EL AMOR, LA VIDA Y LA MUERTE

“Sabemos perfectamente— decía Juan Rulfo- – que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte. No hay más, no hay más temas, así es que para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles; no repetir lo que han dicho otros. Entonces, el tratamiento que se le da a un cuento nos lleva, aunque el tema se haya tratado infinitamente, a decir las cosas de otro modo; estamos contando lo mismo que han contado desde Virgilio hasta no sé quiénes más, los chinos o quien sea. Hay que buscar el fundamento, la forma de tratar el tema, y creo que dentro de la creación literaria, la forma literaria es la que rige, la que provoca que una historia tenga interés y llame la atención a los demás. Conforme se publica un cuento o un libro, ese libro está muerto; el autor no vuelve a pensar en él. Antes, en cambio, si no está completamente terminado, aquello le da vueltas en la cabeza constantemente: el tema sigue rondando hasta que uno se da cuenta, por experiencia propia, de que no está concluido, de que hay algo que se ha quedado dentro; entonces hay que volver a iniciar la historia, hay que ver dónde está la falla, hay que ver cuál es el personaje que no se movió por sí mismo.”

(Imágenes—1-olle hjor tzbe/ 2- lowell nesbitt)

EL AMOR, LA VIDA Y LA MUERTE



“Hay una cosa muy importante — recordaba Rulfo —que es el querer contar algo sobre ciertos temas: sabemos que no existen más que tres temas básicos; el amor, la vida y la muerte. No hay más, no hay más temas, así es que para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos; qué forma darles; no repetir lo que han dicho otros. Entonces, el tratamiento que se le da a un cuento nos lleva, aunque el tema se haya tratado infinitamente, a decir las cosas de otro modo; estamos contando lo mismo que han contado desde Virgilio hasta no sé quiénes más, los chinos o quién sea. Mas hay que buscar el fundamento, la forma de tratar el tema, y creo que dentro de la creación literaria, la forma — la llaman la forma literaria—es la que rige, la que provoca que una historia tenga interés y llame la atención a los demás.”

“Imagen —1- Jakob Gasteiger—2017)

EL MISTERIO DEL CUENTO

 

“No se trata tan sólo de una superficial cuestión de forma, de extensión o de maneras —decía sobre el cuento Augusto Monterroso —. Cualesquiera de estas que el escritor adopte a través del tiempo, de los cuentos que logre perdurarán únicamente aquellos que hayan recogido en sí mismos algo esencial humano, una verdad por mínima que sea, del hombre de cualquier época. Y de ahí su dificultad y su misterio. Ninguna innovación, ninguna ingeniosidad narrativa, ningún experimento con la forma que no estén sustentados en la autenticidad de los conflictos de cada personaje, consigo mismo y con los demás, harán por sí solos que determinados cuentos y sus autores se establezcan y perduren en la memoria literaria.”

Y Bárbara Jacobs completaba: “Y si han perdurado en la memoria literaria “Dublineses” , de Joyce, “Fiesta en el jardín “, de Katherine Mansfield y “El llano en llamas”, de Juan Rulfo, ha sido porque recogen “algo esencial humano, una verdad, por mínima que sea, del hombre en cualquier época.”

 


 

(Imágenes—1-Peter van Straten – artnet/ 2- Joseph Cornell)