LUCES DE BOHEMIA

 


“Ahora que evocamos los cien años de “Luces de bohemia” — del 31 de Julio al 23 de octubre de 1920 publicó Valle- Inclán la primera versión en la revista “España”, presentando doce escenas —, volvemos también a las sombras y a las luces reflejadas en esta obra y que el profesor norteamericano Summer M. Greenfield quiso estudiar en su “Anatomía de un teatro problemático”.

Algunas de las sombras, anotaba Greenfield, aparecían en sus escenarios, “ La Taberna de Pica Lagartos, por ejemplo, : “ luz de acetileno, mostrador de cinc, zaguán oscuro con mesas y banquillos, jugadores de mus, borrosos diálogos”. O  en la Redacción del periódico “El Popular”: “ sala baja con piso de baldosas. En el centro, una mesa larga y negra, rodeada de sillas vacías, que marcan los puestos, ante roídas carpetas y rimeros de cuartillas que destacan su blancura en el círculo luminoso y verdoso de una lámpara de enagüillas”. O en los interiores de un Ministerio: “Secretaría particular de su excelencia.  Malos cuadros, lujo aparente y provinciano.” Es el fondo físico que Valle- Inclán pinta con un realismo prosaico y sórdido. El mismo tipo de escenario chabacano e incoloro, dice Greenfield, que marca todos los niveles del orden social de este Madrid, no sólo el más bajo. La luz natural del día, por ejemplo, aparece sólo tres veces  en “Luces de bohemia”: el sol del crepúsculo que entra por la ventana, la luz del alba cuando muere Max Estrella, y la “árida” luz de la tarde después del entierro del poeta, al conversar “otoñalmente” en el cementerio Darío y el viejo Bradomín.”

 

La significación de este prosaísmo visual, sigue diciendo Greenfield, no se encuentra en uno que otro escenario particular sino en la totalidad de su efecto como refuerzo escénico para la visión de una ciudad deslustrada por la mediocridad. Si hay “luces” que brillan en “Luces de bohemia”, hay que buscarlas en la persona de los bohemios, no en la cara de Madrid”. Zamora Vicente, por su parte, en su análisis de la obra  teatral, nos recuerda que “Luces de bohemia” se nos presenta con muy poca “deformación”, más bien como un periódico más, la parodia de un periódico. ¿ Seguiremos hablando pomposamente de “deformación” o “desmitificación”? — se pregunta—. No. Vemos el esperpento encadenado a situaciones y tareas de su tiempo, específicamente teatrales.”

Sombras y luces dentro de una gran obra.

 

(Imágenes—1- Valle Inclán- el Pasajero/2-Rohnabitner- Howard Yezerski gallery- artnet/ 3-fondos del Ateneo de Madrid)

VIEJO MADRID (14) : LUCES DE BOHEMIA

Me detengo en ese madrileño Pasadizo de San Ginés, ante la placa que recuerda a Max Estrella.

Hasta aquí me llegan las frases de «Luces de bohemia«:

«DON FILIBERTO.-Citaba mi defiición del periodismo. ¿Ustedes la conocen? Se la diré, sin embargo. El periodista es el plumífero parlamentario. El Congreso es una gran redacción, y cada redacción, un pequeño Congreso. El periodismo es travesura, lo mismo que la política. Son el mismo círculo en diferentes espacios». ( Escena séptima)

«DORIO DE GADEX.-Voy a escribir el artículo de fondo, glosando el discurso de nuestro jefe: «¡Todas las fuezas vivas del país están muertas!», exclamaba aún ayer en un magnífico arranque oratorio nuestro amigo el ilustre Marqués de Alhucemas. Y la Cámara, completamente subyugada, aplaudía la profundidad del concepto, no más profundo que aquel otro: «Ya se van alejando los escollos». (Escena séptima)

«MAX ESTRELLA.-El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato

DON LATINO DE HISPALIS.-¡Estás completamente curda!

MAX.-Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.

DON LATINO.-¡Miau! ¡Te estás contagiando!

MAX.-España es una deformación grotesta de la civilización europea.

DON LATINO.-¡Pudiera! Yo me inhibo.

MAX.-Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.

DON LATINO.-Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.

MAX.-Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.

DON LATINO.-¿Y dónde está el espejo?

MAX.-En el fondo del vaso.

DON LATINO.-¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!

MAX.-Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.

DON LATINO.-Nos mudaremos al callejón del Gato«.(Escena duodécima)

(Zamora Vicente, en «La realidad esperpéntica» (Aproximación a «Luces de bohemia«) (Gredos) recuerda que «el contorno de Valle era una España caduca, enfermiza, sin arraigo ni ética (…), esa España está vista a través de una lágrima (excelente y bien explicable espejo cóncavo) o estrujada entre los dedos. Y de ahí lo resultante: esquinadas aristas, maltrecho proceder, pérdida de la solemnidad y del engolamiento, marcha hacia la nada total  (…) Queda, pues, claro que Valle -Inclán somete a una revisión el paisaje todo de la vida nacional«.)

Así me detengo, en el madrileño Pasadizo de San Ginés, ante la placa que recuerda a Max Estrella, escuchando las frases de «Luces de bohemia«.

(Imágenes: 1.-Pasadizo de San Ginés.-foto JJP/ 2.-Valle- Inclán, la actriz María Banquer y Julio Romero de Torres.-foros elpais/ 3.- portada de «Crónica»  12 de junio de 1932.-fondos del Ateneo de Madrid)