DESCUBRIR UN ESTILO

estaciones.-t877h.-invienro.-cielos.-noche.-Henry Farrer.-1869.-Museo Metropolitano de Arte

André Malraux ha dedicado extensas y luminosas palabras a la creación artística en su obra “Las voces del silencio”. Sus análisis son certeros. “El hombre que llegará a ser un gran pintor – dice, por ejemplo – comienza por descubrir que él es más sensible a un mundo particular, el denominado del arte, que al otro mundo más común a todos. Nota en él una necesidad tiránica de pintar, sabiendo que él va  a pintar sin duda al principio mal, y que se adentra en una aventura. Atraviesa así el tiempo del pastiche, generalmente detrás de los grandes maestros, hasta que toma conciencia de un desacuerdo entre eso que “significa”, y que él imita, y la pintura que él presenta. Distingue confusamente un esquema personal que va a liberarle de los maestros, y enseguida veremos como él recurre a lo real.

pintores.-66hhn.-John Singer Sargent en su estudio.-París 1884.-Archivos de Arte Americano.-Smithsonian Institution

Cuando ha conquistado, sucesivamente o alternativamente, su color, su dibujo y su materia; cuando lo que era un esquema se ha transformado en un estilo, aparece una nueva significación pictórica del mundo, que el pintor, cuando llegue a envejecer, aún modificará más y profundizará. Este proceso no agota la creación artística, pero de ella tampoco se escapa. Puesto que cada una de estas operaciones tiende a metamorfosear las formas. (…)

figuras.-21sws.-Ram Kumar.-India.-1970.-Museo de Bellas Artes de Boston

“Existe una lógica coloreada, decía Cézanne, el pintor no debe obediencia más que a ella, nunca a la lógica del cerebro”, y Malraux comenta: esta frase, una de las más fuertes y sinceras que un pintor haya dicho jamás nos revela por qué, sobre lo esencial de su arte, todo pintor de genio permanece mudo; porque escribir sobre eso que pinta le parece completamente vano. Sus desacuerdos, su vocación, no han nacido ante el universo ni ante los libros, sino delante de los cuadros. Él no quiere necesariamente cambiar el mundo, ni la relación del hombre con Dios, él quiere oponer, a los cuadros que existen, los cuadros que no existen aún.”

arte.-tyhnn.-Willy Pragher.-1960

(Imágenes:-1.-Henry Farrer.-1869.-Museo Metropolitano de Arte/2.-John Singer Sargent en su estudio.-1884.-Archivo de Arte Americano/3.- Ram Kumar.-1970.-Museo de Bellas Artes de Boston/ 4.-Willy Pragher.-1960.-en el Museo Británico.-Londres.-pinterest.com)

LOS CUADROS ÚLTIMOS

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«El artista tiene «un ojo«, pero no a los quince años; ¿y cuántos días le hacen falta a un escritor para escribir con el sonido de su propia voz? La visión soberana de los más grandes pintores, es aquella de los últimos Renoir, los últimos Tizianos, los último Hals – parecida a la voz interior del Beethoven sordo – la visión que brilla en ellos cuando han comenzado a volverse ciegos». Estas palabras de Malraux en «Las voces del silencio» son una especie de «leiv-motiv» en él. Este Malraux, tan denostado en algunas biografías pero al que yo siempre he considerado un gran prosista y un excelente conocedor de las formas del arte, vuelve a decir en «Saturno, El Destino, el Arte y Goya«: «Goya pinta aún, en esta poderosa luz donde la aproximación de la muerte le une a Tiziano, Hals, Rembrandt, Miguel Ángel, viejos cansados de la vida, perotiziano-autorretrato-1566-museo-del-prado-web-gallery-of-art no de la pintura, distraídos en fin de los hombres y que no pintan más que para ellos mismos. Los pintores conocen la vejez, pero su pintura no la conoce…» El poderío de la edad tercera, o mejor aún, la sabiduría de esa edad, les hace pintar para ellos mismos». El ojo y el oído parecen haberse entrecerrado pero están en cambio completamente abiertos a los sonidos y paisajes interiores, ajenos ya a muchos de los criterios del mundo. Han atravesado esas edades a las que Apuleyo se refería al hablar de los mirlos, en apartados desiertos, cuando «balbucean el canto de la infancia», a los ruiseñores, que gorjean «el canto del tiempo juvenil» y a los cisnes que «ensayan el himno de la vejez«. Malraux, que tanto evoca igualmente la sordera de Beethoven y sus últimos hallazgos, quizá tuviera presente lo que Plutarco dice del deterioro del oído y que Ramón Andrés recoge en ese libro tan excepcional, «El mundo en el oído» (Acantilado). Los músicos, conforme envejecen, dice Plutarco, «componen en un tono más agudo y duro», del mismo modo que con el transcurrir de los años – señala Andrés – los ancianos leen mejor de lejos que de cerca».

En cualquier caso, Malraux soñaba con poder organizar algún día la exposición «La ancianidad de los maestros«. Allí estarían los ojos y los oídos atentos al interior, mirando las pupilas el resplandor de la ceguera y escuchando los oídos cómo la sordera les dicta.

(Imágenes:Frans Hals.-Retrato de mujer.-1665.- city museumn and Art Galleries- hull- web gallery of Art/ Tiziano.-Autorretrato.-1566.-Museo del Prado.-web gallery of Art)