SOBRE El MAQUILLAJE

Baudelaire, en 1895, recurre a una palabra nueva, “maquillaje”, y subraya su poder misterioso asimilándola a un espectáculo , a un arte. “Ese marco negro de los ojos — recuerda también un historiador francés — vuelve la mirada más profunda y más singular, da al ojo una apariencia más decidida de ventana abierta al infinito;  por su parte, el “ rojo” aumenta aún más la calidad de las pupilas y añade a un hermoso rostro femenino la misteriosa pasión de una sacerdotisa”.  Recuerdan  los historiadores, que las sustancias para maquillarse durante el siglo XlX  eran muy numerosas y las herramientas también más  diversificadas, desde los cepillos del cabello hasta los cepillos de dientes. Pero la novedad se hallaba en la manera de considerar a los cosméticos. Se encuentra en el efecto de “superación”, que parece  sugerir:  ya no sólo se los aplica para la corrección de algún defecto, sino para la profundización de los “encantos”  de su reconocida fuerza.  Para Baudelaire, esa belleza hecha de investigación y de meditación, consumaría “la belleza moderna,  que puede surgir a través del encanto fáctico del artificio y de la moda”. Incluso sería una característica central de la modernidad,  que obligaría a cada persona a inventarse a sí misma.

 José Julio Perlado

imágenes- wikipedia

MUJER EN LA VENTANA

“El que desde afuera mira por una ventana abierta — escribe Baudelaire—-, nunca ve tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más deslumbrador que una ventana iluminada por una vela. Lo que se puede ver al sol siempre es menos interesante que lo que pasa detrás de un vidrio. En aquel agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, padece la vida.

Más allá de las olas de los tejados, veo una mujer, madura y arrugada ya, pobre, inclinada siempre sobre algo, sin salir nunca. Con su rostro, con su vestido, con su gesto, con casi nada, he reconstruido la historia de aquella mujer, o mejor su leyenda, y a veces me la cuento a mí mismo llorando.”

(Imágenes— 1- Gustave Caillebotte – “Interior”- 188o- colección particular/2- Inge Morath – 1989)

CANTAN EN MÍ

 


“Cantan en mí, maestro mar, metiéndose

por los largos canales de mis huesos,

olas tuyas que son olas maestras,

vueltas a ti otra vez en un unido,

mezclado y sólo mar de mi garganta:

Gil Vicente, Machado, Garcilaso,

Baudelaire, Juan Ramón, Rubén Darío,

Pedro Espinosa, Góngora… y las fuentes

que dan voz a las plazas de mi pueblo.”

Rafael  Alberti —“Arión” – “Pleamar, 1944)

 

(Imagen —-Winifred Nicholson)