
En la oración fúnebre que André Malraux dedicó a Braque el escritor afirmó que la gloria había entrado con discrección en su taller, “silenciosa e inmóvil como los pájaros blancos que desde su vejez aparecieron en sus telas.”

Se ha recordado por excelentes expertos que » en 1910 Georges Braque se hallaba en pleno frenesí cubista, en la fase denominada analítica, cuando sus cuadros, como los de Picasso, no eran sino un amasijo de líneas flotantes, como las siluetas de una bandada de pájaros sobre un horizonte grisáceo, moteado por tenues reverberaciones de un desvaído amarillo crepuscular».

«Tengo el cuidado – había confesado ya Braque – de ponerme al unísono con la naturaleza, más que de copiarla.» «El cuadro está terminado cuando él ha borrado la idea.» «Es preciso contentarse con descubrir, pero guardarse de explicar.» «¿Qué es más fidedigno que la naturaleza? ¿Qué es aquello que es evidente sin que sea necesario demostrarlo, espléndido sin que sea necesario admirarlo?» «No es el pintor quien crea, es el cuadro. ¿Qué es? Cuanto más lo vemos más nos asombra ¿Qué es?» «¿Qué hay detrás del espacio y del tiempo’2

«Está un poco agobiado – había descrito Jean Paulhan al visitarle en 1946 -Trabaja en diez bocetos a la vez, de los cuales unos están colocados en caballetes, otros en el suelo sobre una especie de parrillas. Alguna vez cambia de sitio una hoja seca, una pata de cangrejo, un esqueleto de lagarto, que esperan sobre su mesa no se sabe qué. Retoca. Enmienda. Como un jardinero sus plantas.

O como un ganadero entre sus animales, no sin timidez. Se comporta de mil maneras. Le he visto dibujar con tiza en un encerado. Un día le sorprendí trasladando unas medidas sobre un panel. No tenía aire de divertirse.

Braque coloca en algún sitio una mancha de verde o de azul, se aleja, la mira y vuelve a aplastarla con el pulgar. A menudo se va al otro lado de la tela. Coloca una nueva mancha y añade: «De antemano, no se sabe nunca de dónde vendrá la llamada. Es preciso esperar…»

«¿Es de este modo como encuentra usted su camino?.- le pregunta Paulhan. «SÍ, todo depende del punto en que las cosas se encuentren: mi deseo y la alucinación. Cuando estoy bien impregnado del asunto es el lienzo el que me sorprende. Hace diez años que estoy preocupado por esto.»

«Braque en sus últimos meses – recordaba Paulhan -, abría una ventana inmensa por encima de su habitual naturaleza muerta. Pero ni el sol ni las nubes conseguían perturbar lo más mínimo la mesa y la cubeta, la hogaza o los dos salmonetes con los que hacía nuestras delicias y suscitaba nuestra serenidad: nuestra suficiencia.»
Y a Braque – del que Kahnweiler decía que tocaba sinfonías de Beethoven al acordeón, bailaba cuando se presentaba la ocasión y también boxeaba – le rodearon al final de su vida los pájaros.

pájaros en lienzos,

pájaros en esculturas,

pájaros en su estudio de pintor.
(Pequeña evocación cuando su obra se expone nuevamente en París)
(Imágenes.- 1.-el pájaro negro y el pájaro blanco.- 1960.- Grand Palais/ 2.-un pájaro pasa por una nube,. 1957,- Fondation Maeght.- París/ 3.- pájaro en el follaje.- 1961.- Fondation Maeghet – París/ 4.- a la puesta del sol.- 1958/ 5.- pájaros.- 1953.- Museo del Louvre/ 6.- un aleteo.- 1955.-colección privada/ 7.- un pájaro pasa por una nube.- 1957.- Fondation Maeght.- París/ 8.- aves en las nubes.- 1960.- Fondation Maeght/ 9.- tres pájaros.- 1961/ 19.- pájaros.- 1961/ 11.- George Braque en su mesa de trabajo.- marzo 1946.- Brassaï)