PALABRAS DE PATRICIA HIGHSMITH

 

 

 

Los especialistas como Boileau – Narcejac han dicho de ella que “ es el autor más completo, el que ha conseguido realizar la síntesis entre la novela y la  historia policiaca”. Hoveyda, en su “Historia de la novela policiaca”, anota que Highsmith se interesa ante todo por el comportamiento del criminal, sin descuidar por eso las necesidades externas del relato policiaco. Sus personajes son inadaptados. El tema de la usurpación o del intercambio de identidad constituye la base de su obra. Se sale casi por completo de la novela policiaca  y, aunque sus libros  tengan algún nexo de unión con este género, hay que reconocer que prefiere moverse cerca de las fronteras”.

 

 

Cuando se cumplen cien años de su nacimiento y se relee  su libro “Suspense. Cómo se escribe una novela de intriga” , las reflexiones y consejos de Patricia  Highsmith siempre son  prácticos y aleccionadores. “ No hay que ser un monstruo —dice—, o tener la impresión de serlo,  para exigir dos o tres horas de intimidad absoluta para un escritor. Este programa debe convertirse en un hábito, y el hábito, como el escribir mismo, es una forma de vida.  Debe convertirse en una necesidad: entonces uno puede trabajar y trabajará siempre. Escribir es un oficio y necesita una práctica constante. “ Pintar no consiste en soñar o en estar inspirado. Es un oficio manual y se necesita un buen artesano para hacerlo bien”, dijo Pierre Auguste Renoir. Y Marta Graham dijo lo siguiente sobre el arte de la danza: “Es una curiosa combinación de habilidad, intuición y, debo decirlo, crueldad…, y de un hermoso elemento tangible llamado “fe”.  Si no tenéis esta magia, podéis hacer una cosa hermosa, podéis hacer treinta y dos pasos,  y no pasa nada.  Creo que esta cosa es algo innato. Es algo que puedes sacar de la gente pero no infundírselo, no se puede enseñar”. Renoir habla del oficio, Marta Graham del talento, la gracia, el genio. Las dos cosas deben ir juntas. El oficio sin talento no tiene encanto ni sorpresas, nada original. El talento sin oficio…,, bueno, ¿cómo puede el mundo verlo en alguna parte?”


(Imágenes— : 1- Dan Adkins/ 2- Roy Lichtenstein— 1963/  3- Patricia Highsmith)

JOHN LE CARRÉ

 


“La novela de espionaje — decían Boileau- Narcejac — nos instala en lo excepcional; en ella todos los golpes están permitidos y todas las mentiras autorizadas. En el fondo nada nos puede sorprender. Y como  el misterio  no es más que una operación “top secret”,  la investigación degenera en una simple localización;  ya no se trata de desenmascarar  a un monstruo sino de “localizar” a un adversario. La novela de espionaje, que es una novela de guerra, es sobre todo una novela de acción, una novela de acontecimientos.”

Julian Symons, comentando las novelas de espionaje,  anota que “ existen  dos tradiciones . La primera  es conservadora, se coloca en el bando de la autoridad, reconoce  que los agentes luchan para proteger cosas que poseen un valor. La segunda es radical, critica a la autoridad, acusa a las fuerzas del orden de perpetuar — de crear incluso — unas barreras falsas entre “nosotros” y “ellos”. Fleming  pertenece  a la primera tradición, Le Carré a la segunda. Los mensajes  de los libros de Le Carré  dicen  que la autoridad  no se muestra benévola  con aquellos  que están a su servicio; es más, que es frecuente  que los destruya, que la labor de espionaje  y contraespionaje es a menudo torpemente incierta en sus objetivos y en sus efectos, que “nuestros” hombres  pueden ser personalmente viciosos y los “suyos”  gente decente  y, lo que es más importante, que un agente secreto suele ser un individuo  débil y no fuerte, totalmente indefenso una vez atrapado en la red del espionaje.

Las cualidades  especiales que reúnen los libros de Le Carré son el sentido de los escenarios y de un destino inexorable, así como su ironía.”

 

En 1959 el escritor francés Jean Giono contaba sus lecturas de misterio: “ de vez en cuando me reservo un día para la lectura de ese tipo de novelas. En invierno elijo un domingo sombrío. El cielo tiene que estar encapotado y para largo tiempo, con un viento que agite la lluvia y la haga repicar en los cristales. Ha de hacer un frío que penetre hasta los huesos . No me lavo, no me afeito y me quedo en pijama debajo del batín. Cargo mi estufa, que tiene que estar al rojo vivo… No me queda más que hacer sino leer ese tipo de novelas. Resulta también  imprescindible tener la conciencia tranquila y estar seguro de haber llevado a bien la labor: el resultado es el olvido, el apaciguamiento, la tranquilidad, la desaparición de las preocupaciones (…) Y así me ofrezco una buena jornada de combates en un sillón… De ella se sale muy tranquilo y despejado. Es un placer y una medicina.”

( en memoria de John Le Carré, que acaba de fallecer)

Descanse en paz.

 

 

(Imágenes-1- Arthur Tanner/ 2-Luigi Cortesía- 1968/ 3-Alexandre Benois – 1898)

HÉRCULES POIROT

 

“Se cumplen ahora los cien años de la aparición del detective Hércules Poirot. Asomó su figura en la novela “El misterioso caso de Styles” que a juicio de Julián Symons en su “Historia del relato policial”, no es de las mejores novelas de Agatha Christie. “ Presenta  en ella un detective muy relevante, Hércules Poirot, cuyo aspecto físico sorprende por su parecido con Humpty Dupty pero con bigote, y también un Watson, extremadamente necio en la persona del capitán  Hastings. Su autora puso de relieve unas dotes especiales para el diálogo ligero, agradable y convincente, aparte de que la trama estaba construida con firmeza y    coherencia.  La originalidad del libro de Agatha Christie es que el enigma que plantea la historia no es más que enigma, sin dejar espacio para una vinculación emotiva con los personajes. Pero el primer libro de Christie es notable, porque aparece en la era en que la narración detectivesca pasó a considerarse como un enigma puro y complejo, donde  no sólo era innecesario conocer la suerte que pudiera estar reservada a los personajes, sino que había necesidad de conocerla. Éste fue el inicio de lo que con el tiempo se conocería por Edad de Oro.

 

 

Agatha Christie — continúa Symons— fue produciendo, año tras año, diferentes  historias de trama detectivesca  de variado ingenio pero de vitalidad constante.  El engaño que persiste en esas historias de Christie se parece mucho más al juego de manos del prestidigitador. Nos muestra el as de picas, le da la vuelta, pero nosotros seguimos sabiendo dónde está…. Entonces, ¿ cómo ha podido transformarse en el cinco de diamantes?”. Es preciso decir que Cristhie dio maravillosamente en el blanco en lo que respecta a dos objetivos: contar una historia  interesante sobre unos personajes razonablemente plausibles y crear un misterio capaz de despertar una cierta inquietud .”

Respecto a Poirot en sí Fereydoun Hoveyda en su “Historia de la novela policiaca” declara que “éste pequeño detective belga de “magnífico” bigote, me aburre soberanamente.” Boíleau- Narcejac  a su vez señalan que “ si Hércules Poirot habla con frecuencia de las pequeñas células grises, rara vez explica sus procedimientos lógicos. El nombre, tan sólo, de Hércules Poirot produce una impresión penosa. ¡Qué lejos está de Sherlock Holmes este hombrecito vanidoso, desagradable, siempre rechazado!”

Como en tantas otras cosas, opiniones tan diversas como el mundo.

 

 

 

(Imágenes—1-  Londres – Edward Steichen /  2- Agatha Christie/ 3- Londres- Hans Wild -1946)