LA TUMBA DE M.C.

 

 

Quijote-yvvb-Willam Strang-mil novecientos dos

 

 

«Puesto ya el pie en el estribo le escribe Cervantes a su protector, el conde de Lemos el 19 de abril de 1616 -, con las ansias de la muerte, gran señor, ésta os escribo. Ayer me dieron la Extremaunción, y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir…»

Cuando el neerlandés Cees Nooteboon se asoma al convento de las Trinitarias en la madrileña calle de Lope de Vega y pregunta a unas monjas: «¿Está enterrado aquí Cervantes le contestan: «Sí, pero no está aquí». Luego insiste: «¿Hay tumba por lo menos?». «No, en realidad tampoco hay tumba».

 

Quijote-vhe- Michael Kenna- mil novecientos noventa y seis

 

Nuevamente en estos meses se indaga dónde puede estar la tumba de Cervantes y vuelven a visitarnos en el tiempo las últimas horas del autor de El Quijote. Vive ese año el escritor en un modesto piso de la calle del León, esquina a la de Francos, casa propiedad de su amigo el clérigo conquense, licenciado

 

Quijote-ybb-Enric C Ricart- mil novecientos treinta y tres

 

Francisco Martínez, que moraba también allí. Estaban a su lado cuando murió, su esposa Catalina y este amigo Martínez. Y posiblemente le visitaron en aquellos momentos, así lo dice Astrana Marín,  los poetas don Francisco de Urbina y Luis Fernández Calderón, escritores sin relieve, pero los únicos de que hay noticia tuvieran buen recuerdo entonces para Miguel, presintiendo su fama inmortal. Urbina declaró en su epitafio:

«Caminante, el peregrino

Cervantes aquí se encierra;

su cuerpo cubre la tierra,

no su nombre, que es divino.

En fin, hizo su camino;

pero su fama no es muerta,

ni sus obras, prenda cierta

de que pudo a la partida,

desde esta a la otra vida

ir, la cara descubierta».

Y así fue Cervantes, «a cara descubierta, como a tercero que era«(acompañado de los terciarios de San Francisco),  aquel sábado 23 de abril de 1616 hasta el convento de las Trinitarias donde aún no han encontrado sus restos.

 

convento de las Trinitarias- Madrid- wikipedia

 

 

(Imágenes.-1.- William Strang– 1902/2.-Michael Kenna– 1996/ 3- Enric C. Ricart- 1936/ 4-convento de las Trinitarias- Wikipedia)

 

 

 

DESPEDIDAS

 

paisajes.-99y.-Marcin Sobas

 

 

«Son  las nubes en torno al sol caído,  (escribe Yeats y lo recoge Cees Nooteboom en sus encuentros y despedidas en «Tumbas de poetas y pensadores» )

la majestad que cierra su ojo ardiente:

los débiles se apoderan de lo que el fuerte ha hecho,

hasta que sea derribado lo que mucho se elevó

y venga la discordia tras el unísono,

y todas las cosas se hallen en un plano común.

Y por tanto, amigo, si has recorrido tu camino

y así te sucedió, tanto más por ello

hiciste de la grandeza tu compañera,

aunque sea por hijos por los que suspiras:

Son las nubes en torno al sol caído,

la majestad que cierra su ojo ardiente.»

 

paisajes.-7yhh.-mar.-Vladimir Kush

 

«No sé muy bien si sueño, o si recuerdo, si viví mi vida o si la soñé  (escribe Ionesco en sus «Diarios)- El recuerdo, igual que el sueño, me hace sentir profundamente la irrealidad, la evanescencia del mundo, imagen furtiva en el agua movediza, humo coloreado. ¿Cómo todo lo que resiste entre firmes contornos puede apagarse? La realidad es infinitamente frágil, precaria, todo lo que viví duramente se hace triste y suave. Quiero retener todo lo que nada puede retener.»

 

luna-nooi-noche- cielo- Willy Kriegel-

 

«Pero lo más admirable en Bretaña es la luna alzándose de la tierra o poniéndose en el mar (escribe Chautebriand) Destinada por Dios a regir los abismos, la luna tiene, como el sol, sus nubes, sus vapores, sus rayos, sus sombras que la acompañan; pero, al igual que él, no se retira solitaria; un cortejo de estrellas la acompaña. Según desciende sobre mi playa natal en el extremo del cielo, aumenta su silencio, que comunica al mar; no tarda en ponerse en el horizonte, intersecándose, no muestra más que la mitad de su frente que se adormece, se inclina y desaparece en la muelle intumescencia de las olas.»

 

ciudades-jnunn- noche- cielo- luna- Kobayashi kiyochika-mil novececientos treinta

 

Estas son algunas de las últimas despedidas de las que habla en su libro Cees Nooteboom. 

 

(Imágenes.-1- Marcin Sobas/ 2.-Vladimir Kush/ 3.-Willy Kriegel/ 4.-Kobayashi Kiyochika.- 1930)