¿QUÉ ES LA MODA ?


Dos apuntes en la muerte de Yves Saint-Laurent:
En las «Memorias» de la pintora Marie-Louise Elisabeth Vigée-Lebrun, una de las artistas más apreciadas del siglo XVlll, puede leerse:
«Intenté tanto como me era posible, dar a las mujeres que pintaba la actitud y la expresión de su fisonomía. Como me daban horror los vestidos que las mujeres llevaban entonces, hacía grandes esfuerzos para volverlos un poco más pintorescos, y estaba encantada cuando obtenía la confianza de mis modelos y podía vestirlas según mi fantasía. Entonces no se llevaban todavia chales, pero disponía de amplios écharpes que entrelazaba ligeramente alrededor del cuerpo y de los brazos, y con los cuales intentaba imitar el hermoso estilo de los ropajes de Rafael, así como lo habréis podido ver en Rusia en varios de mis retratos. Además no podía sufrir los polvos de tocador. Obtuve de la hermosa duquesa de Gramont-Caderousse que no se pusiera cuando yo la pintaba; sus cabellos eran de un negro de ébano y se los separaba yo en la frente formando bucles iregulares. Después de mi sesión, que terminaba a la hora de comer, la duquesa no se tocaba para nada el peinado y con él se presentaba a los espectáculos; una mujer tan bonita tenía que dar la norma: esta moda fue arraigando suavemente y luego se generalizó».

El segundo apunte anota que las parisienses, para glorificar a «La Belle Poule» que se hundió el primero de julio de 1778, lucieron por las calles de la capital francesa durante cinco meses complicadísimos peinados que reproducían exactamente la forma de la nave.

(Foto: Yves Saint-Laurent)

EL COCHECITO

RECETAS CULINARIAS: Guisantes rellenos.-

Apodérense a viva fuerza de los guisantes elegidos y díganles cosas agradables hasta conseguir que se pongan huecos. Entonces introdúzcase en ellos el relleno, rehóguense y sáquense a la mesa.

El relleno puede ser vario. Desde luego, lo que le mejor les va a los guisantes es la perdiz. Este relleno tiene la ventaja de que metiendo en cada guisante una perdiz no hacen falta más que tres o cuatro guisantes – uno por cada comensal -, y eso siempre es un ahorro.

(Vayan estas líneas de Jardiel Poncela, de su libro «Para leer mientras sube el ascensor«, como recuerdo del desaparecido Rafael Azconaguionista, entre otras muchas películas, de «El cochecito»que, leyendo este humor español, no dejaría de sonreir).