SOBRE LA LUZ

‘Si quitas la luz — dice San Juan Damasceno —; todas las cosas quedan ignoradas en las tinieblas. porque no pueden manifestar su propia belleza.” La luz, por tanto, ”es la belleza y el orden de toda criatura visible.” Y como dice Basilio: ”Tal naturaleza es creada de tal modo que no puede haber nada mas agradable para el pensamiento de los mortales que de ella disfrutan. La primera palabra de Dios creó la naturaleza de la luz y dispersó las tinieblas y disipó la tristeza e hizo alegre y gozosa a toda especie.” La luz es bella por si, porque ”su naturaleza es simple, y tiene en sí todas las cosas a la vez.” Y por eso está totalmente unida y proporcionada a sí de forma bastante armónica en virtud de la igualdad; la armonía de las proporciones es, en cambio, belleza. Y por eso, incluso sin una armónica proporción de las formas corpóreas, la luz es bella y bastante agradable a la vista. Así pues, la belleza dorada de la luz es bella por el fulgor resplandeciente y las estrellas resultan bellísimas a la vista, aunque no veamos ninguna belleza procedente de la composición de las partes o de la proporción de la figura, sino solo la belleza que deriva del fulgor de la luz. En efecto, como dice Ambrosio,: “La naturaleza de la luz es tal que su gracia no consiste en el número, la medida o el peso, como ocurre con las otras cosas, sino que consiste en el aspecto. Ella ha ce que las otras partes del mundo sean dignas de alabanza.”

(Imágenes— 1- Turner—1843/ 2– Bertha Wegmann)