EL ESPIONAJE Y LA VERDAD

 

 

La  reciente aparición/ desaparición  de un nuevo topo en el corazón del Kremlin y las intrigas internacionales en el tenebroso mundo del espionaje me vuelven —entre tantas novelas interesantes sobre los claroscuros de ese universo — a “La máscara de Dimitrios”, el gran relato firmado por Eric Ambler.

Hitchcok escribió sobre ella: “las críticas han señalado desde el comienzo que el señor Ambler le ha dado vida nueva y una mirada inédita al arte de la novela de espionaje, al que se pretende ver como un arte gastado al extremo, y que está infestado de clisés. Pero sus héroes no son ni heroicos ni brillantes, ni siquiera audaces. Son personas corrientes, más bien simpáticas, que se ven envueltas en una historia que las supera. De ese modo, al lector se le hace posible identificarse con estos héroes, lo que resulta completamente impensable en el caso de los “thrillers” corrientes… y así pueden experimentar exactamente las emociones que nosotros mismos experimentaríamos en parecidas circunstancias. Sería difícil, si no imposible, encontrar un novelista de espionaje entre los que hoy escriben, que combine tantas cualidades originales y admirables. Puede decirse que las obras del señor Ambler son únicas por su alto nivel de refinamiento. Pero eso no quiere decir que son refinadas, hasta el punto de que cualquier aficionado a las novelas de espionaje resulta atraído y conquistado por ellas.”

 

 

Eric Ambler confesaba a su vez : “desde mis primeros contactos con la realidad contemporánea, con el mundo secreto de la guerra y del dinero, de la alta y baja políticas, de los individuos que se ven llevados a ella, voluntariamente o no, adquirí una convicción que mis viajes y mis observaciones no hicieron más que reforzar: la verdad es indispensable para nuestra supervivencia inmediata. En el siglo XlX, la mentira, la falsedad, la ignorancia, la ceguera política eran sin duda deplorables, pero no tan destructoras como hoy. Ahora, con las armas de que disponemos, con los procedimientos que empleamos, si no comprendemos lo más pronto posible la importancia de la verdad, estamos perdidos. O más bien de las verdades, múltiples, relativistas, que constituyen la sociedad de los humanos. Así podremos resistir quizás el adoctrinamiento, la violencia de los hechos y de las emociones, todas esas causas de conflicto que nos llevarán fatalmente a la catástrofe. Por ello pienso que la verdad es tan importante en todo, incluso en la literatura de simple entretenimiento”.

 


 

(Imágenes —1-Luigi Corteggi/ 2- Arthur Tanner/ 3-Oscar Chichoni)