GEORGE STEINER ( y 2) : SUS IDEAS

 

 

“En Florencia, durante el Quattrocento, me hubiera gustado desayunar con pintores  —decía Steiner —En este momento, me gustaría hacerlo con grandes neurofisiólogos, con grandes genetistas, que comienzan a ver la luz.  Están en los albores. Nos encontramos al cabo del universo, podría decirse, porque nos planteamos cuestiones que ni siquiera hubiéramos  podido imaginar tan sólo hace veinte años. Y hay que incluir esas nuevas investigaciones en nuestras nociones de cultura y de sociología de la percepción”(“Elogio de la transmisión”).

“Sabemos ya, por Pascal y Montaigne que el objetivo de toda educación consiste en no tener miedo de permanecer sentado en una habitación silenciosa. El noventa por cierto de los jóvenes, según las estadísticas, no pueden ya leer sin escuchar música o mirar la televisión con el rabillo del ojo. El fenómeno demuestra hasta qué punto tenemos miedo de la desnudez del otro. La escucha se hace cada vez más difícil. Para los jóvenes  la música última se ha convertido en ese esperanto internacional que excluye cualquier lectura.” (“Steiner en diálogo con  Ramin Jahanbegloo”)

 

 

 

“El comentario alimenta el comentario: no nuevos poemas”. “El poema viene antes que el comentario. La construcción precede a la desconstruccion” “¿Por qué tiene que existir la creación poética? ¿ Por qué el arte? ¿Por qué el reino creado de la ficción? ¿Qué hay en el mundo semejante a la música? ¿A qué se parece la música? (“Presencias reales”) .

“Yo soy una voz que nace de las sombras desde hace casi medio siglo. El personaje me inspira, y a la vez me produce un desagrado profundo. Pero su obra sobre la música, así como sobre la novela, me plantea la pregunta, la inmensa paradoja  que permanece en el centro de mis trabajos: .¿ cómo es posible que lo inhumano, que la barbarie pueda engendrar una obra válida, es decir, deslumbrante?” (“Cahiers de L’Herne”).

(en recuerdo de George Steiner, recientemente fallecido)

Descanse en paz

 

 

 

(Imágenes— 1- Prudence Heward-1941/ 2-Eduard Boss -1904/ 3-Edgar Degas -1892)

MANCHAS EN LOS OJOS

 

 

“Desde mi casa, entre Maiano y Settignano dice  el historiador del arte Bernard Berenson enVer y saber” —, la vista se entiende por los campos situados a ambas  orillas del Arno y más allá, hasta donde las tierras se elevan y funden sutilmente con el cielo en el horizonte. Este panorama está constelado de manchas rectangulares de color blanco. Eso es todo lo que ven mis ojos. Pero yo sé algo que mis ojos no  me dicen : que se trata de cosas que no consigo reconocer debido a la lejanía. Mucho más cerca, a unos cientos de metros, veo masas de color verde, opacas, translúcidas o relucientes, puntiagudas o redondeadas, y, a modo de puntales de las mismas, formas aproximadamente cilíndricas , de color indefinido, entre marrón, verde o grisáceo. Desde mi más temprana infancia aprendí que eso eran árboles, y les adjudico troncos, ramas gruesas y delgadas y un follaje compuesto de hojas características de cada especie: encina, castaño, pino, olivo, aunque mis ojos no vean más que distintas tonalidades de verde.

 

 

Puede que me inquiete esta contradicción entre ver y saber, que me preocupe tener que interpretar todo lo que vemos a nuestro alrededor como objetos tangibles en un espacio conocido. Por eso me encantan los cuadros de un Van Eyck o de un Rogier van der Weyden o de su entusiasta seguidor , el Maestro de la Vida de la Virgen cuyas tablas se conservan en la Alte Pinakothek de Múnich, porque me permiten atravesar el espacio sin cansancio. Lo consiguen mediante el procedimiento, deliciosamente ingenuo, de ir reduciendo el tamaño de casas, árboles y figuras a medida que se alejan de nuestros ojos.”

 

 

( Imágenes— 1- Eduard Boss – 1904/ 2-Jozsef Rippl Ronai/ 3- arthur hacker)