LA MUERTE DE IVÁN ILITCH

 

 

 

“Cuando se lee “La muerte de Iván Ilitch” sorprende siempre el poderío narrativo de Tolstoi, su agudeza de observación ante los vaivenes de la vida, la constancia de narrador para no concentrarse en un solo aspecto de la existencia sino mantener con pulso extraordinario los contraluces matrimoniales, los contraluces  laborales, las envidias, sufrimientos, obsesiones, discusiones, ambiciones, reveses, fatigas, cambios de humor y de domicilio, sospechas, miedos, dudas, reconciliaciones, ilusiones amorosas y desgastes de convivencia, sueños y decepciones, desprecios, miedos, la cercanía de los conocidos y la lejanía de los amigos, el cálculo, los intereses, el temor a los pliegues de la muerte y  a los latidos de la enfermedad, las escenas familiares y las escenas sociales, las intrigas, los pellizcos de humor y de ironía, las alegrías y preocupaciones, el rostro vuelto  hacia la pared buscando la inmersión en la soledad.

Toda una vida está aquí, cuando Tolstoi tiene 56 años y las peleas con Sonia, su mujer, marchan, como en tantas otras ocasiones,  sobre senderos tortuosos. Es normal que a esta novela corta se la considere una obra maestra. Lo certifica  Francois Porché cuando traza el retrato psicológico del gran escritor. Lo anota Henri Troyat en su “Tolstoi”.  Lo analiza minuciosamente Nabokov en su “Curso de Literatura Rusa”. También Steiner en su “Tolstoi o Dostoievski” hablará de la epopeya de  visión  que posee el novelista, y aquí está la epopeya de la vida corriente y familiar.

Cuando se lee “La muerte de Iván Ilitch” se lee simplemente su vida. Asombra que un escritor pueda sintetizar en pocas páginas toda una existencia. Y sin embargo,  Tolstoi lo hace normal.”

José Julio Perlado

 

 

 

( Imágenes —1- Tolstoi en el campo -por Repin – Wikipedia/ 2- Tolstoi y su mujer)

HISTORIA Y NOVELA

 

 

“En noviembre de 1866 León Tolstoi fue a Moscú con objeto de consultar en la Biblioteca del Museo Rumiantsev diversas obras que se referían a la época de 1812, cuando estaba escribiendo “Guerra y paz”. Vivía en casa de los Bers. Todas las mañanas salía del Kremlin por la puerta Boroviskia – como lo recuerda Francois Porché  en su  “Retrato psicológico de Tolstoi” – y llegaba a la callejuela Vagankovski donde se encontraba el Museo.  Allí pasaba largas horas leyendo y tomando notas.

Ese mismo mes tuvo curiosidad por visitar el campo de la batalla de Borodino, al oeste de Moscú. Durante dos días, bajo las grandes lluvias mezcladas de nieve, acompañado por su joven cuñado Stepan, de once años, y vestido con ropa de caza, Tolstoi recorre en todos sentidos la vasta llanura brumosa, sembrada de montículos y barrancos, donde se había desarrollado cincuenta y cuatro años antes, la llamada por los franceses “Victoria del Moscova” y por los rusos “victoria de Borodino”. A su vuelta a Moscú el escritor le dice a su mujer: “Dios me conceda tan sólo salud y tranquilidad, y haré una descripción de la batalla como no la hay todavía.”

 

 

Es decir, el novelista recrea la historia, o mejor dicho, la historia está ahí, entre documentos y disparos, extendida en la tierra,  y el novelista se acerca a los detalles de la historia, logrando que los detalles de su novela atraigan luego al cine y a cuantas versiones se imaginen. Es todo un esfuerzo el del novelista muchas veces fatigoso, aparentemente oscuro, pero necesario de modo esencial para dejar testimonio de un hecho. ¿A quién irán luego los historiadores futuros, a los documentos primeros o a las escenificaciones fieles de los grandes escritores? A ambos, indudablemente. Pero el esfuerzo del novelista por reflejar toda la verosimilitud del acontecimiento es palpable. Como recuerda Henri Troyat en su “Tolstoi”, todo el invierno de 1863 -1864 se dedica el escritor a resucitar una época entera. Su suegro le enviaba desde Moscú documentos de primera mano y él mismo compra y consulta todas las obras referentes a las guerras napoleónicas.

 

 

“No se puede imaginar usted – escribe Tolstoi en una carta – cómo me cuesta este trabajo preparatorio de labor profunda sobre el campo que me veré forzado a sembrar. Reflexionar, pensar en todo lo que podía acontecer a esos futuros héroes de una obra tan vasta y combinar los millones de proyectos de todo orden para escoger un millonésimo, es terriblemente difícil.”

Será el esfuerzo por retratar con medios técnicos toda su “visión homérica” de la vida,  tal como la define Steiner, toda la humanidad de los personajes secundarios,  todo el retablo de la vida continua y fragmentada que constituye la universalidad del mundo épico en este gran escritor.

 

 

(Imágenes – 1-Tolstoi trabajando -wikipedia/ 2-Tolstoi -meshkov 1910- wikipedia/ 3- Tolstoi descansando –  repin -Galería estatal -wikipedia/4- Tolstoi arando – repin -1897- wikipedia)

ESTAMPAS DE TOLSTOI (3) : INTIMIDADES

«Con los pequeños (sus propios hijos o los hijos de sus hijos) – cuenta Francois Porché en su  «Retrato psicológico de Tolstoi» – le gustaba bastante jugar, cuando estaba de buen humor. Bailar la «danza de Numidia» alrededor de una mesa para celebrar la partida de algún huesped inoportuno; o bien, al final de una jornada de trabajo, sentar a Vánichka y a Sacha en una canasta vacía, taparla y arrastrarla por los cuartos para que adivinaran en qué habitación se encontraban».

«Eran juegos que gustaba hacer de buen grado, pero que podían corresponder tanto a un deseo egoísta de tranqulidad personal como a un amor particular por la infancia».

«Una noche de febrero de 1895 – recuerda a su vez Daniel Gillès en su «Tolstoi» -, estalló en Moscú una de esas escenas violentas y penosas que Sonia hacía a su esposo.(…) Como León, muy sulfurado ( en relación con su relato «Dueño y servidor» que él había prometido a la revista «El Mensajero del Norte» en vez de reservárselo para «El Mediador«) hablaba de abandonar el hogar conyugal, ella se le adelantó y, en plena noche, en camisón de dormir, con los pies desnudos en las zapatillas, se precipitó a la calle. León, medio vestido, corrió tras ella, la alcanzó, la agarró por el brazo y consiguió, no sin esfuerzo, porque ella se resistía y tropezaba en la nieve, volverla a casa».

«Al día siguiente por la tarde, la querella volvió a encenderse, y Sonia, arrojando esta vez las pruebas que estaba corrigiendo, se lanzó a la calle y, resuelta a dejarse morir de frío en el bosque, se dirigió hacia el Monte de los Gorriones. Esta vez fue su hija Macha quien la obligó a volver a casa. Sonia pasó allí dos días sumida en el abatimiento y en la postración; luego fue bruscamente asaltada por su idea fija; llamó a un coche de caballos y se hizo conducir a la estación de Kursk. Sergio y Macha, que se habían lanzado en su seguimiento, la alcanzaron en el instante en que pagaba al cochero. La volvieron a conducir una vez más a casa».

«Sonia tuvo que meterse en cama – sigue contando Gillès -, y en ella permaneció durante semanas; los médicos consultados prescribieron quién agua de Vichy, quién bromuro. Pero entre tanto Tolstoi había capitulado. «Entró en la habitación – escribió su mujer – , se inclinó ante mí hasta dar con el suelo, se puso de rodillas, me hizo juramentos y me suplicó que lo perdonase«. Y ella lanzaba este grito de triunfo : «¡»El Mediador» y yo hemos obtenido «Dueño y servidor«, pero a qué precio!». En cuanto a Tolstoi, él se sentía casi feliz por haberse doblegado. «Dios ha venido en mi ayuda – confiaba en su «Diario» -; se ha manifestado en mí por la voz del amor…Sentir amor por ella; me ha bastado eso para comprender sus móviles. No he tenido necesidad de excusarla; no había ya nada que excusar«.

Peleas matrimoniales, trifulcas familiares, temperamentos, explosión, desgarros, reconciliaciones.

Intimidades que revelan vidas.

(Pequeña evocación a los cien años de su muerte: 1910-2010)

(Imágenes:- con mi agradecimiento a mi buen amigo, el periodista y corresponsal Daniel Utrilla que, desde Moscú, me ha guiado hacia estas fotografías:-1.-Tolstoi con su nieta Tatiana.-1909.-Ria «Novosti».-rian.ru/2.-Tolstoi con sus nietos Sonia e Ilia.-1909.-Ria «Novosti».-rian.ru/3.-Tolstoi discutiendo un manuscrito con su esposa Sonia.-1909.-Ria «Novosti».-rian.ru/4.-Tolstoi con su esposa Sonia.-1908.-Ria «Novosti».-rian.ru/5.-Tolstoi con su esposa Sonia.-puskinmuseum.ru)