EL DETALLE EN EL ARTÍCULO

 

«Al escribir en la prensa o en Internet siempre los temas están ahí, en la vida, en las pequeñas cosas de la vida cotidiana, en las grandes cuestiones eternas con las que se enfrenta al ser humano (vistas generalmente, sin embargo, desde un ángulo significativo, desde un detalle preciso, como una pequeña puerta que se abre a la amplia consideración del artículo).

«Ese detalle, el hallazgo inesperado de ese detalle, no es fácil encontrarlo. Se requiere ir con los ojos abiertos, una apertura que se llama atención. “Para hacer un periodismo real y tangible ‑recordaba Plaes indispensable una curiosidad, un interés por las cosas de la historia y de la vida”. Sin esa curiosidad se camina con los ojos cerrados y aplicándolo a este oficio del periodismo esa ceguera lleva a la destrucción. No se es periodista ‑ni siquiera se disfruta como ser humano‑ porque la vida aparece como un muro, una masa compacta y rutinaria en donde no cabe el asombro. “Yo he sido periodista toda la vida ‑seguía diciendo Pla‑, porque he tenido toda la curiosidad que me ha permitido la existencia y porque me gusta comunicar a los conciudadanos lo que, por una razón u otra, he podido observar.”

 

 

Pero el detalle está ahí, hay infinitos detalles escondidos en las arrugas de un rostro, en el brillo de unas pupilas, en los giros de una mano, en una modulada entonación, en la manera como un político le señala el cielo a otro político, porque los dos aún no saben de qué hablar y de alguna forma ese color del día, de la temperatura del día los une, les hace sonreír forzada y protocolariamente, y les ayuda a romper el hielo… Todo está lleno de detalles en las individuales existencias y en las grandes cuestiones del mundo. El periodista ‑el articulista‑ va en busca de esos detalles y en esos detalles encontrará muy posiblemente sus temas.

“No se cansará este cronista ‑ha escrito González Ruano‑ de dar gracias a las agencias periodísticas que recogen noticias mínimas y pintorescas con las que los periódicos llenan huequecitos de poca importancia pero necesarios en la confección de sus páginas. Muchas de estas pequeñas noticias, que pocos leen, son para este cronista la base de sus artículos. Lo más difícil en una colaboración de muchos tentáculos y de una sistematización bien ordenada no es la materialidad de escibir, sino encontrar un tema que tenga siquiera condición de pretexto, y que vaya medianamente con nuestros gustos y preferencias.”

 

 

El gallego Álvaro Cunqueiro, por otra parte, tomaba de las fotografías de agencias que se publicaban en la última página de Faro de Vigo motivo para sus comentarios. A veces no buscaba los temas, simplemente los encontraba. Se surtía para escribir sus textos de lo que veía en televisión o escuchaba por la radio, o simplemente de lo surgido en las conversaciones con los amigos. “Un amigo ‑escribía por ejemplo en Faro de Vigo en 1974‑ que escuchó un artículo mío en Radio Nacional de España, en el que yo decía que ya no se encontraban en el país gallego gentes que hubiesen visto la Santa Compaña (…) se muestra conforme conmigo (…) pero me asegura que sueltos, cada uno por su lado, andan por los caminos unos cuantos inquietos. (…) Pero a mi amigo, lo que le preocupan son esos secretos, casi niebla, figura de viento, que andan por ahí, pasajeros vespertinos silenciosos, y sin duda difuntos. Cuando me despido de él, me retiene por un brazo (…) y me dice que también habría mucho que hablar del cadáver de Evita. (…) Lo del traslado del cadáver de Evita desde la quinta peronista de Madrid al ‘altar de la patria’ en Buenos Aires, es operación política”. “Ayer ‑comentaba en otra ocasión el mismo Cunqueiro‑ estaba viendo, después de almorzar, la televisión. Y daban en ella un reportaje sobre la visita de los reyes de los belgas al Japón. Fabiola y Balduino iban a ver una representación de ‘kabuki’ ‑el locutor de la televisión le llamaba ‘kiburi’; por televisión se oyen siempre muchos disparates de este tipo, (…)‑ El drama que vieron Balduino y Fabiola era ‘La muerte de Susiku una mañana de viento’ (…) La hermosa Susiku fue muerta por Nakko (…).” Y así Cunqueiro proseguía con su cultura y erudición caminando a través de una prosa mágica y personal como la que él tenía hasta cubrir por entero uno de sus textos.

 

 

Camba, a su vez, procedía de forma parecida. “Leía yo recientemente una estadística del doctor Rokeby sobre el tiempo que pierden los hombres en hacerse el nudo de la corbata ‑escribía en su artículo Una estadística impresionante, en 1944‑. Suponiendo que, por término medio, pierdan tan sólo un minuto, ello arrojaría por cada millón de hombres el total de un millón de minutos, lo que, en un país como España, se elevaría en seguida a la fabulosa cantidad de doscientas mil horas diarias, o sea veinticinco mil jornadas de ocho horas. Es decir, que invirtiendo en otras actividades el tiempo que emplean en anudarse la corbata, los españoles, según el doctor Rokeby, podrían hacerse muy fácilmente cada mes un túnel, un rascacielos, un puente, una carretera, un buque o un aeródromo.”

José Julio Perlado – «El artículo literario y periodístico – Paisajes y personajes», págs 24-26

 

 

(Imágenes -1-Jacek Malczewski– 1907/ 2-Vincent Giarrano/ 3-Bernard Lamotte- 1940/ 4- Georges Dambier– 1952/ 5- David Lyle)

VIEJOS PERIÓDICOS Y PERIODISMO FUTURO

 

periódicos-yhuh-Vladimir Malagis-mil novecientos treinta y tres

 

«La crisis del periodismo en el mundo- copio de la última entrevista a Umberto Eco en «El País Semanal» -empezó en los cincuenta y sesenta, justo cuando llegó la televisión. Hasta entonces el periódico te contaba lo que pasaba la tarde anterior, por eso muchos se llamaban diarios de la tarde: Corriere della Sera, Le Soir, La Tarde, Evening Standard…Desde la invención de la televisión, el periódico te dice por la mañana lo que tú ya sabías. Y ahora pasa igual. ¿Qué debe hacer un diario? Tiene que convertirse en semanal. Porque un semanal tiene tiempo, son siete días para construir sus reportajes. Si lees Time o Newsweek ves que varias personas han contribuido a una historia concreta, que han trabajado en ella semanas o meses, mientras que en un diario todo se hace de la noche a la mañana. Un periódico que en 1944 tenía 4 páginas hoy tiene 64, con lo cual tiene que rellenar obsesivamente con noticias repetidas, cae en el cotilleo, no puede evitarlo… La crisis del periodismo, entonces, ha empezado hace casi cincuenta años y es un problema muy grave e importante.

 

periódicos.-48ju.-Sylvia Plachy.-Budapest 1972

 

(…) Yo no consigo tomarme mi café de la mañana si no hojeo el diario; pero es un ritual casi afectivo y religioso, porque lo hojeo mirando a los titulares, y por ellos me doy cuenta de que casi todo lo había sabido la noche anterior. Como mucho, me leo un editorial o un artículo de opinión. Esta es la crisis del periodismo contemporáneo. ¡Y de aquí no se sale!

 

periódicos.-96gfg.-Lisette Model

 

El periodismo podría tener otra función. Estoy pensando en uno que haga una crítica cotidiana de Internet, y es algo que ocurre poquísimo. Un periodismo que me diga: «Mira qué hay en Internet, mira qué cosas falsas se están diciendo, reacciona ante ello, yo te lo muestro«. Y eso se puede hacer tranquilamente. Sin embargo, se piensa aún que el diario está hecho para que lo lean unos señores viejos- ya que los jóvenes no leen – que además no usan Internet. Habría que hacer, pues, un periódico que se convierta no solo en la crítica de la realidad cotidiana, sino también en la crítica de la realidad virtual. Este es un posible futuro para un buen periodismo.

 

periódicos- bbvvr-gentes- Ernst Haas

 

(…) Después de todo lo que he dicho de malo sobre el periodismo, la existencia de la prensa es todavía una garantía de democracia, de libertad, porque precisamente la pluralidad de los diarios ejerce una función de control. Pero para no morir el periódico tiene que saber cambiar y adaptarse. No puede limitarse solamente a hablar del mundo, puesto que de ello ya habla la televisión. Ya lo he dicho: tiene que opinar mucho más del mundo virtual. Un periódico que sepa analizar y criticar lo que aparece en Internet hoy tendría una función, y a lo mejor incluso un chico o una chica jóvenes lo leerían para entender si lo que encuentra online es verdadero o falso. En cambio, creo que el diario funciona todavía como si la Red no existiera. Si miras el periódico de hoy, como mucho encontrarás una o dos noticias que hablan de la Red. ¡Es como si los rotativos no se ocuparan nunca de su mayor adversario!».

 

http://jorgetate.tumblr.com/post/78194478968

 

(Imágenes.- 1.-Vladimir Malagis-1933/ 2.-Sylvia Plachy– Budapest- 1972/ 3.-Lisette Model/ 4.-Ernst Haas/ 5.-  Jacek Malczewski)