“No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será nunca acabar — escribe Cervantes en “El,Quijote”, segunda parte, capítulo 55—: ven tú con segura conciencia, y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mesmo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato.”
(Imagen—Bert Hary’)