LA CIENCIA FICCIÓN Y NUESTRO ENTORNO

 

ciencia ficción.-5f8989.-smashingpicture com

 

«Cada una de nuestras acciones durante el día, a lo largo del espectro de la vida cotidiana – vaticinaba J G Ballard en 1977 – , será instantáneamente grabada en vídeo. Por la noche nos sentaremos a ver las imágenes, seleccionadas por una conputadorra entrenada para elegir sólo nuestros mejores perfiles, nuestros diálogos más inteligentes, nuestras expresiones más afectuosas, capturadas a través de los filtros más amables, y luego juntaremos todo ello para tener una reconstrucción mejorada de nuestro día».

Se  ha querido recordar esto en un reportaje en que se defiende la ciencia ficción como literatura del futuro y se comentan la figura y opiniones del escritor Robert J. Sawyer. La ciencia ficción penetró hace tiempo en nuestro entorno. Largas listas de grandes obras de ciencia ficción nos han acompañado siempre. Sobrevolando gustos y pareceres, Robert Scholes y Eric S. Rabkin en su interesante estudio sobre el gènero (Taurus), proponían una lista de novelas representativas entre las que destacaban «Frankenstein o el moderno Prometeo» (1818), «Veinte mil leguas de viaje submarino» (1870), «La máquina del tiempo» (1895), «Nosotros» (1920), «Viaje a Arturo» (1920), «El hacedor de estrellas» (1937), «El fin de la infancia» (1953), «La mano izquierda de la oscuridad» (1969) o » El jinete de las ondas de choque» (1976). Ahí se detenía la lista de estos autores que, naturalmente, podría proseguir. Es el mundo de la biología y la termodinámica, el de la física y la astronomía, el de los ordenadores, la psicología y la pseudociencia. Un universo casi sin límites, un universo recorrido por numerosos autores.

 

ciencia-ficcion-rrggy-victo-ngai

 

Un ejemplo, entre miles que existen, en el que la ciencia ficción aparece de pronto en una planta inesperada, nos lo ofrece Stanislam Lem al narrar el paseo de un personaje por un jardín : «al  aproximarse a una de las sombras más delgadas, que en el crepúsculo habían semejado árboles – escribe en «Edén»- disminuyeron el paso. Del suelo color amarillento surgía un tronco perpendicular, tan gris como el cuero de un elefante y con un brillo ligeramente metálico. El tronco, que en la base no era más grueso que el brazo de un hombre, se convertía, en la parte superior, en una estructura en forma de copa, a unos dos metros del suelo. Era imposible ver si el  cáliz estaba o no estaba abierto por la parte superior. Se mantenía completamente inmóvil (…) El médico tomó una piedrecita y la lanzó al aire. La piedra describió un arco pronunciado y cayó sobre la parte plana del cáliz. El cáliz empezó a ondularse y se cerró; se produjo un breve  sonido siseante, similar a un escape de gas, y toda la columna grisácea, ahora temblando febrilmente, se hundió en la tierra como tragada por ella. El agujero producido se llenó al instante de una sustancia marrón, espumosa y grasienta. Entonces, partículas de arena empezaron a flotar en la superficie, la capa de arena se espesó, y en unos cuantos segundos no quedaba rastro del agujero: el terreno aparecía liso e intacto».

Así la paz del entorno del jardín la ha hecho temblar el poderío de la ciencia ficción.

 

ciencia ficcion.-65vbvb.-Eleanor Bond.-arthistoryarchive

 

(Imágenes.- 1.-smashingpictures com/ 2.Victo Ngai / 3- Eleanor Bond -arthistoryarchive)

1984

detectives.-5rggb.-Sterling Hundley

«No es un libro por el que yo apostaría que se vaya a vender mucho«, le escribía George Orwell a su editor en diciembre de 1948 hablando de su novela «1984«. Como recordaba George Steiner en un artículo en el The New Yorker, Orwell,  en noviembre de 1948, al terminar su manuscrito, se limitó a invertir el orden de los dos últimos dígitos para elegir el título de su obra. «Ningún otro libro -decía allí Steiner ha sido objeto jamás de tanta publicidad, de tanto lanzamiento comercial y de tanto escudriñamiento. En una comparación estadística, los centenarios de Shakespeare han sido discretos. Pero ningún otro libro ha tratado de apropiarse, se ha apropiado para sí mismo, de un año del calendario de la historia del hombre.»Y sin embargo es el lenguaje que vamos descubriendo en «1984» – «El Gran Hermano te 

ciencia ficcion.-56vg.-Keith Carter.-1997.-PDNB Photo Not Ben Gallery.-photografie.-artnet

vigila», «la policía del pensamiento«, el «Ministerio de la Verdad«, y tantos otras frases, las que han permanecido a lo largo del tiempo y hoy extienden su tela de araña de vigilancia total y de espionaje múltiple hasta nuestros días. La actualidad estas semanas está teñida de espionaje y los ojos y oídos de los aparatos se adentran por nuestros oídos y ojos, arrastrándose por correos electrónicos hasta desnudar la intimidad. «Como visión terrorífica del mundo, «1984«  –  así lo recordaba Frederick Karl al hablar de la novela inglesa – , es una propaganda eficaz contra una centralización usurpadora, un efecto natural del deseo del autor de conservar una vida más simple y más pura.» Y por otro lado, la importancia de «1984» supuso – como evoca Mary McCarthy en su ensayo – «Escrito en la pared« (Lumen) – que un ejemplar de esa obra, traducido al húngaro y puesto en circulación secretamente, fuera el catalizador de la rebelión de Hungría.

Bajo los laberintos de la «neolengua« y entre las rendijas del «doblepensar« ( en el fondo,  lenguajes y palabras, palabras y lenguaje) , el espionaje total permanece.

(Imágenes.- 1.-Sterling Hundley/2.-Keith Carter.-1997.-artnet)