TRUCOS DE LA ESCRITURA

 Ante los trucos de la escritura, cuando se lee la biografía de Rilke de Angelloz,  se explica cómo el poeta comenzó a escribir los “Cuadernos de Malte Laurids Brigge” ” imaginando un diálogo entre un joven y una muchacha; pronto el joven habla de un amigo danés, Malte J. Brigge, que le absorbe cada vez más y que luego muere, dejándole todos sus papeles. Son los primeros esbozos de los “Cuadernos”. Entonces, alcanzando ya el objeto, el diálogo se interrumpe y Rilke comienza a escribir su obra. Esta creación de una distancia había sido ya empleada por Rilke más de una vez (por ejemplo en el “Libro de las horas”)

 Angelloz nos recuerdo también que este procedimiento lo han usado los románticos alemanes, entre ellos Hoffmann, así como en otro plano, Kierkegaard, quien al parecer todo lo publicaba con seudónimos.

Por su parte, Kafka se servía del mismo truco: recurría al “Diario” para comenzar algunos de sus obras literarias.  Trozos de ellas figuran como auténticos fragmentos de sus “Diarios”. “A  Kafka — dice Max Brod en sus anotaciones — los “Diarios” le servían como una especie de balancín que le permitía saltar a la creación literaria.”. 

José Julio Perlado

imágenes- wikipedia

EN LOS MÁRGENES

 

 

“En los márgenes de los libros yo he escrito mucho durante años. Quizá treinta, cuarenta años. Sigo haciéndolo. Ha cambiado mi letra pero no mi curiosidad. Cuando abro de nuevo el “Rilke” de Angelloz , por ejemplo,  leo mi letra en los márgenes y me lleva a mañanas solitarias — las seis, las siete de la mañana, antes de irme a la Universidad —en donde Rilke me hablaba y me habla, hablaba también Rodin con sus consejos: trabajo y paciencia. La paciencia me ha acompañado a esas horas, me ha acompañado siempre, hemos ido la paciencia y yo buscando un banco ante el mar, en el campo, la paciencia se ha sentado conmigo y me ha abierto la página del trabajo, el dedo de la paciencia me ha  ido indicando la cita de Rodin, la de Rilke la de Proust, la de Tolstoi, la de Woolf, me ha ido indicando qué debía anotar,  corregir, analizar, cómo no tenía que  correr,  cuánto había que esperar, apuntar  las sorpresas, dejar testimonio manual de  aquello que me estaba formando, el libro de los márgenes, el libro de mi letra personal, subrayados, flechas, pensamientos,  regalos asombrosos de autores, ocupaciones,  ideas, obsesiones, inquietudes.

Uno  quizá debía  de publicar los márgenes de lo que escribió en su día durante años mientras iba leyendo. Es un río de pensamientos. Viene la paciencia y el trabajo a lo largo del río y me entrega años de lectura y de  silencio.

José Julio Perlado

(Imagen- Diario de Katerine Mansfield – 6 septiembre 1911)