PICASSO Y BRASSAÏ


”El día en que Brassaï fue a fotografiar las esculturas de Picasso — así lo cuenta Patrick O’Brian en su vida de Picasso — el artista abrió la puerta ” y contemplamos una nación de figuras en toda su resplandeciente belleza”. Brassaï se encontró ante un Picasso “directo, sin afectación, carente de arrogancia, amable y natural”.
Vienen estas evocaciones aquí cuando se anuncia que a partir del 19 de octubre se exhibirá la obra de Brassaî en el museo Picasso de Málaga.—.” Picasso -dice O’Brian —también tomó simpatía a Brassaï y le propuso ir al circo, a su viejo y amado circo Medrano, en el que no había estado hacía años. Acudieron los dos y el circo no había cambiado: allí estaban los mismos payasos, los gruesos caballos, los flacos acróbatas, las fieras y los mismos olores. No fue una gran función, pero Picasso se divirtió enormemente, se rió con los payasos y lo pasó en grande, mientras, durante toda la función, su hijo, que contaba once años, estuvo con la cara seria.

Aparte de otras muchas ocasiones, Brassaï ,en agosto de 1939, encontraría a Picasso en la calle de Grandes Augustins. Brassaî no había estado nunca allí. Picasso recibió amablemente a Brassaî y accedió a posar en la cervecería Lipp hablando con Pierre Matisse, en Flore firmando unos grabados, y en su estudIo.

Muchos años después, en 1960, volvieron a encontrarse una vez más y Brassaï demostró que era uno de sus muchos amigos que se negaba a formar parte del grupo de cortesanos en competencia entre sí, y hacía trece años que no había visto a Picasso,

De todos aquellos encuentros nacerían las “Conversaciones con Picasso’, un libro fundamental para conocer al pintor..

(Imágenes- Bassaí 1935 y 1945)