores leen el diario vespertino mientras toman un aperitivo en la terraza de un café.

 

vida cotidiana.-r56677.-Sergio Larrain.-metro de Earls Court Olympia.-1959

 

Se lee mucho al ir o al volver del trabajo (…) El lugar donde se lee es en el subterráneo (…) Desde el punto de vista de la lectura, el subterráneo ofrece dos ventajas: la primera es que un trayecto en un subterráneo dura un tiempo determinado casi con exactitud (alrededor de un minuto y medio por estación), lo cual permite regular la lectura: dos páginas, cinco páginas, un capítulo entero, según la longitud del trayecto. La segunda ventaja es la recurrencia biocotidiana y pentasemanal del trayecto. El libro comenzado el lunes por la mañana se terminará el viernes por la tarde…

 

EL FERROCARRIL EN EL ARTE

 

Se lee mucho cuando se está de viaje. Incluso se le consagra una literatura especial, llamada literatura de estación. Se lee mucho en los trenes. En los aviones se suele hojear revistas.

 

lectura.-5ggt.-John Lavery.-1922

 

Leer en vacaciones

 

lectura.-ttrrvb.-Eric Ravillious

 

 

Lecturas de veraneantes. Lecturas de agüistas. Lecturas de turistas.

 

sueño-uubbf-dormir- lectura- Michael Ancher- mil ochocientos ochenta y dos

 

Leer cuando uno está enfermo, en casa, en el hospital, en convalecencia.»

 

Georges Perec.-«Pensar/ clasificar»

 

 

Leer. Siempre leer.  

(Imágenes.-1.-Norman Rockwell.-1921/2.-Nina Leen- 1945/ 3.-Sergio Larrain.-1945/ 4.-Augustus Egg.- museo walker/ 5.-John Lavery- 1922/ 6.-Eric Ravillious/ 7.-Michel Ancher- 1882)

EZRA POUND, EL LENGUAJE Y LA LECTURA

Ezra Pound- yyfc- Ezra Pound junto a sus nietos Patrizia y Walter Siegfried

 

«Los buenos escritores – leo en Ezra Pound – son aquellos que conservan la eficiencia del lenguaje. Es decir, los que lo mantienen preciso, claro. El lenguaje es el medio principal de la comunicación humana. Si el sistema nervioso de un animal no transmite sensación y estímulo, el animal se atrofia. Si la literatura de una nación declina, la nación se atrofia y decae.»

Repaso estas páginas del «ABC de la lectura» y recuerdo aquella mañana en Spoleto – el 11 de julio de 1965 – contemplando a Ezra Pound mientras paseaba por la plaza del Duomo, mañana y escena de la que ya he hablado aquí.

 

escritores.-rbbn- Ezra Pound.-París.-1920

 

«Cuando se buscan  «elementos puros» en la literatura- sigue diciendo Ezra Pound – se descubre que la literatura ha sido creada por las siguientes clases de personas:

1.-por los inventores. Hombres que descubrieron un nuevo proceso.

2.- por los maestros. Hombres que combinan cierto número de estos procesos, y que los usan igual o mejor que los inventores.

3.-por los que diluyen. Hombres que han venido después de las otras dos clases de escritores y que no pueden hacer el trabajo tan bien como éstos.

 

escritores.-tunhh.-Ezra Pound

 

4.- por los buenos escritores sin cualidades sobresalientes. Hombres que han tenido la suerte de nacer cuando la literatura de un país ha dado marcha hacia adelante. Por ejemplo, los hombres que escribían sonetos en la época de Dante, los que escribieron breves poemas líricos en tiempos de Shakespeare.

5.-por los literatos. Es decir, hombres que realmente no han inventado nada, pero que se han especializado en alguna parte de la literatura , que no pueden ser considerados como «grandes hombres», o como autores que procuran dar un cuadro completo de la vida, o de su época.

6.- por los iniciadores de manías.

Hasta que el lector no conozca las dos primeras categorías nunca podrá «ver el bosque a causa de los árboles».

 

Ezra Pound 1939 by Wyndham Lewis 1882-1957

 

Cuando cierro el libro vuelvo a ver la figura delgada y alargada del poeta caminando aquella mañana por la plaza del Duomo en Spoleto.

(Imágenes.- 1.- Ezra Pound  con sus nietos  Patrizia de Rachewitz ( que estos días es noticia) y Walter Siegfried.-elpais.com/ 2.-Ezra Pound  192o.-lonelywriter.net/ 3.-Ezra Pound.-openlettersmonthly/ 4.-Ezra Pound por Wyndham Lewis.-1939)

 

LIBROS ANTIGUOS Y LIBROS NUEVOS

libros-bbgh-bibliotca- Franz Sedlacek- mil novecientos veintiseis- Wien Museum- Austria

«¿Para qué leer tanto libro nuevo que dicen lo que han dicho los libros antiguos, acaso un poquito peor? – se pregunta Azorín en enero de 1945 – El biografiado se acosta a los libros nuevos, pero no hace sino oliscarlos. Su instinto de lector, aquistado a lo largo de millares de libros, le avisa que el libro que tiene entre manos es obra chirle: se lo avisa a poco que el personaje haya leído unas páginas. Entre sus libros, apartado de todos, receso en su recepto, va pasando la vida este caballero. Los días van pasando; pasan las semanas; pasan los meses; pasan los años. Nada es eterno y nada es inmutable.»

libros-vgu- L Bloque«En todo libro nuevo, libro mediocre – quiere sin embargo completar Azorín estas reflexiones de sus «Memorias inmemoriales« un mes después, en febrero de 1945 – hay una partícula de acierto. Y no olvidemos que si no hubiera libros medianos, no lucirían tanto los excelentes. Estoy por decir, usando la paradoja, que si no existieran libros malos no los habría buenos (….) No tendríamos módulo para regular los libros buenos si no se  produjeran los flojos (…) Si el personaje no desalienta nunca a ningún joven con palabras, ya no condenatorias, sino dubitativas, evasivas, ¿cómo no ha de tener la misma tolerancia con los libros? ¿Qué sabemos adónde llegará este novel que se acerca a nosotros con un libro que luego no nos place? ¿Cómo podremos afirmar que tras este estreno infeliz no vendrá el esplendor?»

libros.-46ggb.-Vanessa Bell.-1879-1961(Imágenes.-1.-Franz Sedlacek– Biblioteca 1926- museos austriacos superiores/ 2.- L. Bloque/ 3.-Vanessa Bell)