MACHADO Y LA DEFENSA DE LA CULTURA

paisajes.-32ss.-Oliver Akers Douglas

«Podría parecer en un principio que Antonio Machado queda refugiado solamente en la extraordinaria calidad de sus versos y en las soledades de su alta poesía, pero no es así. Sus prosas ‑valiosísimas‑ no sólo llenan libros memorables sino que se asoman a lo largo de los años en forma de artículos periodísticos. Machado vuelca esa actividad al principio en el periódico cómico burlesco La Caricatura (1893), en las revistas del modernismo (1894-1907): Electra, La Revista Ibérica, Helios, Alma Española, La República de las Letras, Renacimiento. En Soria (1907-1912) ‑(“con su plena luna amoratada sobre la plomiza sierra de Santana, en una tarde de 1907, se alza en mi recuerdo la pequeña y alta Soria”)‑ escribirá en Tierra Soriana, El Avisador Numantino, El Heraldo de Soria, El Noticiero de Soria: Castilla, el paisaje del Duero, los campos y las tierras serán algunos de sus motivos.

paisajes.-9hcf.-Egon Schiele

Desde París ‑1910‑ envía su relato Perico Lija, reflexión crítica y satírica sobre el mundo del periodismo, que aparecerá en 1913 en el Mundial Magazine. El periódico, como dice Méndiz, será para él “fuente de directísima inspiración y punto de referencia para sus artículos”. En Baeza (1912-1919), a la evocación emocionada de la muerte de Leonor y a los recuerdos de la primera Andalucía de su niñez ‑(“fue una tarde de sol, que yo he creído o soñado recordar alguna vez”, escribirá en el Juan de Mairena hablando de sus padres y de Sevilla)‑ se unen como temas el patio sevillano, la reja, la guitarra, el “cante hondo”, la saeta y los campos de Baeza. Publica en La Lectura, en La Prensa, Idea Nueva y en la revista España. Metafísica y poesía, anotaciones y comentarios a Bergson, Nietzsche, Spinoza y Croce por un lado, y por otro, reflexiones sobre el soneto, la poesía clásica y la poética personal.

paisajes.-6dvb.-Wolf Kahn

Pero Machado no limita su interés en los artículos a sus quehaceres poéticos: se abre durante toda su vida, utilizando como vehículo las páginas de los periódicos, a cuestiones que le ocuparán esencialmente: la defensa de la pedagogía, la importancia de la cultura para el progreso de un país, el patriotismo, las relaciones entre verdad e intimidad y las que mantienen el arte y la naturaleza; igualmente, la defensa del sentimiento como base para la creación poética, el paisaje y el sentimiento unidos, ‑(“paisaje y sentimientos ‑recordará Azorín al hablar de la poesía de Machado‑ son en él una misma cosa; el poeta se traslada al objeto descrito, y en la manera de describirlo nos da su propio espíritu”)‑, también la crítica literaria, la información teatral, la misión de los políticos, lo social, y siempre, siempre, la educación y la cultura como la mayor riqueza que pueda tener el ser humano.

paisajes.-9hnnm.-Hans Dolieslager Red Lanes

No es por tanto Machado un poeta que en sus artículos periodísticos hable únicamente de poesía. Se abre a numerosos temas. Si su pensamiento, como muy bien ha visto Sánchez Barbudo, tiene su punto de partida en sus Soledades, es decir, en esas primeras experiencias de su niñez y adolescencia ‑ese melancólico sentirse solo en el mundo‑ más tarde volverá a esas mismas soledades. Machado será un solitario inconforme con su soledad. Su pensamiento, y a menudo su corazón, se dirigirán hacia “lo otro”, hacia el mundo fuera de él tanto como al más allá. Tras la muerte de Leonor en 1912, Machado volverá a sentirse irremediablemente solo. Dará la espalda a la razón e insistirá en el amor, en la necesidad que del otro tenemos. Su obra será esencialmente melancólica, un intento de escape de la soledad, una búsqueda desesperada de salvación. No sólo en su poesía sino en sus prosas aparecen renovadas llamadas al “hombre nuevo”, a la fraternidad y al amor, así como a la objetividad. “Hay que buscar razones para consolarse de lo inevitable”, escribirá en 1935 a su último amor, Guiomar, en la que también será su última carta.

paisajes.-.7grrg.-Oscar Bluemner.-1910-1911

Machado proseguirá sus colaboraciones en la prensa toda su vida. Durante los años de Segovia (1919-1932) ‑(“a estos viejos cafés de Segovia, donde logro un poco de aislamiento para la lectura y el trabajo”)‑ sus artículos aparecen en La Tierra de Segovia, Segovia, Manantial y El Heraldo Segoviano. Paralelamente hay que añadir los trabajos sobre la importancia de la difusión de la cultura o el creacionismo en literatura en La Voz de Soria y sus colaboraciones en la prensa de Madrid ‑El Liberal, La Libertad, La Internacional y Los Lunes de El Imparcial‑. A partir de 1920 se une a las revistas Índice y Alfar y a Revista de Occidente. Destaca uno de sus más interesantes trabajos sobre la poesía, Reflexiones sobre la lírica, de 1925: “Creo ‑escribe en ese artículo Antonio Machado‑ que lo peor para un poeta es meterse en casa con la pureza, la perfección, la eternidad y el infinito. También el arte se ahoga entre superlativos. Son musas estériles, cuando se las confina entre cuatro paredes. Para el que camina por el bajo mundo tienen, en cambio, un valor de luminarias de horizonte. Pero nunca están más lejos del poeta que cuando pretenden tenerlas a su servicio”.

paisajes.-56hhb.-álamos.-Gustave Klimt.-1900

En 1930, el 5 de octubre y en Los Lunes de El Imparcial, Machado publica Los trabajos y los días. Esencias. Poesías de Pilar Valderrama. El artículo no hubiera tenido mayor importancia de no haberse descubierto, veinticinco años después, que Pilar Valderrama era la Guiomar de los versos machadianos, la mujer de la que estuvo enamorado el poeta. Evocando de algún modo la selección del profesor Casasús en sus Artículos que dejaron huella, bien podría hacerse otra antología con este mismo o parecido título que incluyera este texto de Machado por la huella que dejó en su vida personal y en la historia íntima de la poesía española. Cuando en 1979 Pilar Valderrama concedió una entrevista al escritor José María Moreiro quedaron allí desveladas todas las dudas:

                                       “Yo, Guiomar, escribo, al cabo de treinta años de silencio (…) Conocí a Antonio Machado en Segovia el año 1928. Desde esa fecha hasta 1934 nos vimos en muchas ocasiones. Fruto de aquella amistad es la correspondencia mantenida hasta 1936, de la que conservo tan sólo algunas cartas suyas. Contaba yo veintidós años menos que él y entre nosotros sólo hubo una gran amistad, un estrecho contacto, puramente espiritual. Acerca de la relación habida entre nosotros se han escrito, e imaginado, algunas inexactitudes que, con estas palabras, deseo corregir definitivamente. Entre Machado y yo no hubo, ni podía haber, otra cosa que una limpia unión espiritual, pues ya entonces era yo una mujer casada (…).

                                       Machado, además de un gran poeta, fue un hombre bueno y solitario de imborrable huella espiritual y humana. Fue la ilusión del enamorado, la compensación del amigo, la elevación del poeta.

                                       Guiomar. Madrid, abril de 1979.”

paisajes,.4swcc.-Kyle Poling

Pilar Valderrama ‑viuda desde 1954‑ fallece en octubre de 1979. Dos años más tarde se publica póstumamente su libro de Memorias Sí soy Guiomar con las 36 cartas íntegras que conservaba del poeta.

Se comprueba entonces que hay artículos célebres que por una u otra razón dejan una estela significativa en obra y vida. Los Lunes de El Imparcial recogen ese texto de Machado sobre Guiomar que el poeta muy posiblemente empezó a escribir en Segovia y en junio de 1930. “Me esperan ‑le dice Machado a Pilar Valderrama‑ unos días malos en Segovia. Los exámenes comienzan mañana martes (…) Después tendré libre hasta el 2 de junio y desde el 6 ó 7 todo el verano de vacaciones (…) Cuando me quede libre me consagraré a mis trabajos por este orden: 1º. el artículo sobre Esencias…” Este artículo ‑uno de los más largos y densos del poeta‑ se ofrece aparentemente como una reseña del libro de Valderrama pero desde su fondo se va revelando toda la concepción que tenía Antonio Machado de la lírica, abierta dicha concepción hacia tres direcciones: la defensa del sentimiento en poesía, el amor fraterno y la búsqueda de la sencillez en la expresión poética. Lo poético ‑defenderá Machado en este artículo‑ está en la emoción del verso, no en su forma métrica; eso equivale a decir que puede haber poesía sin verso y verso sin poesía. No deriva del perfeccionismo de la forma sino que está basado en la naturalidad en la expresión poética.

paisajes.-cccm.--Jack Morefield

Y aún queda por anotar en la obra de Machado la importante serie periodística de Juan de Mairena (1934-1936). El Diario de Madrid, El Sol, Hora de España y La Vanguardia recogerán por un lado sus artículos-ensayo redactados desde la calma familiar, política y social (en Diario de Madrid y en El Sol), y por otro su periodismo político, textos que nacen bajo el estruendo de las bombas, en el violento Madrid de la guerra: “porque escribo ‑confesará en La Vanguardia en 1938‑a la luz de una vela, en plena alarma, y son estas mismas aborrecibles bombas que están cayendo sobre nuestros techos las que me inspiran estas reflexiones…”

Y, ‑“­¿Por qué no tiene ya su libro Mairena? ‑le preguntaron en una entrevista a Machado en el Heraldo de Madrid en 1936.

‑Pues… ‑nos ha respondido el poeta‑ va a tenerlo. Ahora es cuando va a tenerlo (…) Cuando publique el libro, dejará ya de escribir Juan de Mairena en los periódicos”.

Hasta el final, pues, Antonio Machado unido a las páginas de la prensa».

(JJ Perlado.- «El artículo literario y periodístico.-Paisajes y personajes«, págs 63-67)

(Imágenes.- 1.-Oliver Akers Douglas/ 2.-Egon Schiele/ 3.-Wolf Kahn/ 4.-Hans Dolieslager/ 5.-Oscar Bluemmer.-1910-1911/ 6. Gustave Klimt.-1900/ 7 –Corey Parker/ 8-Jack Morefield)

PERIODISMO Y PODER

«¿Tiene poder el escritor de periódicos? ¿Posee poder el articulista? ¿Influye de una forma eficaz en la sociedad el texto de un artículo o de una columna?
El profesor Josep Maria Casasús señala en su libro «Artículos que dejaron huella» (Ariel) que algunos de esos textos marcaron un sello y dejaron una estela de indudables repercusiones políticas y sociales. Desde el Vuelva usted mañana de Larra en 1833 hasta El catalán: un vaso de agua clara, de Pemán en 1970, otras dieciséis colaboraciones abarcan su personal selección:  Examen de la cuestión del matrimonio de la reina doña Isabel II, de Balmes, en 1845; Pastor y víctima, de Mañé i Flaquer, en 1833; La catástrofe de anoche. España está de luto. Incendio del Museo de Pinturas, de Mariano de Cavia, en 1891; J’Accuse…!, de Zola, en 1898; Sin pulso, de Francisco Silvela, en 1898; Un mensaje a García, de Elbert Hubbard, en 1899; La ciutat del perdó, de Joan Maragall, en 1909; Neutralidades que matan, del Conde Romanones, en 1914; El error Berenguer, de Ortega, en 1930; Múrcia, exportadora d’homes. Vint-i-vuit hores en transmiseria, de Carlos Sentís, en 1932; March, de Azorín, en 1933; Les Gangsters de la Mafia. Marseille, marché mondial et secret de l’opium, de Blaise Cendrars, en 1934; Verona y Argel, de Santiago Nadal, en 1944; Mano a mano. Miguel Maura, de Manuel del Arco, en 1966; El general sale a exterminar a Charlie Cong, de Nicholas Tomalin, en 1966 y Retirarse a tiempo. No al general De Gaulle, de Rafael Calvo Serer, en 1968.

Es la selección que hace Casasús e indudablemente el tema podría ampliarse y enriquecerse con otros libros y textos.


Pero la pregunta que habría que hacerse es la siguiente: ¿es esto frecuente? Hay que admitir que no. Esta influencia del artículo sobre el poder es algo excepcional. Han de reunirse varios factores en una encrucijada político-social muy definida para que un artículo, caído desde el cielo de un autor que está observando con precisión una situación clave, bombardee con oportunismo exacto un campo ya preparado para recibir esa prosa.
El poder difícilmente es sacudido por un solo artículo. (Acaso haya alguna excepción, por su repercusión social, como puede ser el J’Accuse…! de Zola.) Quizá un editorial pueda mover en un determinado momento los cimientos del poder o de sus aledaños, pero un artículo  o más bien una sucesión de artículos  – o una sucesión de columnas – está más hermanado con una lluvia fina cuya influencia tal vez se perciba muy a la larga, cuando haya empapado las costumbres y actitudes de una sociedad.

En una de las mesas redondas que en 1992 y 1994 se celebraron en la Universidad de Oviedo bajo el título El columnismo literario como corrección del Poder en España, Millás dio su opinión respecto a esto: “El columnismo literario no corrige el poder (…) Tendríamos que decir, honestamente, que quizá…, a muy largo plazo…, pero muy poquito (…) Tampoco creo que esa sea su función, si alguna tiene (…) Yo creo que el periódico es una representación de la realidad, seguramente la más inmediata y la que mayor capacidad tiene para crear opinión y hábitos de respuesta a los estímulos del poder. En los periódicos aparece la realidad jerarquizada y parcelada, formando sus distintas piezas un todo. (…) En general, vivimos con la ilusión de que comprendemos el mundo, pero el mundo, en lo que concierne a su representación escrita, ha crecido mucho más que nuestra capacidad de elaboración. Estamos sometidos desde la mañana a la noche a un bombardeo informativo cuyos contenidos no podemos elaborar. (…) El caso es que llega un punto en que la materia informativa pierde toda su capacidad simbólica para explicarnos la realidad y entonces nos refugiamos en otros ámbitos donde lo que leemos colabora de forma más o menos imperfecta a construirnos una imagen del mundo (…). Recorremos las habitaciones del periódico, como las de nuestra casa, de acuerdo a unas preferencias seguramente inconscientes, pero que acaban imponiendo un orden que, en última instancia, quizá se trate de un orden moral. Y cuando la casa es muy grande o muy fría, seleccionamos de ella algunos espacios que acotamos para el calor y para la seguridad, pero también para la comprensión. (…)
Ahí sin duda anida el valor del artículo – de la columna -, su refugio.


Delibes, entre muchos otros periodistas, se vio acuciado por ciertos lectores con el fin de que, a través de alguno de sus artículos, se pudieran modificar o mejorar realidades urgentes. “Recibo una amarga carta de una vecina de la comarca zamorana de Los Arribes del Duerocuenta en» Pegar la hebra» –  rogándome que trate de evitar que ‘la zona más deprimida, demográfica, social y culturalmente de Europa sea convertida en basurero nuclear del continente’. El primer efecto que esta carta me ha producido ha sido de desconcierto; luego, de enternecimiento ante la confianza que esta señora me muestra. Ella apela a ‘mi amor por las zonas rurales’, que es en verdad muy vivo y profundo, pero desgraciadamente este sentimiento no me da un ápice de poder. (…) El poder del escritor, querida señora – sigue diciendo Delibes -, es muy frágil, no va más allá de su pluma y de la emisión de un voto en una urna cada cierto tiempo. Aunque otra cosa se diga, no tiene otro poder. Por eso, hoy, al dar respuesta pública a su petición, no se me ocurre otra cosa que solidarizarme con ustedes y repetir otra vez que lo que Castilla necesita son ideas e inversiones rentables, revitalizadoras, no asilos de ancianos, pabellones de reposo, escuelas sin alumnos, ni cementerios nucleares. Algo que sujete a los jóvenes a la tierra donde nacieron, en lugar de fantasmas y amenazas que faciliten su dispersión.”

El poder, pues, del escritor de periódicos en general  y el del articulista – o columnista – en particular  no tiene tanta eficacia como en ocasiones se le atribuye.

Bastante poder tiene con contar siempre la verdad.

Y añadirle a la verdad el ser contada con belleza».

(J. J. Perlado: «El artículo literario y periodístico.-Paisajes y personajes».-págs 103-107)

(Imágenes.-1.-manuscrito de «Yo acuso» de Zola.-1898/2.-Albert Camus/3.-página de «L´Aurore» con la carta de Zola.- wikipedia/4-Alain Pontecorvo/5.- Central Park.-Nueva York.- foto: Yale Joel.-1957)