EL GENIO ADOLESCENTE

Como recordé en Mi Siglo hace ya bastante tiempoGoethe escribe su gran obra a los 82 años, Cervantes acaba el Quijote a los 68, Tiziano pinta su último cuadro a los 98, Miguel Ángel termina frescos a los 71,  Verdi compone obras célebres a los 74 y Haendel escribe otra gran obra suya a los 72. Pero en el otro extremo de la vida, al principio, –  al inicio del arco de la vida – se abre 

igualmente «el genio adolescente» que, entre muchas otras personalidades, congrega a escritores, pensadores, músicos y pintores muertos antes de los 4o años, dejando cada uno de ellos una obra cuajada y enormemente valiosa a pesar de su juventud. Pascal, Leopardi y Chopin fallecen a los 39 años, Pushkin, Caravaggio, Rafael, Rimbaud y Van Gogh mueren a los 37, Toulouse-  

Lautrec, Purcell y Watteu a los 36, Mozart y Modigliani a los 35, Kleist a los 34. La evolución del genio en Rimbaud comienza a los 15 años y Jacques Brosse junto a Yves Fauvel que han estudiado a estos personajes en «Le génie adolescent» (Stock) se aventuran a decir que Mozart tuvo sus primeros brotes de creación a los 3 años y a los 7 surgieron ya en Chopin las primeras manifestaciones de lo que un día sería.

«El mundo es joven – escribía Emerson -: los grandes hombres del pasado nos llaman así afectuosamente. También nosotros deberemos escribir Biblias para unir de nuevo los cielos y el mundo terrenal. El secreto del genio consiste en no sufrir que exista ninguna ficción para nosotros; en verificar todo lo que sabemos«.

«Todas las épocas son iguales – recordó William Blake -, pero el genio está siempre sobre su época».

(Imágenes.- 1.-Lord Byron.-por Max Beerbohm/ 2.-Toulouse-Lautrec y su amigo Maurice Guibert/ 3.-«Requiem» de Mozart.-Lacrymosa.- inconclusa.-bellswithin/ 4.-muerte de Pushkin.-por Dmtro Belysukin/5.-manuscrito de Chopin.-ejercicios de piano de la mano de su hermana mayor/ 6.-Rafael.-posible autorretrato en su adolescencia.-wikipedia)

"LACRYMOSA"

» – Entonces, ¿cómo fue Mozart? ¿Alegre o triste?

Mozart, en los periodos de trabajo – dice el actor Josef Lange -, desahogaba su profunda obsesión con chanzas y simplezas. Podría haber ocultado su dolor bajo la máscara que producía una extraña impresión de frialdad y distanciamiento.
– ¿Disimulaba, por tanto, su tristeza?
– Nunca olvidaré – interviene el actor Michael O’Kelly, que representó a «Basilio» en «Las Bodas de Fígaro» – su rostro pequeño y animado la noche del estreno de «Las bodas de Fígaro«: brillaba encendido por el genio. Es imposible describirlo, tan imposible como pintar un rayo de sol. Me acuerdo de cómo Mozart con pieles encarnadas y sombrero con galones, estaba en el escenario en el pimer ensayo general y marcaba el compás. Benucci cantó el aire de Fígaro, «Non piu andrai» con la mayor viveza y con toda la potencia de su voz. Yo estaba al lado de Mozart que en voz baja exclamó repetidas veces: «¡ Bravo, bravo, Benucci…!». Fuera de sí, entusiasmados, exclamaban todos: «¡Bravo, bravo, maestro! ¡Viva, grande Mozart!».

– Lloraba Mozart…¿no es cierto?

-Sí. Lloró Mozart…¿Más que otros…? Nadie recuerda cuántas veces ha llorado…

(…)
Wolfang lloraba…

Lo que no podemos, no sabemos ni queremos decir; lo que rehusamos confesar a nosotros mismos; los deseos confusos, las penas secretas, los pesares ahogados, las resistencias sordas, los recuerdos imborrables, las emociones combatidas; las tribulaciones ocultas, los temores supersticiosos, los sufrimientos vagos, los presentimientos inquietos; los martirios…, languideces…, multitud de pequeños detalles…, terminan por un enternecimiento…(¿de alegría?…¿de tristeza…?), y éste se concentra en una lágrima…

No pudo concluir su «Lacrymosa«.

– ¿Expiró, entonces, el 5 de diciembre de 1791, a la una de la mañana menos cinco minutos? ¿Se reafirma usted en tal dato?

(HAY UN SILENCIO SIGNIFICATIVO; QUIZÁS UNA AFIRMACIÓN DE CABEZA.)

– Y bien: una última cuestión, y concluyo. Los funerales, si no me equivoco, tuvieron lugar al día siguiente, ¿no es así? (Y SIN AGUARDAR MÁS, PROSIGUE) Pero mi pregunta no es ésa. Mi pregunta es bien concreta. ¿Es cierto que nadie siguió al coche fúnebre? (PAUSA) Sí, ya sé, lo conozco desde hace tiempo: se ha dicho siempre, como razón de esta postura general…, que ese 6 de diciembre hubo una «tempestad de nieve»… Y sin embargo, es realmente curioso: el barón Von Zinzendorf anotó en esa semana y en un pequeño cuaderno: «Tiempo dudoso. Tres o cuatro neblinas por día desde hace unas jornadas». (PAUSA) Perdón. ¿Fue usted al entierro de Wolfang?

(UN SILENCIO)
– Respeto; respeto su pudor…Ahora sólo deduzco…luego la carroza fúnebre en la que transportaban el cadáver de Mozart, ¿siguió su camino completamente sola?

(SILENCIO) (ESPERA UNOS SEGUNDOS)
– Bien. No deseo molestarle ni un momento más…

-(COMO HABLANDO PARA SÍ) Hay libros que relatan que al coche fúnebre, le siguió alguien, sin embargo…
( Y DE IMPROVISO, MIRANDO A QUIEN PREGUNTA, Y CON ENERGÍA, AÑADE):
– ¿ No es verdad que le iba siguiendo un perro?…».

( Esto escribí en mi novela «Contramuerte» hace ya muchos años y ahora todo ello me ha vuelto a la memoria escuchando este «Requiem» de Mozart de ondas revueltas, alientos espacios anhelantes, coros expandidos en agua, «requiem» de resignación…aspiración…polifonía…, marcha fúnebre de orquesta llevando en andas cajas de voz…, subidas melancólicas, hirientes; bajadas dulces…»ET…», salmodias…»ET…LUX…»… suspiros…suspiros de alegría…»ET LUX PERPETUA»…;clarinetes corvos…, el fagot que empuja…, alentar de maderas…, solo de soprano… Contraste: un paso llano, como si ella, portara solitaria, el himno…»TE DECET HYMNUS»…Voces abiertas, cajas abiertas, dando vueltas, redondas, labios girando círculos…, bocas en rueda de vocales…, campanadas de perpetua, lejana, perpetua luz…, descenso suave y cuidadoso, lentísimo, para enterrar doblados los miembros de las sílabas…)

Contramuerte«.-Argos-Vergara, Barcelona, páginas 118- 123).
(Fotos: «Requiem» ; Mozart, BCCO Future Programs).