TRES ANOTACIONES AL PASO


1—Sobre la oscuridad al trabajar:

“En una  larga entrevista  de hace años  de Javier Marías en la Fundación Mafre hablando de su biblioteca,  el escritor español decía en determinado momento: «Estoy escribiendo una novela en estos momentos y no sé lo que estoy haciendo».
Tenía toda la razón. Se escribe muchas veces sin saber qué se hace ni adónde llevará ni cómo se estructurará ni resultará lo que uno está haciendo.”

 

 

2—Sobre  el relato breve:

“ En el excepcional libro de  E C. Riley, «Introducción al Quijote» y en  una de sus notas viene esta interesante cita de Graham Greene tomada de  «Vías de escape»: «El relato breve es frecuente  para el novelista  otra forma de escape, de evitar tener que convivir durante años con un personaje, recogiendo sus celos, su manera de actuar, sus pensamientos deshonestos, sus traiciones».

 

 

3–Los pintores y la escritura:

“Lento escribir. Avanzo cada día cuatro o cinco líneas. Cada vez me acuerdo más de los pintores y de su trabajo. Cada vez que ellos pasan y repasan su mezcla de colores muy despacio con el pincel para ir consiguiendo el matiz de una sombra o perfilar o suavizar un tono, comprendo su paciencia reiterada que no decae hasta que poco a poco se va consiguiendo lo que quieren.  Vuelven y vuelven otra vez para conseguir el matiz o el claroscuro. O el efecto de luz. Así la escritura. Al menos así me ocurre en los relatos. Hay que releer mil veces todo lo anterior, suavizar las fisuras, ir mezclando la historia que se cuenta con la invención propia, con la prosa que luego discurrirá y se elevará – eso espero – con sencillez. Por eso uno no avanza a veces en toda la mañana más que cuatro o cinco líneas.”

José Julio Perlado

 


(Imágenes—1-Tod papageorge/ 2-Geraldine Sy/ 3–Daumier—1886–metropolitan museum de arte de  Nueva York/ 4- foto David Dubnitskiy)

LA INSPIRACIÓN

 

 

«A la pregunta de qué es, en caso de que exista, los poetas de hoy dan una respuesta evasiva. Y no porque no hayan sentido lo beneficioso de este impulso interior. El motivo es otro. No es fácil explicar algo que uno mismo no entiende.

Yo también, al ser a veces interrogada sobre la inspiración, mantengo una prudente distancia respecto a lo esencial. Pero digo lo siguiente: la inspiración no es un privilegio exclusivo de los poetas o de los artistas en general. Hay, ha habido y seguirá habiendo cierto grupo de personas a las que toca la inspiración. Son todos aquellos que conscientemente eligen su trabajo y lo realizan con amor e imaginación. Se encuentra médicos así, y pedagogos, y jardineros, y otros en cien profesiones más. Su trabajo puede ser una aventura sin fin siempre y cuando sean capaces de percibir nuevos desafíos. A pesar de dificultades y fracasos su curiosidad no se enfría. De cada duda resuelta sale volando un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, sea lo que sea, nace de un constante «no sé».

 

 

Personas como esas no hay muchas. La mayoría de los habitantes de esta tierra trabaja para ganarse la vida, trabaja porque tiene que trabajar. No son ellos mismos quienes con pasión eligen su trabajo, son las circunstancias de la vida las que eligen por ellos. El trabajo que no gusta, el que aburre, valorado sólo porque, incluso siendo desagradable y aburrido, no es accesible para todos, es uno de los peores infortunios humanos. Y no parece que los siglos que vienen vayan a traer algún cambio feliz.

Así pues me permito decir que, si bien les quito a los poetas el monopolio de la inspiración, los incluyo, de todos modos, en el pequeño grupo de los favorecidos por el destino».

Wislawa Szymborska«El poeta y el mundo» (Discurso de recepción del Premio Nobel)

 

 

(Imágenes-1-Twombly– 1970/ 2.-Geraldine Sy/ 3.-David Kapp– 2014)