DONES DE LA VEJEZ

 

 

«Deja que te revele los dones reservados a la vejez

para coronar el esfuerzo de toda una vida.

Primero, la gélida fricción del sentido que expira

sin encantamiento alguno, sin ofrecer promesas,

salvo el sabor amargo y desabrido de la fruta madurada en sombras

cuando cuerpo y alma comienzan a desgarrarse.

Segundo, la impotencia consciente de la rabia

ante la estupidez humana, y el dolor lacerante

de reírse de lo que ya no es divertido.

Y por último, el dolor desgarrador de revivir

todo lo que has hecho y sido; la vergüenza

de unas intenciones reveladas cuando era tarde, y la conciencia

de las cosas mal hechas y hechas en perjuicio de los demás

que en otro tiempo creíste actos de virtud».

T. S. Eliot

(Imagen – foto : Julia Margaret Cameron – Sir John Herschel – the metropolitan museum of art)

JULIA MARGARET CAMERON

 

lectura.-9hbn-Julia Margaret Cmeron.-marzo 1867

 

«Añoraba atrapar toda la belleza que me pasara por delante y, a la larga, creo haber satisfecho tal anhelo«, declaraba la fotógrafa inglesa Julia Margaret Cameron, cuyo trabajo es celebrado estos días en el Victoria and Albert Museum con una amplia exposición. Esa búsqueda de la belleza, que así definía Cameron a la fotografía, la hizo decir una vez: «¿Por qué no viene la señora Smith a ser fotografiada?- le preguntó a una amiga sobre una dama de Londres a la que no conocía en persona -. Me dicen que es Hermosa. Pugna por que venga y se convertirá en Inmortal».

 

fotografía- nhy- Julia Margaret Cameron- wikipedia org

 

Los claroscuros y las nieblas, las miradas perdidas, los pómulos iluminados y reflejados, todo el misterio del retrato en el ser humano, Cameron lo buscó y lo consiguió.

 

fotografía- noim- Julia Margaret Cameron-

 

La diferencia en las fotografías de Cameron respecto a mujeres y a hombres ha sido tratada por Susan Sontag. «Fotografiaba de manera distinta a hombres y a mujeres. Los hombres, entre ellos los poetas, eruditos y científicos más eminentes de la era victoriana – afirmó Sontag – posaban para sus retratos.

 

fotografía-nyui- Cameron-Julia Jackson

 

Las mujeres – la mujer, hija, hermana, sobrina de alguien – servían de modelos para los «temas extravagantes» ( la frase es de Cameron).

 

rostros.-679.-foto por Julia Margaret Cameron.-Imagery Our World

 

Las mujeres estaban habituadas a personificar los ideales de la feminidad extraídos de la literatura o la mitología: la vulnerabilidad y patetismo de Ofelia; la ternura de la Madonna con el Niño.

 

foografía- in- Julia Margaret Cameron- Virginia Woolf- mil novecientos dos- venetianred net

 

Casi todas las modelos eran parientes o amigas; o su doncella, que, convenientemente vestida de nuevo, encarnaba diversos iconos exaltados de la feminidad.

 

mujer.-4f4f.-por Julia Margaret Cameron.-The Victorian Webs

 

Sólo Julia Jackson, la sobrina de Cameron ( y futura madre de la futura Virginia Woolf), en homenaje a su excepcional belleza, nunca posó como nadie, salvo como ella misma.

 

fotografía- unnh- julia Margaret Cameron- Henry Taylor- mil ochocientos sesenta y siete- arttatler com

 

Lo que habilitaba como modelos a las mujeres era precisamente su belleza, como la fama y el éxito habilitaban a los hombres. La belleza de las mujeres las volvía sujetos ideales.

 

fotografía- nuy- Julia Margaret Cameron- Thomas Carlyle- mil ochocientos sesenta y siete

 

Notablemente – señala Susan Sontag -, no había papel alguno para la belleza pintoresca o exótica, así que cuando Cameron y su marido se mudaron a Ceilán, hizo muy pocas imágenes».

 

fotografía- nbui- Julia Margaret Cameron-- Ellen Terry- mil ochocientos sesenta y cuatro

 

(Imágenes.- 1.- Julia Margaret Cameron- 1867/ 2.-Julia Margaret Cameron- Wikipedia/ 3.-Julia Margaret Cameron/ 4.-Julia Jackson- 1867/ 5.-John Herschel/ 6.- Virginia Woolf-1902/ 7.-The victorians/ 8.-Sir Henry Taylor– 1867/ 9.-Thomas Carlyle-1867/ 10- Ellen Terry. a los dieciséis años- 1864)

INTIMIDAD DE DICKENS

 

 

ciudades.-9y55g.-Londres.-Piccadilly.-1875.-Giuseppe de Nittis

 

» A Dickens le horrorizaba estar solo – cuenta André Maurois en su biografía -; hasta en pleno trabajo tenía necesidad de sentir alrededor de él a su familia, deseaba encontrarla en las comidas, le gustaba ser consultado por ella sobre los menores detalles. Todo le interesaba en la casa, hasta lo que de ordinario es trabajo de las mujeres. No se clavaba un clavo sin su consentimiento. Mostraba interés por los juegos de los niños, sus representaciones teatrales, la organización de una comida, un partido de crickter en el pueblo : él era el centro y el alma de todo. Si sus hijos o un criado estaban enfermos, era él el mejor doctor; daba tal

 

ciudades-yh-Londres-Walter Riddle-mil ochocientos setenta y uno

 

impresión de fuerza, que bastaba que entrase en la habitación del enfermo para que éste se sintiese reconfortado. Era el recinto de su intimidad. Ahora el cine aborda alguna otra intimidad de Dickens y si se repasan las interesantes páginas que a Dickens dedica el gran crítico italiano Pietro Citati en «El mal absoluto» veremos también cómo esa intimidad se abre y se vierte en Londres, esa «inmensa linterna mágica» de la ciudad de la que surgen todos sus personajes. Una vez dijo Dickensy lo recuerda Citati – «que quien escribe novelas es un enfermo encerrado en casa en una de las pequeñas calles de Londres, obligado a escuchar por las noches todos los ruidos de los viandantes, su continuo pasar de un lado a

 

 

ciudades-vfv- Londres- William Logsdail- mil ochocientos ochenta y cuatro

 

otro, aquella incesante agitación, aquel ininterrumpido roce de pies que dejaba lustrosas y pulidas las piedras…» Londres fue uno de  los amores de Dickens  y Citati recoge lo que algunos han dicho del escritor: que jamás quiso de verdad a ningún ser humano y que su relación con el público fue » la más importante historia de amor de su vida». Los lectores norteamericanos leían los capítulos de sus novelas con algunas semanas de retraso y, en cierta ocasión, cuando un barco inglés atracó en el puerto de Nueva York se encontró rodeado por un gentío que preguntaba ansiosamente a los pasajeros por un personaje: «¿Ha muerto Nell?», interrogaban.

 

ciudades.-8yynnm-Londres.-ilustración de David Copperfield de Dickens.-por Frank Reynolds.-Mussson Book Co.

 

Al final de su vida se quejaba incomprensiblemente de la soledad. Se ha recordado que nadie tuvo más éxito que él con los amigos, entre los cuales figuraban Carlyle, Bulwer Lytton, Tennyson o Thackeray, y el público de todas las clases sociales le adoraba. En Dublín, por ejemplo, en una de sus lecturas públicas, se pagaron las butacas a cinco libras esterlinas en aquella época, y en la primera semana de Boston, en 1867, percibió 9000 dólares.

 

ciudades-bbfr-Londres- John Thomson-mil ochocientos setenta y siete

 

 Dickens dio corporeidad imaginativa a la niebla londinense, a los coches de posta,  y al río «rápido y opaco» en el que «se asienta pensativa la noche de invierno.»

 

ciudades.-5990.-Londres.-William A. Fraser.-1898.-Columbus Circle

 

«En mis publicaciones – quiso añadir en su testamento – están mis títulos de opción al recuerdo de mi patria.» Y Anthony Trollope dijo de él:  Dickens profesaba «una profunda devoción por la literatura en todas sus variedades, y su fe en ella encerraba una verdadera convicción.»

 

 

estaciones.-44h.- primavera.-Londres.-Camille Pisarro.-1890

 

(Imágenes.-1.-Giuseppe de Nittis– Picadilly- 1875/ 2.-Walter Riddle– 1871/ 3.-William Logsdail-St Paul – 1884/ 4.-Frank Reynolds- ilustración para David Copperfield- musson books/ 5.-John Tomson- 1877/ 6.-William Fraser– 1898/ 7.-Londres- Camille Pisarro– 1890)