HISTORIA DE UN CAMINO

 

jardines.-6hhn.-Claude Monet.-camino a Pourville.- 1882

 

«Seguido alegremente de árboles musicales

se escapó de los bosques un camino aldeano

que, llamando a la puerta de las casas, corría,

corría de una a otra dejándoles un árbol.

Los hombres arrojaron sus piedras al camino.

Los niños arrojaron sus pedruscos al árbol.

Los pájaros huyeron. El camino dio vueltas,

y vestido de verde fue a esconderse en el campo.»

José Sebastián Tallon.-«Historia de un camino»

 

camino- vwaq.T Enami- mil novecientos cinco- Punjapit wordpress

(Imágenes.-1.- Claude Monet- camino a Pourville- 18882/ e.- T. Enami-1905.-Punjapit wordpress)

 

PERDERSE, CAMINAR

caminos- bbrr- paisajes- Ellen Auerbach- mil novecientos cuarenta y nueve

«Perderse significa que entre nosotros y el espacio – recordaba Franco La Cecla en «El hombre sin ambiente» (Laterza) – no existe solamente una relación de dominio, de control por parte del sujeto, sino también la posibilidad de que el espacio nos domine a nosotros. Son momentos de la vida en los cuales empezamos a aprender del espacio que nos rodea (…) Ya no somos capaces de otorgar un valor o un significado a la posibilidad de perdernos. Cambiar de lugares, confrontarnos con mundos diversos, vernos obligados a recrear con una continuidad los puntos de referencia, todo ello resulta regenerador a un nivel psíquico, aunque en la actualidad nadie aconsejaría una experiencia de este tipo. En las culturas primitivas, por el contrario, si alguien no se pierde no se vuelve mayor. Y este recorrido tiene lugar en en el desierto, en el campo. Los lugares se convierten en una especie de máquina a través de la cual se adquieren nuevos estados de conciencia.»

paisajes-ednn-T Enami- caminos

«Mi forma de arte – decía también Hamish Fulton -es un breve viaje a pie por el paisaje (…) Lo único que tenemos que tomar de un paisaje son fotografías. Lo único que tenemos que dejar en él son las huellas de nuestros pasos (…) Los paseos son como las nubes. Vienen y se van.»

caminos-eewwe-T Enami org

«Utilizando una piedra como almohada – escribía a su vez en un haiku Santoka Taneda -, me dejo arrastrar hasta las nubes.»

Perderse, caminar, siempre ha sido una tentadora tarea para el hombre.

(Imágenes.-1.-Ellen Auerbach.-1949/ 2 y 3 .-T. Enami)

HISAE IZUMI

paisajes.-998.-monte Fuji.-Japón.-1880.-por Kimbey Kusakabe

«Después de muchos años de dudas no se ha llegado a confirmar la fecha exacta del nacimiento de Hisae Izumi, una dama japonesa nacida en la pequeña ciudad de Ayabe, cerca de Kyoto, en los inicios del siglo Xll. Célebre profesora y educadora, mujer enormemente versátil, musa de escritores y artistas durante mucho tiempo, gran viajera y autora a su vez de varios libros hoy muy reconocidos, estuvo dotada desde el principio de su vida con una prodigiosa imaginación y una despierta inteligencia que, unidas a los rasgos de su belleza que se haría legendaria, le confirieron una poderosa personalidad.

Ya desde su juventud destacó por su poder de crear, algo que le acompañaría toda su vida, y todos los Anales cuentan de ella la asombrosa organización casi teatral con la que lograba atraer y fascinar a sus oyentes en cuanto desplegaba sus historias.

Solía contar, por ejemplo, por las noches muchísimas historias del pasado en aquella humilde casa de Ayabe, rodeada de amigos y vecinos.

paisajes.-uuyn.-Japón.-cascada.-Shunkyo Yamamoto 1871- 1933

El pasado se erguía cada noche en la habitación de Hisae Izumi adornada de telas transparentes y a través de las telas y delante de los que escuchaban sentados en el suelo asomaba de pronto hacia las doce el majestuoso aspecto del emperador Tenmu vestido con su coraza de hierro, los gruesos brazos tatuados y sosteniendo en las manos el luminoso globo de la astronomía. El emperador Tenmu, lejano antecesor de los padres de Hisae, había sido el hombre más versado en astronomía de toda Asia y se decía que los caminos de las estrellas y las sendas de las galaxias eran para él tan conocidos como los de su propia casa: atravesaba los cielos infinitos con una mirada lenta y andaba con sus ojos muy despacio sobre el suelo de las constelaciones. Eso lo solía hacer el emperador Tenmu en la medianoche, cuando el universo estaba encendido, y después de dar ese paseo espaciado, como vigilando a qué fuerza brillaban las estrellas de la constelación del Cisne, escuchaba los silbidos de la Vía Láctea como una fuga de vapor. Aquel silbido alargado y quejumbroso penetraba hasta los oídos de Hisae, de pie ante el auditorio, sosteniendo en alto las cortinas de la habitación hasta que Tenmu desaparecía. Porque el emperador Tenmu se hacía en aquellos momentos invisible. El arte de hacerse invisible lo dominaba Tenmu de tal forma que Hisae, muchas noches, al contar su leyenda, apartaba de un golpe las telas y cortinas y preguntaba a quienes seguían escuchando su relato: «¿Acabáis de ver a Tenmu? No, no lo habéis podido ver porque Tenmu no existe. La coraza que habéis creído ver no existe, tampoco sus brazos tatuados, tampoco el globo de la astronomía. No existe Tenmu. Sólo existen mis palabras. Mis palabras son las que le han sostenido. Si no existieran mis palabras, el emperador Tenmu no se os hubiera aparecido en la imaginación. La imaginación, a los que habéis escuchado mis palabras, os ha hecho creer que veíais a Tenmu detrás de esas cortinas. Pero ahora yo no dejaré de hablar. En cuanto yo deje de hablar Tenmu desaparecerá por completo. Ya. Ya ha desaparecido.» E Hisae dejaba caer las telas y ante el círculo de los oyentes su silencio disolvía todo lo que ellos habían pensado; ya no sabían quién era el emperador Tenmu, no habían oído nada sobre él, nada habían visto, ni siquiera aquel cielo estrellado que ahora se contemplaba al otro lado de las telas parecía un inmenso mundo astronómico fulgurante y parpadeante. Pero Hisae proseguía: «¿Es que hay algo en el espacio?«, y sostenía con su mano las cortinas descorridas. «¿Está dando su paseo Tenmu como todas las noches sobre las estrellas? No. Él no está paseando. No puede pasear. No existe Tenmu. Lo están diciendo mis palabras. Creedme. Mis palabras sí son visibles. Es Tenmu el invisible. Son mis palabras las que poseen la fuerza.»

japón.-44tty.-Shunkyo Yamamoto.- artelino. com

Y entonces Hisae dejaba caer las cortinas y se sentaba en el suelo en medio del círculo de los oyentes y retaba a los demás a que escribieran todas aquellas cosas que ella acababa de decir. «Veréis como no es posible – les decía -. Escribir lo que ahora os cuento es muy difícil. Escribir en sí es muy difícil. Las palabras se las lleva el viento y hay que ir hasta el viendo del noroeste que sopla en invierno sobre las costas del mar interior para detener a las palabras que se van, y traerlas y fijarlas en el papel. Todo lo que no se fija sobre el papel con los signos de la escritura sólo lo oímos por los oídos y los oídos después ya no escuchan nada, los oídos descansan cada noche en la almohada y de los oídos que duermen van saliendo poco a poco los hilos de las palabras recibidas durante el día y ellos salen de nuevo vaciando la cabeza para que la cabeza pueda llenarse al día siguiente. Las palabras que no fueron escritas se las lleva el viento y el viento las lleva hasta las dunas de Tottori. ¿Conocéis vosotros las dunas de Tottori ante la bruma de las islas? Sí, sí las conocéis. Están ante el mar de Japón, mirando a la isla de Dögo. Esas dunas están hechas con palabras. Son kilómetros de palabras, arenilla sedosa y ondulada de todas las palabras que se pierden y que nunca fueron registradas, todas esas palabras que no fueron escritas, como las mías ahora si no las escribís. Estas palabras mías que yo pronuncio están yendo ya hacia las dunas de Tottori. Allí se convertirán muy pronto en arena. Allí el mar las disolverá.»

José Julio Perlado: (del libro «Una dama japonesa») (relato inédito)

japón.-ervbb.-Shunkyo Yamamoto.-aac.pref.aichi

(Imágenes:- 1.-monte Fuji.-1880.-Kimbey Kusakabe/2 3 y 4.--Shunkyo Yamamoto.-artelino. com)

HUERTO

flores.-5ggb.-crisantemo.- Ogawa Kazuma

«Con más dorados pomos engañaba

el árbol verde al tiempo fugitivo,

que a la planta Hipómenes que volaba.

fruta.-66tt.-Cézanne.-manzanas.-Museo Metropolitano de Arte

Sobre el oro difunto, el nácar vivo

mostraban las manzanas palpitando,

ya dibujadas de pincel nativo.

flores.-6fbnn.-dalias.-margaritas.-rosas.-Henri Fantin-Latour

De abejuelas un coro vivo, hilando

en sus ruecas de cera rayos de oro,

guardaba su labor amenazando.

flores.-tt88jjm.-ciruelo.-Elichi Kotozuka.-1906-1979

Por el cañón puntado, su tesoro

a cuajar desangraba el clavel tirio,

hablando con olores más que el coro.

flores.-67v.-lirios blancos.-Edouard Manet.-1882

De terciopelo azul vestido el lirio,

que entre puñales verdes se conserva,

y le da su color mayor martirio.

flores.-ttgbb.-John Day.-1883

El níspero montés, el agria serva,

que el árbol, intratables, los derriba,

y los sazona la dorada hierba.

flores.-efcb -azucena

Allí, de nieve castamente viva,

con letras de oro escribe la azucena

la nariz que pecó de sensitiva.»

Gabriel Bocángel.- «Huerto».-(siglo XVll español)

(Imágenes:-1.-Ogawa Kazuma/ 2.-Paul Cézanne.-Museo metropolitano de Arte/3.-Henri Fantin-Latour/4.-Elichi Kotozuka/ 3.-Edouard Manet.-1882/4.-John Day.-Euanthe Sanderiana.-1883/5 -azucena)